A Dios, nadie lo vio jamás; el Hijo único, que es Dios y vive en íntima unión con el Padre, nos lo ha dado a conocer. (Juan 1:18)


El hombre y Dios nunca su pueden encontrar. Esta es una afirmación hecha por el filósofo Platón. Durante toda la antigüedad se daba por sentado que el ser humano y la divinidad eran dos realidad que nunca convergían. En el mejor de los casos, afirmaba el escritor Apuleyo, pueden llegar vislumbrar una chispa de Dios, como un rayo ilumina durante milésimas de segundo la oscuridad de una noche de tormenta. William Barclay cita a Celso afirmando que este se reía de la pretensión de los cristianos de llamar Padre a Dios puesto que "Dios está siempre más allá de todas las cosas".

Sé que estamos acercándonos al libro de Hebreos y este pasaje pertenece al evangelio de Juan. Pero esa carta comienza con la tremenda afirmación, como ya hemos visto, que Jesús es la expresión real, auténtica y genuina de cómo es Dios; consecuentemente el pasaje del evangelista viene totalmente al caso porque nos ayuda a completar esta idea desde una perspectiva diferente. Ambos, Juan y el autor de Hebreos nos enseñan una cosa importantísima, Jesús es la única interpretación autorizada de Dios. Quien mira al Señor ve al Padre. Punto final.

Eso tiene increíbles y beneficiosas implicaciones para nosotros los seguidores de Jesús. Nunca en la historia humana la divinidad se había hecho tan accesible con en Jesús.



A Dios, nadie lo vio jamás; el Hijo único, que es Dios y vive en íntima unión con el Padre, nos lo ha dado a conocer. (Juan 1:18)


El hombre y Dios nunca su pueden encontrar. Esta es una afirmación hecha por el filósofo Platón. Durante toda la antigüedad se daba por sentado que el ser humano y la divinidad eran dos realidad que nunca convergían. En el mejor de los casos, afirmaba el escritor Apuleyo, pueden llegar vislumbrar una chispa de Dios, como un rayo ilumina durante milésimas de segundo la oscuridad de una noche de tormenta. William Barclay cita a Celso afirmando que este se reía de la pretensión de los cristianos de llamar Padre a Dios puesto que "Dios está siempre más allá de todas las cosas".

Sé que estamos acercándonos al libro de Hebreos y este pasaje pertenece al evangelio de Juan. Pero esa carta comienza con la tremenda afirmación, como ya hemos visto, que Jesús es la expresión real, auténtica y genuina de cómo es Dios; consecuentemente el pasaje del evangelista viene totalmente al caso porque nos ayuda a completar esta idea desde una perspectiva diferente. Ambos, Juan y el autor de Hebreos nos enseñan una cosa importantísima, Jesús es la única interpretación autorizada de Dios. Quien mira al Señor ve al Padre. Punto final.

Eso tiene increíbles y beneficiosas implicaciones para nosotros los seguidores de Jesús. Nunca en la historia humana la divinidad se había hecho tan accesible con en Jesús.



A Dios, nadie lo vio jamás; el Hijo único, que es Dios y vive en íntima unión con el Padre, nos lo ha dado a conocer. (Juan 1:18)


El hombre y Dios nunca su pueden encontrar. Esta es una afirmación hecha por el filósofo Platón. Durante toda la antigüedad se daba por sentado que el ser humano y la divinidad eran dos realidad que nunca convergían. En el mejor de los casos, afirmaba el escritor Apuleyo, pueden llegar vislumbrar una chispa de Dios, como un rayo ilumina durante milésimas de segundo la oscuridad de una noche de tormenta. William Barclay cita a Celso afirmando que este se reía de la pretensión de los cristianos de llamar Padre a Dios puesto que "Dios está siempre más allá de todas las cosas".

Sé que estamos acercándonos al libro de Hebreos y este pasaje pertenece al evangelio de Juan. Pero esa carta comienza con la tremenda afirmación, como ya hemos visto, que Jesús es la expresión real, auténtica y genuina de cómo es Dios; consecuentemente el pasaje del evangelista viene totalmente al caso porque nos ayuda a completar esta idea desde una perspectiva diferente. Ambos, Juan y el autor de Hebreos nos enseñan una cosa importantísima, Jesús es la única interpretación autorizada de Dios. Quien mira al Señor ve al Padre. Punto final.

Eso tiene increíbles y beneficiosas implicaciones para nosotros los seguidores de Jesús. Nunca en la historia humana la divinidad se había hecho tan accesible con en Jesús.