Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.(Proverbios 4:23)



El comienzo de un nuevo año es una oportunidad para pensar en nuestras vidas. Aunque los días son los mismos y el cambio de año es simplemente un convencionalismo social, no es menos cierto que nos permite hacer un "reset" mental y, si lo deseamos, plantearnos vivir de forma diferente. Hace años que al comienzo de un nuevo periodo me planteo un énfasis que me acompañará a lo largo del mismo. Ayer, día primero del 2019, oraba pidiéndole a Señor discernimiento para determinar cuál debería ser el de este nuevo año. Hoy en la mañana vino con total claridad cuál debía ser este; el cuidado del corazón.

En la manera hebrea de entender el mundo el corazón nunca ha sido el centro de las emociones, sino el centro de la voluntad, del proyecto vital de una persona. Por eso, tan sabiamente, el libro de Proverbios nos dice que lo cuidemos; lo que somos se determina en el corazón. Es también por eso que el Señor promete cambiar nuestro corazón de piedra por un corazón de carne, es decir, uno que sea sensible a Dios y su influencia. Mi énfasis este año es cuidar el corazón de peligros interno y externos, mantenerlo saludable y sensible al Señor. Eso solo puede llevarse a cabo con intencionalidad y decisión; hace ya años que aprendí que nada en la vida cristiana "simplemente pasa", antes al contrario, se cultiva, se trabaja, implica esfuerzo.

Cuidar que nada negativo eche raíces en nuestro corazón -Hebreos, por ejemplo habla de la amargura- y que el mismo no esté sometido a presiones e influencias que lo puedan dañar y volver contra el Señor.


¿Cuál es el estado de tu corazón?


Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.(Proverbios 4:23)



El comienzo de un nuevo año es una oportunidad para pensar en nuestras vidas. Aunque los días son los mismos y el cambio de año es simplemente un convencionalismo social, no es menos cierto que nos permite hacer un "reset" mental y, si lo deseamos, plantearnos vivir de forma diferente. Hace años que al comienzo de un nuevo periodo me planteo un énfasis que me acompañará a lo largo del mismo. Ayer, día primero del 2019, oraba pidiéndole a Señor discernimiento para determinar cuál debería ser el de este nuevo año. Hoy en la mañana vino con total claridad cuál debía ser este; el cuidado del corazón.

En la manera hebrea de entender el mundo el corazón nunca ha sido el centro de las emociones, sino el centro de la voluntad, del proyecto vital de una persona. Por eso, tan sabiamente, el libro de Proverbios nos dice que lo cuidemos; lo que somos se determina en el corazón. Es también por eso que el Señor promete cambiar nuestro corazón de piedra por un corazón de carne, es decir, uno que sea sensible a Dios y su influencia. Mi énfasis este año es cuidar el corazón de peligros interno y externos, mantenerlo saludable y sensible al Señor. Eso solo puede llevarse a cabo con intencionalidad y decisión; hace ya años que aprendí que nada en la vida cristiana "simplemente pasa", antes al contrario, se cultiva, se trabaja, implica esfuerzo.

Cuidar que nada negativo eche raíces en nuestro corazón -Hebreos, por ejemplo habla de la amargura- y que el mismo no esté sometido a presiones e influencias que lo puedan dañar y volver contra el Señor.


¿Cuál es el estado de tu corazón?


Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.(Proverbios 4:23)



El comienzo de un nuevo año es una oportunidad para pensar en nuestras vidas. Aunque los días son los mismos y el cambio de año es simplemente un convencionalismo social, no es menos cierto que nos permite hacer un "reset" mental y, si lo deseamos, plantearnos vivir de forma diferente. Hace años que al comienzo de un nuevo periodo me planteo un énfasis que me acompañará a lo largo del mismo. Ayer, día primero del 2019, oraba pidiéndole a Señor discernimiento para determinar cuál debería ser el de este nuevo año. Hoy en la mañana vino con total claridad cuál debía ser este; el cuidado del corazón.

En la manera hebrea de entender el mundo el corazón nunca ha sido el centro de las emociones, sino el centro de la voluntad, del proyecto vital de una persona. Por eso, tan sabiamente, el libro de Proverbios nos dice que lo cuidemos; lo que somos se determina en el corazón. Es también por eso que el Señor promete cambiar nuestro corazón de piedra por un corazón de carne, es decir, uno que sea sensible a Dios y su influencia. Mi énfasis este año es cuidar el corazón de peligros interno y externos, mantenerlo saludable y sensible al Señor. Eso solo puede llevarse a cabo con intencionalidad y decisión; hace ya años que aprendí que nada en la vida cristiana "simplemente pasa", antes al contrario, se cultiva, se trabaja, implica esfuerzo.

Cuidar que nada negativo eche raíces en nuestro corazón -Hebreos, por ejemplo habla de la amargura- y que el mismo no esté sometido a presiones e influencias que lo puedan dañar y volver contra el Señor.


¿Cuál es el estado de tu corazón?


Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.(Proverbios 4:23)



El comienzo de un nuevo año es una oportunidad para pensar en nuestras vidas. Aunque los días son los mismos y el cambio de año es simplemente un convencionalismo social, no es menos cierto que nos permite hacer un "reset" mental y, si lo deseamos, plantearnos vivir de forma diferente. Hace años que al comienzo de un nuevo periodo me planteo un énfasis que me acompañará a lo largo del mismo. Ayer, día primero del 2019, oraba pidiéndole a Señor discernimiento para determinar cuál debería ser el de este nuevo año. Hoy en la mañana vino con total claridad cuál debía ser este; el cuidado del corazón.

En la manera hebrea de entender el mundo el corazón nunca ha sido el centro de las emociones, sino el centro de la voluntad, del proyecto vital de una persona. Por eso, tan sabiamente, el libro de Proverbios nos dice que lo cuidemos; lo que somos se determina en el corazón. Es también por eso que el Señor promete cambiar nuestro corazón de piedra por un corazón de carne, es decir, uno que sea sensible a Dios y su influencia. Mi énfasis este año es cuidar el corazón de peligros interno y externos, mantenerlo saludable y sensible al Señor. Eso solo puede llevarse a cabo con intencionalidad y decisión; hace ya años que aprendí que nada en la vida cristiana "simplemente pasa", antes al contrario, se cultiva, se trabaja, implica esfuerzo.

Cuidar que nada negativo eche raíces en nuestro corazón -Hebreos, por ejemplo habla de la amargura- y que el mismo no esté sometido a presiones e influencias que lo puedan dañar y volver contra el Señor.


¿Cuál es el estado de tu corazón?