Abrán creyó al Señor, y el Señor le concedió su amistad. (Génesis 15:6)


Ser amigo de Dios. Abraham lo consiguió única y exclusivamente por medio de la fe, es decir, de confiar en el Señor y sus promesas. Nada, absolutamente nada, lo hizo merecedor de semejante privilegio; tan sólo su confianza en las promesas de Dios. Vemos, pues, que ya desde el comienzo, la relación con el Señor única y exclusivamente puede establecerse por medio de la confianza que se abandona en Él y en su gracia. Ya en el libro de Génesis aparece el embrión de lo que posteriormente se desarrollará en plenitud con la venida de Jesús. El propio Maestro, con un claro eco de las palabras de Génesis, afirmó que ya nos llamaría siervos sino amigos. ¡Qué increíble título para cada seguidor de Jesús! ¡Amigo de Dios! Amigos por la fe. Amigos por la gracia. Amigo sin méritos para ello. Nada hicimos por ganarlo, nada nos puede hacer perderlo. Vivamos pues como amigos del Creador y Sustentador de todo el Universo.



Abrán creyó al Señor, y el Señor le concedió su amistad. (Génesis 15:6)


Ser amigo de Dios. Abraham lo consiguió única y exclusivamente por medio de la fe, es decir, de confiar en el Señor y sus promesas. Nada, absolutamente nada, lo hizo merecedor de semejante privilegio; tan sólo su confianza en las promesas de Dios. Vemos, pues, que ya desde el comienzo, la relación con el Señor única y exclusivamente puede establecerse por medio de la confianza que se abandona en Él y en su gracia. Ya en el libro de Génesis aparece el embrión de lo que posteriormente se desarrollará en plenitud con la venida de Jesús. El propio Maestro, con un claro eco de las palabras de Génesis, afirmó que ya nos llamaría siervos sino amigos. ¡Qué increíble título para cada seguidor de Jesús! ¡Amigo de Dios! Amigos por la fe. Amigos por la gracia. Amigo sin méritos para ello. Nada hicimos por ganarlo, nada nos puede hacer perderlo. Vivamos pues como amigos del Creador y Sustentador de todo el Universo.



Abrán creyó al Señor, y el Señor le concedió su amistad. (Génesis 15:6)


Ser amigo de Dios. Abraham lo consiguió única y exclusivamente por medio de la fe, es decir, de confiar en el Señor y sus promesas. Nada, absolutamente nada, lo hizo merecedor de semejante privilegio; tan sólo su confianza en las promesas de Dios. Vemos, pues, que ya desde el comienzo, la relación con el Señor única y exclusivamente puede establecerse por medio de la confianza que se abandona en Él y en su gracia. Ya en el libro de Génesis aparece el embrión de lo que posteriormente se desarrollará en plenitud con la venida de Jesús. El propio Maestro, con un claro eco de las palabras de Génesis, afirmó que ya nos llamaría siervos sino amigos. ¡Qué increíble título para cada seguidor de Jesús! ¡Amigo de Dios! Amigos por la fe. Amigos por la gracia. Amigo sin méritos para ello. Nada hicimos por ganarlo, nada nos puede hacer perderlo. Vivamos pues como amigos del Creador y Sustentador de todo el Universo.



Abrán creyó al Señor, y el Señor le concedió su amistad. (Génesis 15:6)


Ser amigo de Dios. Abraham lo consiguió única y exclusivamente por medio de la fe, es decir, de confiar en el Señor y sus promesas. Nada, absolutamente nada, lo hizo merecedor de semejante privilegio; tan sólo su confianza en las promesas de Dios. Vemos, pues, que ya desde el comienzo, la relación con el Señor única y exclusivamente puede establecerse por medio de la confianza que se abandona en Él y en su gracia. Ya en el libro de Génesis aparece el embrión de lo que posteriormente se desarrollará en plenitud con la venida de Jesús. El propio Maestro, con un claro eco de las palabras de Génesis, afirmó que ya nos llamaría siervos sino amigos. ¡Qué increíble título para cada seguidor de Jesús! ¡Amigo de Dios! Amigos por la fe. Amigos por la gracia. Amigo sin méritos para ello. Nada hicimos por ganarlo, nada nos puede hacer perderlo. Vivamos pues como amigos del Creador y Sustentador de todo el Universo.