Jesús le contestó: — Lo que estoy haciendo, no puedes comprenderlo ahora; llegará el tiempo en que lo entiendas. (Juan 13:7)

Leer este pasaje me ha llevado a recordar tantas y tantas ocasiones en que, años atrás, trataba de explicarles a mis hijos ciertas cosas, acciones o situaciones que para ellos eran muy difíciles de entender por diferentes razones. En la mayoría de los casos -reconozco que eso cambió conforme se fueron haciendo mayores- acababan aceptando la situación a pesar de que no la comprendían. No siempre mis explicaciones tenían sentido para ellos; fuera por falta de perspectiva, falta de madurez, falta de suficiente experiencia vital para darle sentido a aquello que yo pudiera compartir. En muchas de aquellas situaciones al final sólo funcionaba la confianza en mí. No era tanto qué decía sino quién lo decía. Era el saberse amado y aceptado incondicionalmente lo que daba validez, que no comprensión, a lo que yo decía. Cuando no se entiende solo resta confiar.

No es fácil entender lo que estamos viviendo con esta pandemia del COVID 19. Es difícil encontrarle lógica y sentido al hecho de que unos sufran y otros no. De que mucha gente buena muera y tanto malvado quede a salvo. Que nos vayamos a encontrar dentro de no mucho con un mundo que probablemente sea más hostil y difícil de vivir en él. Nos cuesta entender qué está haciendo o, aparentemente dejando de hacer, Jesús en todo esto. Ante la dificultad de comprender sólo nos resta rendirnos a un Dios que sabemos que ama profundamente a toda la humanidad, incluidos nosotros.


¿Qué te hacen pensar estas palabras de Jesús?




Jesús le contestó: — Lo que estoy haciendo, no puedes comprenderlo ahora; llegará el tiempo en que lo entiendas. (Juan 13:7)

Leer este pasaje me ha llevado a recordar tantas y tantas ocasiones en que, años atrás, trataba de explicarles a mis hijos ciertas cosas, acciones o situaciones que para ellos eran muy difíciles de entender por diferentes razones. En la mayoría de los casos -reconozco que eso cambió conforme se fueron haciendo mayores- acababan aceptando la situación a pesar de que no la comprendían. No siempre mis explicaciones tenían sentido para ellos; fuera por falta de perspectiva, falta de madurez, falta de suficiente experiencia vital para darle sentido a aquello que yo pudiera compartir. En muchas de aquellas situaciones al final sólo funcionaba la confianza en mí. No era tanto qué decía sino quién lo decía. Era el saberse amado y aceptado incondicionalmente lo que daba validez, que no comprensión, a lo que yo decía. Cuando no se entiende solo resta confiar.

No es fácil entender lo que estamos viviendo con esta pandemia del COVID 19. Es difícil encontrarle lógica y sentido al hecho de que unos sufran y otros no. De que mucha gente buena muera y tanto malvado quede a salvo. Que nos vayamos a encontrar dentro de no mucho con un mundo que probablemente sea más hostil y difícil de vivir en él. Nos cuesta entender qué está haciendo o, aparentemente dejando de hacer, Jesús en todo esto. Ante la dificultad de comprender sólo nos resta rendirnos a un Dios que sabemos que ama profundamente a toda la humanidad, incluidos nosotros.


¿Qué te hacen pensar estas palabras de Jesús?




Jesús le contestó: — Lo que estoy haciendo, no puedes comprenderlo ahora; llegará el tiempo en que lo entiendas. (Juan 13:7)

Leer este pasaje me ha llevado a recordar tantas y tantas ocasiones en que, años atrás, trataba de explicarles a mis hijos ciertas cosas, acciones o situaciones que para ellos eran muy difíciles de entender por diferentes razones. En la mayoría de los casos -reconozco que eso cambió conforme se fueron haciendo mayores- acababan aceptando la situación a pesar de que no la comprendían. No siempre mis explicaciones tenían sentido para ellos; fuera por falta de perspectiva, falta de madurez, falta de suficiente experiencia vital para darle sentido a aquello que yo pudiera compartir. En muchas de aquellas situaciones al final sólo funcionaba la confianza en mí. No era tanto qué decía sino quién lo decía. Era el saberse amado y aceptado incondicionalmente lo que daba validez, que no comprensión, a lo que yo decía. Cuando no se entiende solo resta confiar.

No es fácil entender lo que estamos viviendo con esta pandemia del COVID 19. Es difícil encontrarle lógica y sentido al hecho de que unos sufran y otros no. De que mucha gente buena muera y tanto malvado quede a salvo. Que nos vayamos a encontrar dentro de no mucho con un mundo que probablemente sea más hostil y difícil de vivir en él. Nos cuesta entender qué está haciendo o, aparentemente dejando de hacer, Jesús en todo esto. Ante la dificultad de comprender sólo nos resta rendirnos a un Dios que sabemos que ama profundamente a toda la humanidad, incluidos nosotros.


¿Qué te hacen pensar estas palabras de Jesús?