Me encanta el concepto de la gracia común. Según el mismo, Dios en su bondad y misericordia continúa teniendo interés por una humanidad caída y que le ha dado la espalda. Es por esa razón que hace salir el sol y envía la lluvia sobre justos e injustos por igual. Es por esa razón que ha dado dones a los hombres para que por medio de las artes y las ciencias puedan hacer más aceptable la vida humana. Jesús nos invita a cada uno de nosotros, sus seguidores, a unirnos a Él en su deseo continuo y constante de bendecir a la humanidad. De alinearnos y ser colaboradores de su gracia común bendiciendo de forma intencional e indiscriminada a todo aquel con quien interactuamos a lo largo del día. 

Mi esposa Sara y yo comenzamos el día con intencionalidad. Le pedimos a Dios que nos ayude a ser de bendición y añadir valor a la vida de las personas con las que nos vamos a relacionar a lo largo del día; aquellas que tenemos previsto ver y aquellas que el Señor pondrá en nuestro camino de forma casual o tangencial. Nuestro deseo es unirnos a la gracia común del Señor, vivir alineados con su propósito de bendecir y hacer el bien a todos por igual, de forma, vuelo a insistir, indiscriminada, lo merezcan o no.  Los días son muy diferentes cuando son afrontados y vividos con intencionalidad en vez de ser vividos con el piloto automático yendo de actividad en actividad. Nuestro radar espiritual se activa para detectar y actuar sobre aquellas oportunidades que el Señor pone en nuestro camino. Podemos acabar los días con la satisfacción de haber sido instrumentos de la gracia de Dios.

¿De qué forma cambiaría tu día si lo vivieras con esta intencionalidad?



Me encanta el concepto de la gracia común. Según el mismo, Dios en su bondad y misericordia continúa teniendo interés por una humanidad caída y que le ha dado la espalda. Es por esa razón que hace salir el sol y envía la lluvia sobre justos e injustos por igual. Es por esa razón que ha dado dones a los hombres para que por medio de las artes y las ciencias puedan hacer más aceptable la vida humana. Jesús nos invita a cada uno de nosotros, sus seguidores, a unirnos a Él en su deseo continuo y constante de bendecir a la humanidad. De alinearnos y ser colaboradores de su gracia común bendiciendo de forma intencional e indiscriminada a todo aquel con quien interactuamos a lo largo del día. 

Mi esposa Sara y yo comenzamos el día con intencionalidad. Le pedimos a Dios que nos ayude a ser de bendición y añadir valor a la vida de las personas con las que nos vamos a relacionar a lo largo del día; aquellas que tenemos previsto ver y aquellas que el Señor pondrá en nuestro camino de forma casual o tangencial. Nuestro deseo es unirnos a la gracia común del Señor, vivir alineados con su propósito de bendecir y hacer el bien a todos por igual, de forma, vuelo a insistir, indiscriminada, lo merezcan o no.  Los días son muy diferentes cuando son afrontados y vividos con intencionalidad en vez de ser vividos con el piloto automático yendo de actividad en actividad. Nuestro radar espiritual se activa para detectar y actuar sobre aquellas oportunidades que el Señor pone en nuestro camino. Podemos acabar los días con la satisfacción de haber sido instrumentos de la gracia de Dios.

¿De qué forma cambiaría tu día si lo vivieras con esta intencionalidad?