Liberados del pecado, os habéis puesto al servicio del bien. (Romanos 6:6)

La salvación no es completa si solo enfatizamos el "de" y omitimos el "para".  En ocasiones, entendemos la salvación como haber sido liberados del pecado, de su influencia, de su condena, de sus consecuencias en nuestra relación personal con el Señor. Nos olvidamos que hemos sido rescatados con un propósito, con un sentido, con una intención, en definitiva, con un para que lo expresa con claridad y que Pablo lo pone de manifiesto en la segunda parte del capítulo seis de Romanos: para vivir al servicio de bien. 

Así pues, una manera práctica de vivirlo sería levantarnos cada mañana con una actitud de profunda gratitud por haber sido salvados del pecado y un deseo intencional de vivir para el bien, haciendo el bien, siendo agentes de restauración y reconciliación en un mundo roto allí, en los círculos de influencia donde Dios nos ha colocado.

¿Cómo llevas en tu vida el equilibrio entre el de y el para?

 



Liberados del pecado, os habéis puesto al servicio del bien. (Romanos 6:6)

La salvación no es completa si solo enfatizamos el "de" y omitimos el "para".  En ocasiones, entendemos la salvación como haber sido liberados del pecado, de su influencia, de su condena, de sus consecuencias en nuestra relación personal con el Señor. Nos olvidamos que hemos sido rescatados con un propósito, con un sentido, con una intención, en definitiva, con un para que lo expresa con claridad y que Pablo lo pone de manifiesto en la segunda parte del capítulo seis de Romanos: para vivir al servicio de bien. 

Así pues, una manera práctica de vivirlo sería levantarnos cada mañana con una actitud de profunda gratitud por haber sido salvados del pecado y un deseo intencional de vivir para el bien, haciendo el bien, siendo agentes de restauración y reconciliación en un mundo roto allí, en los círculos de influencia donde Dios nos ha colocado.

¿Cómo llevas en tu vida el equilibrio entre el de y el para?

 



Liberados del pecado, os habéis puesto al servicio del bien. (Romanos 6:6)

La salvación no es completa si solo enfatizamos el "de" y omitimos el "para".  En ocasiones, entendemos la salvación como haber sido liberados del pecado, de su influencia, de su condena, de sus consecuencias en nuestra relación personal con el Señor. Nos olvidamos que hemos sido rescatados con un propósito, con un sentido, con una intención, en definitiva, con un para que lo expresa con claridad y que Pablo lo pone de manifiesto en la segunda parte del capítulo seis de Romanos: para vivir al servicio de bien. 

Así pues, una manera práctica de vivirlo sería levantarnos cada mañana con una actitud de profunda gratitud por haber sido salvados del pecado y un deseo intencional de vivir para el bien, haciendo el bien, siendo agentes de restauración y reconciliación en un mundo roto allí, en los círculos de influencia donde Dios nos ha colocado.

¿Cómo llevas en tu vida el equilibrio entre el de y el para?