Ellos dejaron de inmediato sus redes y se fueron con él. (Mateo 4:20)


Andrés, Pedro, Santiago y Juan se encontraron con Jesús. Hay muchas cosas en común en este encuentro. Primera, sucede en su lugar de trabajo, unos estaban echando las redes y los otros cuidando sus artes de pesca.

Segunda, se trata, nuevamente, como ya hemos visto anteriormente, de gente sencilla, hasta podríamos decir vulgar, sin adiestramiento religioso. Tal vez pero eso son escogidos. Como veremos, la formación religiosa y las estructuras teológicas de la clase dirigente eran más un obstáculo que una ayuda para seguir al Maestro.

Tercera, los cuatro recibieron una invitación a seguirle. Este tipo de invitaciones nunca es pasiva, implica un cambio de estilo de vida, de prioridades, de valores, de lealtades, de relaciones.

Cuarta, hay un precio que debe ser pagado. Los pescadores dejaron negocio y familia para seguir al Maestro.

Este encuentro tiene un reto claro para nosotros. Sin embargo, es importante centrarnos en los principios que son universales y aplicables a cualquiera de nosotros y no en los detalles particulares de aquellas personas. ¿Qué aprendemos pues? Primero, busca al Maestro en tu lugar de trabajo, no seas tan necio como para pensar que vive en iglesias. Segundo, tú, como aquellos pescadores, sin importar si eres una "estrella del evangelio" o tienes preparación teológica forma, estás llamado a seguirle para ser un agente de restauración y reconciliación. Tercero, si deseas seguir activamente a Jesús en la transformación del mundo tendrás que dejar cosas atrás, no es posible, como dice el refrán: "nadar y guardar la ropa al mismo tiempo".


¿Qué te impide un mejor seguimiento de Jesús? ¿Qué ves con claridad que deberías dejar atrás?

 



Ellos dejaron de inmediato sus redes y se fueron con él. (Mateo 4:20)


Andrés, Pedro, Santiago y Juan se encontraron con Jesús. Hay muchas cosas en común en este encuentro. Primera, sucede en su lugar de trabajo, unos estaban echando las redes y los otros cuidando sus artes de pesca.

Segunda, se trata, nuevamente, como ya hemos visto anteriormente, de gente sencilla, hasta podríamos decir vulgar, sin adiestramiento religioso. Tal vez pero eso son escogidos. Como veremos, la formación religiosa y las estructuras teológicas de la clase dirigente eran más un obstáculo que una ayuda para seguir al Maestro.

Tercera, los cuatro recibieron una invitación a seguirle. Este tipo de invitaciones nunca es pasiva, implica un cambio de estilo de vida, de prioridades, de valores, de lealtades, de relaciones.

Cuarta, hay un precio que debe ser pagado. Los pescadores dejaron negocio y familia para seguir al Maestro.

Este encuentro tiene un reto claro para nosotros. Sin embargo, es importante centrarnos en los principios que son universales y aplicables a cualquiera de nosotros y no en los detalles particulares de aquellas personas. ¿Qué aprendemos pues? Primero, busca al Maestro en tu lugar de trabajo, no seas tan necio como para pensar que vive en iglesias. Segundo, tú, como aquellos pescadores, sin importar si eres una "estrella del evangelio" o tienes preparación teológica forma, estás llamado a seguirle para ser un agente de restauración y reconciliación. Tercero, si deseas seguir activamente a Jesús en la transformación del mundo tendrás que dejar cosas atrás, no es posible, como dice el refrán: "nadar y guardar la ropa al mismo tiempo".


¿Qué te impide un mejor seguimiento de Jesús? ¿Qué ves con claridad que deberías dejar atrás?

 



Ellos dejaron de inmediato sus redes y se fueron con él. (Mateo 4:20)


Andrés, Pedro, Santiago y Juan se encontraron con Jesús. Hay muchas cosas en común en este encuentro. Primera, sucede en su lugar de trabajo, unos estaban echando las redes y los otros cuidando sus artes de pesca.

Segunda, se trata, nuevamente, como ya hemos visto anteriormente, de gente sencilla, hasta podríamos decir vulgar, sin adiestramiento religioso. Tal vez pero eso son escogidos. Como veremos, la formación religiosa y las estructuras teológicas de la clase dirigente eran más un obstáculo que una ayuda para seguir al Maestro.

Tercera, los cuatro recibieron una invitación a seguirle. Este tipo de invitaciones nunca es pasiva, implica un cambio de estilo de vida, de prioridades, de valores, de lealtades, de relaciones.

Cuarta, hay un precio que debe ser pagado. Los pescadores dejaron negocio y familia para seguir al Maestro.

Este encuentro tiene un reto claro para nosotros. Sin embargo, es importante centrarnos en los principios que son universales y aplicables a cualquiera de nosotros y no en los detalles particulares de aquellas personas. ¿Qué aprendemos pues? Primero, busca al Maestro en tu lugar de trabajo, no seas tan necio como para pensar que vive en iglesias. Segundo, tú, como aquellos pescadores, sin importar si eres una "estrella del evangelio" o tienes preparación teológica forma, estás llamado a seguirle para ser un agente de restauración y reconciliación. Tercero, si deseas seguir activamente a Jesús en la transformación del mundo tendrás que dejar cosas atrás, no es posible, como dice el refrán: "nadar y guardar la ropa al mismo tiempo".


¿Qué te impide un mejor seguimiento de Jesús? ¿Qué ves con claridad que deberías dejar atrás?