También nos alegramos al enfrentar pruebas y dificultades porque sabemos que nos ayudan a desarrollar resistencia. Y la resistencia desarrolla firmeza de carácter, y el carácter fortalece nuestra esperanza segura de salvación. (Romanos 5:4)

¿Cómo es posible que Pablo afirme que nos alegramos de tener dificultades? ¿Qué clase de masoquismo le impulsa? ¿Se confabularon Pablo y Santiago, el hermano de Jesús, para generar en nosotros una actitud pasiva ante las dificultades.

Para nada, más bien todo lo contrario. Las dificultades y las pruebas forman parte de la vida de cualquier persona, sea seguidora o no de Jesús. En ocasiones, estas pueden ser el resultado de nuestras propias decisiones, acciones, omisiones, actitudes, etc. En otras, sufrimos las consecuencias de lo que otros hacen, sean personas o sistemas. 

Pablo y Santiago saben que nosotros no afrontamos todas esas cosas en soledad. No lo hacemos porque como dice el salmo 23 y tantos otros fragmentos de la Escritura, su vara y su cayado nos infunden aliento en medio del valle de sombra de muerte. Pero, adicionalmente a eso, el Señor usa (o puede hacerlo si se lo permitimos) todas esas cosas para desarrollar en nosotros resiliencia, es decir, la capacidad de crecer en medio de la adversidad. Y este crecimiento en la adversidad alimenta en nosotros esa esperanza, segura.y firme de que nuestra salvación, ahora en proceso, será completada.

Las pruebas y las dificultades no te las evitará nadie. La pregunta es ¿Crecerás y desarrollarás resiliencia en medio de ellas o te hundirás? Tu actitud lo determinará.

 


También nos alegramos al enfrentar pruebas y dificultades porque sabemos que nos ayudan a desarrollar resistencia. Y la resistencia desarrolla firmeza de carácter, y el carácter fortalece nuestra esperanza segura de salvación. (Romanos 5:4)

¿Cómo es posible que Pablo afirme que nos alegramos de tener dificultades? ¿Qué clase de masoquismo le impulsa? ¿Se confabularon Pablo y Santiago, el hermano de Jesús, para generar en nosotros una actitud pasiva ante las dificultades.

Para nada, más bien todo lo contrario. Las dificultades y las pruebas forman parte de la vida de cualquier persona, sea seguidora o no de Jesús. En ocasiones, estas pueden ser el resultado de nuestras propias decisiones, acciones, omisiones, actitudes, etc. En otras, sufrimos las consecuencias de lo que otros hacen, sean personas o sistemas. 

Pablo y Santiago saben que nosotros no afrontamos todas esas cosas en soledad. No lo hacemos porque como dice el salmo 23 y tantos otros fragmentos de la Escritura, su vara y su cayado nos infunden aliento en medio del valle de sombra de muerte. Pero, adicionalmente a eso, el Señor usa (o puede hacerlo si se lo permitimos) todas esas cosas para desarrollar en nosotros resiliencia, es decir, la capacidad de crecer en medio de la adversidad. Y este crecimiento en la adversidad alimenta en nosotros esa esperanza, segura.y firme de que nuestra salvación, ahora en proceso, será completada.

Las pruebas y las dificultades no te las evitará nadie. La pregunta es ¿Crecerás y desarrollarás resiliencia en medio de ellas o te hundirás? Tu actitud lo determinará.

 


También nos alegramos al enfrentar pruebas y dificultades porque sabemos que nos ayudan a desarrollar resistencia. Y la resistencia desarrolla firmeza de carácter, y el carácter fortalece nuestra esperanza segura de salvación. (Romanos 5:4)

¿Cómo es posible que Pablo afirme que nos alegramos de tener dificultades? ¿Qué clase de masoquismo le impulsa? ¿Se confabularon Pablo y Santiago, el hermano de Jesús, para generar en nosotros una actitud pasiva ante las dificultades.

Para nada, más bien todo lo contrario. Las dificultades y las pruebas forman parte de la vida de cualquier persona, sea seguidora o no de Jesús. En ocasiones, estas pueden ser el resultado de nuestras propias decisiones, acciones, omisiones, actitudes, etc. En otras, sufrimos las consecuencias de lo que otros hacen, sean personas o sistemas. 

Pablo y Santiago saben que nosotros no afrontamos todas esas cosas en soledad. No lo hacemos porque como dice el salmo 23 y tantos otros fragmentos de la Escritura, su vara y su cayado nos infunden aliento en medio del valle de sombra de muerte. Pero, adicionalmente a eso, el Señor usa (o puede hacerlo si se lo permitimos) todas esas cosas para desarrollar en nosotros resiliencia, es decir, la capacidad de crecer en medio de la adversidad. Y este crecimiento en la adversidad alimenta en nosotros esa esperanza, segura.y firme de que nuestra salvación, ahora en proceso, será completada.

Las pruebas y las dificultades no te las evitará nadie. La pregunta es ¿Crecerás y desarrollarás resiliencia en medio de ellas o te hundirás? Tu actitud lo determinará.