Del Señor es la tierra. (Salmo 24:1)


Hoy, en todo el mundo se celebra el día de la tierra. Establecido con la finalidad de llamar la atención sobre el proceso de degradación que nuestro planeta sufre y la necesidad de tener cuidado y un buen uso de los recursos existentes, tanto biológicos como minerales.

Los seguidores de Jesús deberíamos ser paladines en la defensa de la tierra, en el buen uso de los recursos y en generar conciencia sobre la necesidad de vivir de una manera diferente. Lo deberíamos hacer por dos razones. La primera, porque la tierra pertenece a nuestro Padre y es, por tanto, nuestra herencia. Somos los primeros interesados en el buen uso de la propiedad paterna.

La segunda porque recibimos de parte del Señor el mandato de ser mayordomos de la creación; responsabilidad que aparece en el primer capítulo del libro de Génesis. La palabra, dominio, usada en el texto hebreo, tiene la connotación de cuidado y protección. Es la misma palabra que se usa para describir el cuidado que Dios tiene sobre nosotros. Si ejerciera el dominio que nosotros ejercemos sobre la tierra ¡Fatal nos iría!

Pero, lamentablemente, como en tantos otros temas, hemos abdicado de una responsabilidad cristiana y la hemos entregado a la sociedad secular. Después, desde nuestra falsa posición de superioridad moral, nos atrevemos a criticar y juzgar a todos aquellos que defienden la causa de la naturaleza.

Sin embargo, nunca es tarde para recobrar y asumir el viejo mandamiento dado por el Padre de cuidar su creación.

¿Hasta qué punto tus hábitos de consumo reflejan la realidad arriba descrita?






 



Del Señor es la tierra. (Salmo 24:1)


Hoy, en todo el mundo se celebra el día de la tierra. Establecido con la finalidad de llamar la atención sobre el proceso de degradación que nuestro planeta sufre y la necesidad de tener cuidado y un buen uso de los recursos existentes, tanto biológicos como minerales.

Los seguidores de Jesús deberíamos ser paladines en la defensa de la tierra, en el buen uso de los recursos y en generar conciencia sobre la necesidad de vivir de una manera diferente. Lo deberíamos hacer por dos razones. La primera, porque la tierra pertenece a nuestro Padre y es, por tanto, nuestra herencia. Somos los primeros interesados en el buen uso de la propiedad paterna.

La segunda porque recibimos de parte del Señor el mandato de ser mayordomos de la creación; responsabilidad que aparece en el primer capítulo del libro de Génesis. La palabra, dominio, usada en el texto hebreo, tiene la connotación de cuidado y protección. Es la misma palabra que se usa para describir el cuidado que Dios tiene sobre nosotros. Si ejerciera el dominio que nosotros ejercemos sobre la tierra ¡Fatal nos iría!

Pero, lamentablemente, como en tantos otros temas, hemos abdicado de una responsabilidad cristiana y la hemos entregado a la sociedad secular. Después, desde nuestra falsa posición de superioridad moral, nos atrevemos a criticar y juzgar a todos aquellos que defienden la causa de la naturaleza.

Sin embargo, nunca es tarde para recobrar y asumir el viejo mandamiento dado por el Padre de cuidar su creación.

¿Hasta qué punto tus hábitos de consumo reflejan la realidad arriba descrita?






 



Del Señor es la tierra. (Salmo 24:1)


Hoy, en todo el mundo se celebra el día de la tierra. Establecido con la finalidad de llamar la atención sobre el proceso de degradación que nuestro planeta sufre y la necesidad de tener cuidado y un buen uso de los recursos existentes, tanto biológicos como minerales.

Los seguidores de Jesús deberíamos ser paladines en la defensa de la tierra, en el buen uso de los recursos y en generar conciencia sobre la necesidad de vivir de una manera diferente. Lo deberíamos hacer por dos razones. La primera, porque la tierra pertenece a nuestro Padre y es, por tanto, nuestra herencia. Somos los primeros interesados en el buen uso de la propiedad paterna.

La segunda porque recibimos de parte del Señor el mandato de ser mayordomos de la creación; responsabilidad que aparece en el primer capítulo del libro de Génesis. La palabra, dominio, usada en el texto hebreo, tiene la connotación de cuidado y protección. Es la misma palabra que se usa para describir el cuidado que Dios tiene sobre nosotros. Si ejerciera el dominio que nosotros ejercemos sobre la tierra ¡Fatal nos iría!

Pero, lamentablemente, como en tantos otros temas, hemos abdicado de una responsabilidad cristiana y la hemos entregado a la sociedad secular. Después, desde nuestra falsa posición de superioridad moral, nos atrevemos a criticar y juzgar a todos aquellos que defienden la causa de la naturaleza.

Sin embargo, nunca es tarde para recobrar y asumir el viejo mandamiento dado por el Padre de cuidar su creación.

¿Hasta qué punto tus hábitos de consumo reflejan la realidad arriba descrita?