Pero yo soy frondoso olivo en la morada de Dios y por siempre jamás confío en su amor. Yo siempre te alabaré por lo que has hecho y proclamaré tu buen nombre ante los que te son fieles. (Salmo 52:10-11)


La vida es optar; lo hacemos de forma continua. Optamos responder de una manera u otra delante de las circunstancias que vivimos, las que nosotros hemos provocado, las que nos trae la vida o aquellas que otros generan y a nosotros nos impactan. Vivir es optar. Este salmo refleja la opción que David tomó cuando fue traicionado por uno de los sirvientes del rey Saúl cuando éste le perseguía. La traición forzó, una vez más la huida del salmista y la muerte de personas inocentes. 

Y yo ¿Qué opción tomaré delante de esas situaciones y experiencias de la vida que si pudiera evitaría, huiría de ellas, trataría de burlarlas? El salmista me ofrece una fórmula -difícil, todo sea dicho- de hacerlo: primero confiar; confiar es descansar y, generalmente, uno confía en aquellas situaciones en las que carece de control y, por más que lo desee, nada puede hacerse más allá de dejarse ir. Segundo alabar; centrar los pensamientos y las emociones en Dios, quien puede entenderlas y puede ayudarnos a procesarlas. Finalmente, proclamar; dar crédito a Dios por lo que va pasando y Él va haciendo en nuestras vidas. 

Si vivir es optar, quiero optar por la confianza, la alabanza y la proclamación.


Y tú, si vivir es optar ¿Cuál es tu opción, cuál es tu vida?


Pero yo soy frondoso olivo en la morada de Dios y por siempre jamás confío en su amor. Yo siempre te alabaré por lo que has hecho y proclamaré tu buen nombre ante los que te son fieles. (Salmo 52:10-11)


La vida es optar; lo hacemos de forma continua. Optamos responder de una manera u otra delante de las circunstancias que vivimos, las que nosotros hemos provocado, las que nos trae la vida o aquellas que otros generan y a nosotros nos impactan. Vivir es optar. Este salmo refleja la opción que David tomó cuando fue traicionado por uno de los sirvientes del rey Saúl cuando éste le perseguía. La traición forzó, una vez más la huida del salmista y la muerte de personas inocentes. 

Y yo ¿Qué opción tomaré delante de esas situaciones y experiencias de la vida que si pudiera evitaría, huiría de ellas, trataría de burlarlas? El salmista me ofrece una fórmula -difícil, todo sea dicho- de hacerlo: primero confiar; confiar es descansar y, generalmente, uno confía en aquellas situaciones en las que carece de control y, por más que lo desee, nada puede hacerse más allá de dejarse ir. Segundo alabar; centrar los pensamientos y las emociones en Dios, quien puede entenderlas y puede ayudarnos a procesarlas. Finalmente, proclamar; dar crédito a Dios por lo que va pasando y Él va haciendo en nuestras vidas. 

Si vivir es optar, quiero optar por la confianza, la alabanza y la proclamación.


Y tú, si vivir es optar ¿Cuál es tu opción, cuál es tu vida?


Pero yo soy frondoso olivo en la morada de Dios y por siempre jamás confío en su amor. Yo siempre te alabaré por lo que has hecho y proclamaré tu buen nombre ante los que te son fieles. (Salmo 52:10-11)


La vida es optar; lo hacemos de forma continua. Optamos responder de una manera u otra delante de las circunstancias que vivimos, las que nosotros hemos provocado, las que nos trae la vida o aquellas que otros generan y a nosotros nos impactan. Vivir es optar. Este salmo refleja la opción que David tomó cuando fue traicionado por uno de los sirvientes del rey Saúl cuando éste le perseguía. La traición forzó, una vez más la huida del salmista y la muerte de personas inocentes. 

Y yo ¿Qué opción tomaré delante de esas situaciones y experiencias de la vida que si pudiera evitaría, huiría de ellas, trataría de burlarlas? El salmista me ofrece una fórmula -difícil, todo sea dicho- de hacerlo: primero confiar; confiar es descansar y, generalmente, uno confía en aquellas situaciones en las que carece de control y, por más que lo desee, nada puede hacerse más allá de dejarse ir. Segundo alabar; centrar los pensamientos y las emociones en Dios, quien puede entenderlas y puede ayudarnos a procesarlas. Finalmente, proclamar; dar crédito a Dios por lo que va pasando y Él va haciendo en nuestras vidas. 

Si vivir es optar, quiero optar por la confianza, la alabanza y la proclamación.


Y tú, si vivir es optar ¿Cuál es tu opción, cuál es tu vida?