Si con alguien tenéis deudas, que sean de amor, pues quien ama al prójimo ha cumplido la ley. (Romanos 13:8)


Cada uno de los 44 millones de españoles, como consecuencia del aumento del gasto público, tiene una deuda de 30.000 euros. Ese es mi caso y el de cualquier españolito que nazca; no viene, a pesar de lo que dice el refrán, con un pan bajo el brazo, sino con una deuda inmensa.

Pablo nos dice que todos los seguidores de Jesús estamos en deuda, una deuda que define como de amor. Somos deudores de amar a toda la humanidad sin distinción; estamos en deuda de amor con todos y cada uno de los seres que habitan este planeta.

¿Cuál es el origen de esta deuda? Pues sencillamente el amor que el Señor ha tenido y continúa teniendo por nosotros. Al ser recipientes del mismo hemos contraído una deuda que debe ser pagada devolviendo ese amor a otros. Haced el bien a todos, nos dice Pablo escribiendo a los Gálatas. Amad incluso a vuestros enemigos, recalca Jesús.

Los pagos de esta deuda no se dan en términos emocionales; antes al contrario, en acciones prácticas y concretas de buscar el bien de la persona con la que estamos en deuda. Porque, al fin y al cabo, amor es la búsqueda intencional y pro-activa de la persona amada. El amor bíblico no es un sentimiento, es un acto de la voluntad. Son acciones, no buenas expresiones.

Pues ya sabes, a pagar tu deuda.

 



Si con alguien tenéis deudas, que sean de amor, pues quien ama al prójimo ha cumplido la ley. (Romanos 13:8)


Cada uno de los 44 millones de españoles, como consecuencia del aumento del gasto público, tiene una deuda de 30.000 euros. Ese es mi caso y el de cualquier españolito que nazca; no viene, a pesar de lo que dice el refrán, con un pan bajo el brazo, sino con una deuda inmensa.

Pablo nos dice que todos los seguidores de Jesús estamos en deuda, una deuda que define como de amor. Somos deudores de amar a toda la humanidad sin distinción; estamos en deuda de amor con todos y cada uno de los seres que habitan este planeta.

¿Cuál es el origen de esta deuda? Pues sencillamente el amor que el Señor ha tenido y continúa teniendo por nosotros. Al ser recipientes del mismo hemos contraído una deuda que debe ser pagada devolviendo ese amor a otros. Haced el bien a todos, nos dice Pablo escribiendo a los Gálatas. Amad incluso a vuestros enemigos, recalca Jesús.

Los pagos de esta deuda no se dan en términos emocionales; antes al contrario, en acciones prácticas y concretas de buscar el bien de la persona con la que estamos en deuda. Porque, al fin y al cabo, amor es la búsqueda intencional y pro-activa de la persona amada. El amor bíblico no es un sentimiento, es un acto de la voluntad. Son acciones, no buenas expresiones.

Pues ya sabes, a pagar tu deuda.

 



Si con alguien tenéis deudas, que sean de amor, pues quien ama al prójimo ha cumplido la ley. (Romanos 13:8)


Cada uno de los 44 millones de españoles, como consecuencia del aumento del gasto público, tiene una deuda de 30.000 euros. Ese es mi caso y el de cualquier españolito que nazca; no viene, a pesar de lo que dice el refrán, con un pan bajo el brazo, sino con una deuda inmensa.

Pablo nos dice que todos los seguidores de Jesús estamos en deuda, una deuda que define como de amor. Somos deudores de amar a toda la humanidad sin distinción; estamos en deuda de amor con todos y cada uno de los seres que habitan este planeta.

¿Cuál es el origen de esta deuda? Pues sencillamente el amor que el Señor ha tenido y continúa teniendo por nosotros. Al ser recipientes del mismo hemos contraído una deuda que debe ser pagada devolviendo ese amor a otros. Haced el bien a todos, nos dice Pablo escribiendo a los Gálatas. Amad incluso a vuestros enemigos, recalca Jesús.

Los pagos de esta deuda no se dan en términos emocionales; antes al contrario, en acciones prácticas y concretas de buscar el bien de la persona con la que estamos en deuda. Porque, al fin y al cabo, amor es la búsqueda intencional y pro-activa de la persona amada. El amor bíblico no es un sentimiento, es un acto de la voluntad. Son acciones, no buenas expresiones.

Pues ya sabes, a pagar tu deuda.