Como ejemplo de sufrimiento y de paciencia, tenéis a los profetas, que hablaron en nombre del Señor. Consideramos dichosos a los que supieron mantenerse firmes. En concreto tenéis conocimiento de la firmeza de Job, y ya veis el feliz desenlace a que lo condujo el Señor; porque el Señor es compasivo y misericordioso. (Santiago 5:10-11)


Job es famoso por su paciencia. Incluso en nuestro idioma usamos con frecuencia el dicho: "es más paciente que el santo Job" para referirnos a una persona adornada con esta cualidad. Pero el término que la versión Reina Valera de la Biblia ha traducido como paciencia puede llevarnos a confusión. Sería un error pensar en la paciencia como una actitud pasiva y sumisa frente a la realidad y las circunstancias de la vida ¡Nada más lejos de ese concepto! Si pensamos en Job vemos que su actitud fue todo menos pasiva. El patriarca se reveló contra sus circunstancias, clamó contra lo que consideraba una injusticia por parte de la vida y de Dios, se rebeló y cuestionó las interpretaciones religiosas de sus amigos y se quejó amargamente contra Dios por lo que él consideraba un abandono injustificado por su parte. 

Pero, a pesar de verbalizar y expresar todas sus emociones y conflictos, se mantuvo firme en su fe. Firmeza sería la mejor rendición del termino que en Reina Valera ha sido traducido como paciencia. Una firmeza que, contra todas las circunstancias adversas, era capaz de afirmar: "Aunque Él me matare, en Él esperaré" y también: "Yo sé que mi redentor vive". La fe de Job era una fe que creció y maduró en las dificultades, que generó resiliencia en su vida y su carácter. Una fe que se rebeló contra la situación que vivía pero que, a pesar de todo, no dejó de confiar y creer en el Señor. Una fe que nos inspira a nosotros a proseguir en medio de los conflictos, a poder verbalizar y canalizar nuestro dolor, sufrimiento e incluso rabia; una fe que ve en el Señor la tabla de salvación.


¿Cómo es tu fe?


Como ejemplo de sufrimiento y de paciencia, tenéis a los profetas, que hablaron en nombre del Señor. Consideramos dichosos a los que supieron mantenerse firmes. En concreto tenéis conocimiento de la firmeza de Job, y ya veis el feliz desenlace a que lo condujo el Señor; porque el Señor es compasivo y misericordioso. (Santiago 5:10-11)


Job es famoso por su paciencia. Incluso en nuestro idioma usamos con frecuencia el dicho: "es más paciente que el santo Job" para referirnos a una persona adornada con esta cualidad. Pero el término que la versión Reina Valera de la Biblia ha traducido como paciencia puede llevarnos a confusión. Sería un error pensar en la paciencia como una actitud pasiva y sumisa frente a la realidad y las circunstancias de la vida ¡Nada más lejos de ese concepto! Si pensamos en Job vemos que su actitud fue todo menos pasiva. El patriarca se reveló contra sus circunstancias, clamó contra lo que consideraba una injusticia por parte de la vida y de Dios, se rebeló y cuestionó las interpretaciones religiosas de sus amigos y se quejó amargamente contra Dios por lo que él consideraba un abandono injustificado por su parte. 

Pero, a pesar de verbalizar y expresar todas sus emociones y conflictos, se mantuvo firme en su fe. Firmeza sería la mejor rendición del termino que en Reina Valera ha sido traducido como paciencia. Una firmeza que, contra todas las circunstancias adversas, era capaz de afirmar: "Aunque Él me matare, en Él esperaré" y también: "Yo sé que mi redentor vive". La fe de Job era una fe que creció y maduró en las dificultades, que generó resiliencia en su vida y su carácter. Una fe que se rebeló contra la situación que vivía pero que, a pesar de todo, no dejó de confiar y creer en el Señor. Una fe que nos inspira a nosotros a proseguir en medio de los conflictos, a poder verbalizar y canalizar nuestro dolor, sufrimiento e incluso rabia; una fe que ve en el Señor la tabla de salvación.


¿Cómo es tu fe?


Como ejemplo de sufrimiento y de paciencia, tenéis a los profetas, que hablaron en nombre del Señor. Consideramos dichosos a los que supieron mantenerse firmes. En concreto tenéis conocimiento de la firmeza de Job, y ya veis el feliz desenlace a que lo condujo el Señor; porque el Señor es compasivo y misericordioso. (Santiago 5:10-11)


Job es famoso por su paciencia. Incluso en nuestro idioma usamos con frecuencia el dicho: "es más paciente que el santo Job" para referirnos a una persona adornada con esta cualidad. Pero el término que la versión Reina Valera de la Biblia ha traducido como paciencia puede llevarnos a confusión. Sería un error pensar en la paciencia como una actitud pasiva y sumisa frente a la realidad y las circunstancias de la vida ¡Nada más lejos de ese concepto! Si pensamos en Job vemos que su actitud fue todo menos pasiva. El patriarca se reveló contra sus circunstancias, clamó contra lo que consideraba una injusticia por parte de la vida y de Dios, se rebeló y cuestionó las interpretaciones religiosas de sus amigos y se quejó amargamente contra Dios por lo que él consideraba un abandono injustificado por su parte. 

Pero, a pesar de verbalizar y expresar todas sus emociones y conflictos, se mantuvo firme en su fe. Firmeza sería la mejor rendición del termino que en Reina Valera ha sido traducido como paciencia. Una firmeza que, contra todas las circunstancias adversas, era capaz de afirmar: "Aunque Él me matare, en Él esperaré" y también: "Yo sé que mi redentor vive". La fe de Job era una fe que creció y maduró en las dificultades, que generó resiliencia en su vida y su carácter. Una fe que se rebeló contra la situación que vivía pero que, a pesar de todo, no dejó de confiar y creer en el Señor. Una fe que nos inspira a nosotros a proseguir en medio de los conflictos, a poder verbalizar y canalizar nuestro dolor, sufrimiento e incluso rabia; una fe que ve en el Señor la tabla de salvación.


¿Cómo es tu fe?


Como ejemplo de sufrimiento y de paciencia, tenéis a los profetas, que hablaron en nombre del Señor. Consideramos dichosos a los que supieron mantenerse firmes. En concreto tenéis conocimiento de la firmeza de Job, y ya veis el feliz desenlace a que lo condujo el Señor; porque el Señor es compasivo y misericordioso. (Santiago 5:10-11)


Job es famoso por su paciencia. Incluso en nuestro idioma usamos con frecuencia el dicho: "es más paciente que el santo Job" para referirnos a una persona adornada con esta cualidad. Pero el término que la versión Reina Valera de la Biblia ha traducido como paciencia puede llevarnos a confusión. Sería un error pensar en la paciencia como una actitud pasiva y sumisa frente a la realidad y las circunstancias de la vida ¡Nada más lejos de ese concepto! Si pensamos en Job vemos que su actitud fue todo menos pasiva. El patriarca se reveló contra sus circunstancias, clamó contra lo que consideraba una injusticia por parte de la vida y de Dios, se rebeló y cuestionó las interpretaciones religiosas de sus amigos y se quejó amargamente contra Dios por lo que él consideraba un abandono injustificado por su parte. 

Pero, a pesar de verbalizar y expresar todas sus emociones y conflictos, se mantuvo firme en su fe. Firmeza sería la mejor rendición del termino que en Reina Valera ha sido traducido como paciencia. Una firmeza que, contra todas las circunstancias adversas, era capaz de afirmar: "Aunque Él me matare, en Él esperaré" y también: "Yo sé que mi redentor vive". La fe de Job era una fe que creció y maduró en las dificultades, que generó resiliencia en su vida y su carácter. Una fe que se rebeló contra la situación que vivía pero que, a pesar de todo, no dejó de confiar y creer en el Señor. Una fe que nos inspira a nosotros a proseguir en medio de los conflictos, a poder verbalizar y canalizar nuestro dolor, sufrimiento e incluso rabia; una fe que ve en el Señor la tabla de salvación.


¿Cómo es tu fe?