Si no has podido leer el post anterior te lo recomiendo para que puedas tener todo el contexto.
¿De dónde viene el dolor y el sufrimiento que experimentamos? Hay varias fuentes. En primer lugar, recibimos las consecuencias de las decisiones que tomamos. Hay malas elecciones, con connotaciones morales o sin ellas, que nos infligen dolor y sufrimiento. Nadie es responsable de ello excepto nosotros mismos. Por decirlo de manera franca y llana ¡Nos lo hemos buscado!
En segundo lugar, otros, con intencionalidad o sin ella nos producen dolor y sufrimiento. Todos hemos experimentado esta realidad desde ambos lados de la misma; hemos infligido y nos han infligido dolor. Incluso personas que eran cercanas y queridas para nosotros.
En tercer lugar, vivimos en un mundo caído como consecuencia del pecado y, por tanto, la creación, la naturaleza es autónoma y la interacción con ella produce dolor y sufrimiento. Aquí entrarían las catástrofes naturales, las enfermedades, los accidentes, etc.
Finalmente, vivimos en un mundo que no es regido por el bien de Dios y su voluntad. Vivimos en sociedades que, en mayor o menor grado, permiten la violencia, la corrupción, el abuso de los más vulnerables, las injusticias de todo tipo, la marginación y un etcétera tan largo como tu creatividad genere.
Todo esto nos produce dolor y sufrimiento y me parece que, no solamente sería injusto afirmar que esto lo envía Dios, sino que forma parte de su plan maravilloso para nuestras vidas. Entonces ¿Qué significa eso de que todo ayuda a bien a los que aman a Dios? Eso lo vemos en el próximo post.