Nadie puede servir a dos amos al mismo tiempo, porque aborrecerá al uno y apreciará al otro; será fiel al uno y del otro no hará caso. No podéis servir al mismo tiempo a Dios y al dinero. —Mateo 6:24

Tan importante como la reflexión es el contenido de la misma, es decir, sobre qué re- flexiono. Mi invitación es que este tiempo de Cuaresma sea una oportunidad para re- flexionar sobre nuestras lealtades. Me gusta porque el diccionario indica que alguien leal o fiel es aquel que es constante en sus afectos y no defrauda la confianza depositada en él.

Jesús plantea con claridad y crudeza la imposibilidad de tener dos lealtades paralelas. No es posible mantenerlas porque siempre prevalecerá una en detrimento de la otra. Vivir con dos lealtades es vivir en constante conflicto y tensión. El Maestro usa el ejemplo o la ilustración del dinero, pero hemos de verlo de manera descriptiva y no exhaustiva, dicho de otro modo, el dinero no es la única doble lealtad que puede empañar mi seguimiento de Jesús, pueden haber otras lealtades en competencia con este seguimiento y pueden ser tan fuertes o más que el propio dinero.

No me cuesta relacionar esta idea de las lealtades duplicadas con la afirmación de Je- sús, El que pone la mano en el arado y luego mira atrás no es apto para el reino de Dios. Visualizo la idea de alguien siguiendo a Jesús pero mirando hacia atrás, en duda, porque hay otras cosas que le atraen, que tienen influencia sobre él, que mantienen su lealtad dividida.

¿Qué lealtades en competencia puedes observar? ¿Qué efecto tienen sobre tu seguimiento de Jesús? ¿Qué debes hacer al respecto?
¿Qué te impide hacerlo?

¿Qué aprendes con toda esta reflexión sobre ti mismo y tu vida?




 


Nadie puede servir a dos amos al mismo tiempo, porque aborrecerá al uno y apreciará al otro; será fiel al uno y del otro no hará caso. No podéis servir al mismo tiempo a Dios y al dinero. —Mateo 6:24

Tan importante como la reflexión es el contenido de la misma, es decir, sobre qué re- flexiono. Mi invitación es que este tiempo de Cuaresma sea una oportunidad para re- flexionar sobre nuestras lealtades. Me gusta porque el diccionario indica que alguien leal o fiel es aquel que es constante en sus afectos y no defrauda la confianza depositada en él.

Jesús plantea con claridad y crudeza la imposibilidad de tener dos lealtades paralelas. No es posible mantenerlas porque siempre prevalecerá una en detrimento de la otra. Vivir con dos lealtades es vivir en constante conflicto y tensión. El Maestro usa el ejemplo o la ilustración del dinero, pero hemos de verlo de manera descriptiva y no exhaustiva, dicho de otro modo, el dinero no es la única doble lealtad que puede empañar mi seguimiento de Jesús, pueden haber otras lealtades en competencia con este seguimiento y pueden ser tan fuertes o más que el propio dinero.

No me cuesta relacionar esta idea de las lealtades duplicadas con la afirmación de Je- sús, El que pone la mano en el arado y luego mira atrás no es apto para el reino de Dios. Visualizo la idea de alguien siguiendo a Jesús pero mirando hacia atrás, en duda, porque hay otras cosas que le atraen, que tienen influencia sobre él, que mantienen su lealtad dividida.

¿Qué lealtades en competencia puedes observar? ¿Qué efecto tienen sobre tu seguimiento de Jesús? ¿Qué debes hacer al respecto?
¿Qué te impide hacerlo?

¿Qué aprendes con toda esta reflexión sobre ti mismo y tu vida?




 


Nadie puede servir a dos amos al mismo tiempo, porque aborrecerá al uno y apreciará al otro; será fiel al uno y del otro no hará caso. No podéis servir al mismo tiempo a Dios y al dinero. —Mateo 6:24

Tan importante como la reflexión es el contenido de la misma, es decir, sobre qué re- flexiono. Mi invitación es que este tiempo de Cuaresma sea una oportunidad para re- flexionar sobre nuestras lealtades. Me gusta porque el diccionario indica que alguien leal o fiel es aquel que es constante en sus afectos y no defrauda la confianza depositada en él.

Jesús plantea con claridad y crudeza la imposibilidad de tener dos lealtades paralelas. No es posible mantenerlas porque siempre prevalecerá una en detrimento de la otra. Vivir con dos lealtades es vivir en constante conflicto y tensión. El Maestro usa el ejemplo o la ilustración del dinero, pero hemos de verlo de manera descriptiva y no exhaustiva, dicho de otro modo, el dinero no es la única doble lealtad que puede empañar mi seguimiento de Jesús, pueden haber otras lealtades en competencia con este seguimiento y pueden ser tan fuertes o más que el propio dinero.

No me cuesta relacionar esta idea de las lealtades duplicadas con la afirmación de Je- sús, El que pone la mano en el arado y luego mira atrás no es apto para el reino de Dios. Visualizo la idea de alguien siguiendo a Jesús pero mirando hacia atrás, en duda, porque hay otras cosas que le atraen, que tienen influencia sobre él, que mantienen su lealtad dividida.

¿Qué lealtades en competencia puedes observar? ¿Qué efecto tienen sobre tu seguimiento de Jesús? ¿Qué debes hacer al respecto?
¿Qué te impide hacerlo?

¿Qué aprendes con toda esta reflexión sobre ti mismo y tu vida?