El apóstol desarrollo el tema de la esperanza. Esta no es un consuelo para tontos ni un opio para conformistas. Es la certeza del cumplimiento de los planes del Señor en la macrohistoria y en mi microhistoria, y esto nos permite vivir con perspectiva, impide que el árbol nos dificulte la visión del bosque, que la realidad actual -bien real- nos impida ver la futura. La perspectiva rompe límites, amplía la visión, nos permite ver y vivir más allá de lo evidente. La perspectiva alimenta nuestra esperanza y, no olvidemos que la esperanza cristiana no es un brindis al sol sino una certeza todavía por realizarse en su plenitud.
¿De qué modo la perspectiva puede alimentar tu esperanza?