Felices los que se refugian en Él. (Salmo 2:12)


Otras versiones de la Biblia traducen refugiar por confiar. No me parecen términos contradictorios; buscas refugio en un lugar que te da confianza, porque la confianza es la medida en que nos sentimos seguros con algo o alguien. Los seres humanos tenemos una gran bendición que, a la vez, es una gran carga: nuestra capacidad de vivir en tres dimensiones, el pasado, el presente y el futuro. Hablemos hoy de este último. Tenemos la posibilidad de visionar escenarios futuros tanto positivos como negativos. Podemos anticipar cosas que puede ser o no que pasen. Pero tanto si se dan como si no, pueden generar en nosotros una increíble ansiedad, inquietud, angustia e incluso desesperación. 

¿Qué podemos hacer cuando uno no puede confiar en los sistemas sociales, económicos, culturales o políticos? ¿Qué podemos hacer cuando tenemos una sensación de parcial o total falta de control sobre nuestras circunstancias y, consecuentemente, sobre nuestras vidas? El salmista nos ofrece una alternativa, refugiarnos en Dios. Pero, de forma práctica ¿Cómo es posible refugiarse en Él? Para mí hay algunas maneras prácticas. Primero, repasar la intervención de Dios en la historia del mundo. Recordar que ha intervenido en la misma para salvación por medio de Jesús. Segundo, repasar la intervención del Señor en nuestra  micro historia personal. No olvides ninguno de sus beneficios nos dirá el salmista más adelante. Su intervención en el pasado es la esperanza para el futuro. Tercero, Repasar una y otra vez las promesas que nos han sido dadas. Cuarta, llevar nuestros miedos, angustias, inseguridades y desesperación ante Dios una y otra y otra y otra vez.

¿En qué o quién te refugias?

 

Felices los que se refugian en Él. (Salmo 2:12)


Otras versiones de la Biblia traducen refugiar por confiar. No me parecen términos contradictorios; buscas refugio en un lugar que te da confianza, porque la confianza es la medida en que nos sentimos seguros con algo o alguien. Los seres humanos tenemos una gran bendición que, a la vez, es una gran carga: nuestra capacidad de vivir en tres dimensiones, el pasado, el presente y el futuro. Hablemos hoy de este último. Tenemos la posibilidad de visionar escenarios futuros tanto positivos como negativos. Podemos anticipar cosas que puede ser o no que pasen. Pero tanto si se dan como si no, pueden generar en nosotros una increíble ansiedad, inquietud, angustia e incluso desesperación. 

¿Qué podemos hacer cuando uno no puede confiar en los sistemas sociales, económicos, culturales o políticos? ¿Qué podemos hacer cuando tenemos una sensación de parcial o total falta de control sobre nuestras circunstancias y, consecuentemente, sobre nuestras vidas? El salmista nos ofrece una alternativa, refugiarnos en Dios. Pero, de forma práctica ¿Cómo es posible refugiarse en Él? Para mí hay algunas maneras prácticas. Primero, repasar la intervención de Dios en la historia del mundo. Recordar que ha intervenido en la misma para salvación por medio de Jesús. Segundo, repasar la intervención del Señor en nuestra  micro historia personal. No olvides ninguno de sus beneficios nos dirá el salmista más adelante. Su intervención en el pasado es la esperanza para el futuro. Tercero, Repasar una y otra vez las promesas que nos han sido dadas. Cuarta, llevar nuestros miedos, angustias, inseguridades y desesperación ante Dios una y otra y otra y otra vez.

¿En qué o quién te refugias?

 

Felices los que se refugian en Él. (Salmo 2:12)


Otras versiones de la Biblia traducen refugiar por confiar. No me parecen términos contradictorios; buscas refugio en un lugar que te da confianza, porque la confianza es la medida en que nos sentimos seguros con algo o alguien. Los seres humanos tenemos una gran bendición que, a la vez, es una gran carga: nuestra capacidad de vivir en tres dimensiones, el pasado, el presente y el futuro. Hablemos hoy de este último. Tenemos la posibilidad de visionar escenarios futuros tanto positivos como negativos. Podemos anticipar cosas que puede ser o no que pasen. Pero tanto si se dan como si no, pueden generar en nosotros una increíble ansiedad, inquietud, angustia e incluso desesperación. 

¿Qué podemos hacer cuando uno no puede confiar en los sistemas sociales, económicos, culturales o políticos? ¿Qué podemos hacer cuando tenemos una sensación de parcial o total falta de control sobre nuestras circunstancias y, consecuentemente, sobre nuestras vidas? El salmista nos ofrece una alternativa, refugiarnos en Dios. Pero, de forma práctica ¿Cómo es posible refugiarse en Él? Para mí hay algunas maneras prácticas. Primero, repasar la intervención de Dios en la historia del mundo. Recordar que ha intervenido en la misma para salvación por medio de Jesús. Segundo, repasar la intervención del Señor en nuestra  micro historia personal. No olvides ninguno de sus beneficios nos dirá el salmista más adelante. Su intervención en el pasado es la esperanza para el futuro. Tercero, Repasar una y otra vez las promesas que nos han sido dadas. Cuarta, llevar nuestros miedos, angustias, inseguridades y desesperación ante Dios una y otra y otra y otra vez.

¿En qué o quién te refugias?