¿Por qué miras la brizna que tiene tu hermano en su ojo y no te fijas en el tronco que tienes en el tuyo? ¿Cómo podrás decirle a tu hermano: “Deja que te saque la brizna que tienes en el ojo”, cuando tienes un tronco en el tuyo? . —Mateo 7:6-4

Cuando pienso en mi propia vida personal me doy cuenta lo fácil que me resulta ver los defectos, por insignificantes que sean, en la vida de los demás. Supongo que a lo largo de los años he ido desarrollando una aguda capacidad de percepción que se ha ido per- feccionando hasta alcanzar niveles de virtuosismo. ¡Así somos los seres humanos!

Ahora bien, no podría afirmar que con el paso de los años haya ganado similar pericia en percibir las vigas que tengo en mis propios ojos. Supongo que más bien he ganado en efectividad desarrollando la capacidad de bloquearlas y hacerlas desaparecer de mi vista. Para ello uso estrategias como la negación, la racionalización, la justificación, la proyección, la... ¡En fin! he desarrollado una gran creatividad en este campo.

La reflexión -inclinarse hacia atrás para ganar distancia y perspectiva- de hoy, la invita- ción de la Cuaresma en este día es mirar nuestras propias vigas, identificarlas, aceptarlas sin negación o justificación, pedir perdón por ellas y, en la medida de lo posible, extirparlas con la ayuda del Señor. Haciendo eso ganaremos en misericordia hacia nuestro prójimo y le quitaremos importancia a las briznas en sus ojos.

¿Qué vigas hay en tus ojos? Obsérvalas
¿Qué argumentos usas para justificarlas, negarlas, racionalizarlas? ¿Cómo las percibe el Señor?
¿Qué desea que hagas con ellas?
¿Qué vas a hacer?


 


¿Por qué miras la brizna que tiene tu hermano en su ojo y no te fijas en el tronco que tienes en el tuyo? ¿Cómo podrás decirle a tu hermano: “Deja que te saque la brizna que tienes en el ojo”, cuando tienes un tronco en el tuyo? . —Mateo 7:6-4

Cuando pienso en mi propia vida personal me doy cuenta lo fácil que me resulta ver los defectos, por insignificantes que sean, en la vida de los demás. Supongo que a lo largo de los años he ido desarrollando una aguda capacidad de percepción que se ha ido per- feccionando hasta alcanzar niveles de virtuosismo. ¡Así somos los seres humanos!

Ahora bien, no podría afirmar que con el paso de los años haya ganado similar pericia en percibir las vigas que tengo en mis propios ojos. Supongo que más bien he ganado en efectividad desarrollando la capacidad de bloquearlas y hacerlas desaparecer de mi vista. Para ello uso estrategias como la negación, la racionalización, la justificación, la proyección, la... ¡En fin! he desarrollado una gran creatividad en este campo.

La reflexión -inclinarse hacia atrás para ganar distancia y perspectiva- de hoy, la invita- ción de la Cuaresma en este día es mirar nuestras propias vigas, identificarlas, aceptarlas sin negación o justificación, pedir perdón por ellas y, en la medida de lo posible, extirparlas con la ayuda del Señor. Haciendo eso ganaremos en misericordia hacia nuestro prójimo y le quitaremos importancia a las briznas en sus ojos.

¿Qué vigas hay en tus ojos? Obsérvalas
¿Qué argumentos usas para justificarlas, negarlas, racionalizarlas? ¿Cómo las percibe el Señor?
¿Qué desea que hagas con ellas?
¿Qué vas a hacer?


 


¿Por qué miras la brizna que tiene tu hermano en su ojo y no te fijas en el tronco que tienes en el tuyo? ¿Cómo podrás decirle a tu hermano: “Deja que te saque la brizna que tienes en el ojo”, cuando tienes un tronco en el tuyo? . —Mateo 7:6-4

Cuando pienso en mi propia vida personal me doy cuenta lo fácil que me resulta ver los defectos, por insignificantes que sean, en la vida de los demás. Supongo que a lo largo de los años he ido desarrollando una aguda capacidad de percepción que se ha ido per- feccionando hasta alcanzar niveles de virtuosismo. ¡Así somos los seres humanos!

Ahora bien, no podría afirmar que con el paso de los años haya ganado similar pericia en percibir las vigas que tengo en mis propios ojos. Supongo que más bien he ganado en efectividad desarrollando la capacidad de bloquearlas y hacerlas desaparecer de mi vista. Para ello uso estrategias como la negación, la racionalización, la justificación, la proyección, la... ¡En fin! he desarrollado una gran creatividad en este campo.

La reflexión -inclinarse hacia atrás para ganar distancia y perspectiva- de hoy, la invita- ción de la Cuaresma en este día es mirar nuestras propias vigas, identificarlas, aceptarlas sin negación o justificación, pedir perdón por ellas y, en la medida de lo posible, extirparlas con la ayuda del Señor. Haciendo eso ganaremos en misericordia hacia nuestro prójimo y le quitaremos importancia a las briznas en sus ojos.

¿Qué vigas hay en tus ojos? Obsérvalas
¿Qué argumentos usas para justificarlas, negarlas, racionalizarlas? ¿Cómo las percibe el Señor?
¿Qué desea que hagas con ellas?
¿Qué vas a hacer?