En el Señor confío ¿cómo podéis decirme: vuela a los montes como un pájaro? (Salmo 11:1)

Este salmo se articula como una conversación entre David y un colectivo anónimo. Estos le instan a huir ante la realidad desoladora que le rodea. Huye, escapa, protégete de un mundo caótico, inestable, inseguro, violento, donde todo está patas arriba y donde parece que la injusticia, la violencia y la catástrofe imperan e imperaran más y más. Tal vez no puedes huir físicamente, hazlo mentalmente, aíslate, no dejes que la realidad amargue tu existencia, trata, en la medida de lo posible, de vivir al margen de ella.

Pero David se niega. Él confía en Dios, conoce al Señor y por eso puede descansar en Él. El salmista les explica a sus oyentes las razones que le llevan a vivir en esa confianza. El Señor tiene su trono en el cielo. Sigue teniendo el control del universo, nada escapa de sus manos aunque, temporalmente las cosas parezcan desbocadas. Dios sigue siendo el Señor de la historia, de la macro historia y de mi micro historia. Dios detesta a los violentos. No le pasa por alto las conductas que dañan al inocente, estas serán castigadas. Dios es justo y ama la justicia; la injusticia no tiene cabida en su entorno ni en Él.

Creo que el ser humano está diseñado, entre otras cosas, para confiar. Una definición de confianza afirma que es sentirse seguro. La cuestión es con quién o con qué nos sentimos seguros. El salmista ha explicado su experiencia, se siente seguro en el Señor por su carácter. 

¿En qué o quién te sientes seguro?


En el Señor confío ¿cómo podéis decirme: vuela a los montes como un pájaro? (Salmo 11:1)

Este salmo se articula como una conversación entre David y un colectivo anónimo. Estos le instan a huir ante la realidad desoladora que le rodea. Huye, escapa, protégete de un mundo caótico, inestable, inseguro, violento, donde todo está patas arriba y donde parece que la injusticia, la violencia y la catástrofe imperan e imperaran más y más. Tal vez no puedes huir físicamente, hazlo mentalmente, aíslate, no dejes que la realidad amargue tu existencia, trata, en la medida de lo posible, de vivir al margen de ella.

Pero David se niega. Él confía en Dios, conoce al Señor y por eso puede descansar en Él. El salmista les explica a sus oyentes las razones que le llevan a vivir en esa confianza. El Señor tiene su trono en el cielo. Sigue teniendo el control del universo, nada escapa de sus manos aunque, temporalmente las cosas parezcan desbocadas. Dios sigue siendo el Señor de la historia, de la macro historia y de mi micro historia. Dios detesta a los violentos. No le pasa por alto las conductas que dañan al inocente, estas serán castigadas. Dios es justo y ama la justicia; la injusticia no tiene cabida en su entorno ni en Él.

Creo que el ser humano está diseñado, entre otras cosas, para confiar. Una definición de confianza afirma que es sentirse seguro. La cuestión es con quién o con qué nos sentimos seguros. El salmista ha explicado su experiencia, se siente seguro en el Señor por su carácter. 

¿En qué o quién te sientes seguro?


En el Señor confío ¿cómo podéis decirme: vuela a los montes como un pájaro? (Salmo 11:1)

Este salmo se articula como una conversación entre David y un colectivo anónimo. Estos le instan a huir ante la realidad desoladora que le rodea. Huye, escapa, protégete de un mundo caótico, inestable, inseguro, violento, donde todo está patas arriba y donde parece que la injusticia, la violencia y la catástrofe imperan e imperaran más y más. Tal vez no puedes huir físicamente, hazlo mentalmente, aíslate, no dejes que la realidad amargue tu existencia, trata, en la medida de lo posible, de vivir al margen de ella.

Pero David se niega. Él confía en Dios, conoce al Señor y por eso puede descansar en Él. El salmista les explica a sus oyentes las razones que le llevan a vivir en esa confianza. El Señor tiene su trono en el cielo. Sigue teniendo el control del universo, nada escapa de sus manos aunque, temporalmente las cosas parezcan desbocadas. Dios sigue siendo el Señor de la historia, de la macro historia y de mi micro historia. Dios detesta a los violentos. No le pasa por alto las conductas que dañan al inocente, estas serán castigadas. Dios es justo y ama la justicia; la injusticia no tiene cabida en su entorno ni en Él.

Creo que el ser humano está diseñado, entre otras cosas, para confiar. Una definición de confianza afirma que es sentirse seguro. La cuestión es con quién o con qué nos sentimos seguros. El salmista ha explicado su experiencia, se siente seguro en el Señor por su carácter. 

¿En qué o quién te sientes seguro?