Bendecid a los que os persiguen y no maldigáis jamás... A nadie devolváis mal por mal. Esforzaos en hacer el bien ante cualquiera. (Romanos 12:14 y 17)
Hay muchas personas, incluso seguidores de Jesús, que afirman que hay muchas cosas que son difíciles de entender en la Biblia. Otras indican que es un libro antiguo e irrelevante para la vida contemporánea. Yo diría que, contrariamente a esas afirmaciones, lo preocupante de las Escrituras es aquello que es demasiado fácil de entender y bien desafiante de aplicar. Aquello que es demasiado relevante a un mundo en tensión pero que va en contra de nuestros instintos.
Aquí hay dos desafíos radicales para cualquier seguidor del Maestro. Responder de forma diferente a lo que el cuerpo nos pide, a lo que la sociedad práctica. Porque el reto no sólo consiste en ser pasivos ante aquellos que nos causan mal, sino dar una respuesta positiva de amor, orar por ellos (aquí cito a Jesús), bendecirlos (desear su bien) y, finalmente, hacerles bien.
Hay una palabra clave que debo resaltar: esforzaos que es un uso activo y deliberado de recursos para una tarea o meta especifica.


