Pues bien, Dios nos ha dado la mayor prueba de su amor haciendo morir a Cristo por nosotros cuando aún éramos pecadores. (Romanos 5:6)
El contexto de este pasaje son los resultados de la justificación. El texto del cual está entresacado el fragmento arriba reproducido va desde los versículos 6 hasta el 11. Nuevamente el apóstol utiliza el estilo de diatriba, es decir, contestar a un supuesto interlocutor. Pablo desarrolla un concepto muy importante; si cuando éramos pecadores -enemigos como afirma Efesios- Dios dio a su hijo por nosotros ¿Qué podemos esperar de Él ahora que hemos sido reconciliados y tenemos paz por medio de Jesús? Pues evidentemente lo podemos esperar todo de parte de aquel que se ha convertido en nuestro Padre. Y, a modo de ejemplo, Pablo menciona dos hechos importantes. El primero es que Dios nos librará de la muerte. El segundo es que nos hará participantes de la vida, la naturaleza divina.
Pienso que como seguidores de Jesús esto es tremendamente importante. A lo largo de mi vida he conocido a muchos de ellos que se sienten totalmente inseguros en su relación con Dios y en una angustia constante intentando agradar y ganarse la aprobación del Señor. Pablo en este pasaje nos da una seguridad muy grande y algo práctico en qué pensar cuando nos asalten esos sentimientos de inseguridad acerca de cómo Dios nos ve, nos percibe y sus actitudes hacia nosotros.
¿Cómo puede todo esto ayudarte a sentirte amado y aceptado por Dios de forma incondicional en todo momento y circunstancia?
