En el principio Dios. (Génesis 1:1)

A pesar de que la postmodernidad se ha dedicado a destruir todas las metanarrativas, estas tienen su importancia, valor y significado: además nosotros, los seguidores de Jesús vivimos en una de ellas, la que vamos a denominar la gran historia de Dios.

Para poderla trabajar y explicar la he dividido -de forma totalmente arbitraria- en cinco grandes episodios: La creación, que explica el origen del universo y la experiencia humana. La rebelión, que nos explica el porqué del presente status quo del ser humano y la creación. La redención, que narra la intervención de Dios en la historia humana por medio de Jesús. La misión, de la que ya he hablado anteriormente en otras entradas, y que nos explica cómo nosotros nos hemos convertido en colaboradores del Señor en el ministerio de la restauración y reconciliación. Finalmente, el quinto y último episodio, la nueva creación, donde veremos cómo esa gran historia del Señor se culmina con una nueva creación, en este caso de cielos y tierra nueva.

Esta metanarrativa nos ayuda darle sentido a la Historia con mayúsculas y a nuestra pequeña historia con minúsculas. Nos da referencia, sentido y significado como personas y como proyecto de vida. Todos necesitamos una historia que nos provea de todo lo antes indicado. Es por eso que el Señor una y otra vez le recordaba a los israelitas la importancia de no olvidar que su Dios era uno que intervenía en la historia y que había hecho muchas y grandes cosas por ellos.

¿Cómo puede bendecirte saber que formas parte de una gran historia?

 


En el principio Dios. (Génesis 1:1)

A pesar de que la postmodernidad se ha dedicado a destruir todas las metanarrativas, estas tienen su importancia, valor y significado: además nosotros, los seguidores de Jesús vivimos en una de ellas, la que vamos a denominar la gran historia de Dios.

Para poderla trabajar y explicar la he dividido -de forma totalmente arbitraria- en cinco grandes episodios: La creación, que explica el origen del universo y la experiencia humana. La rebelión, que nos explica el porqué del presente status quo del ser humano y la creación. La redención, que narra la intervención de Dios en la historia humana por medio de Jesús. La misión, de la que ya he hablado anteriormente en otras entradas, y que nos explica cómo nosotros nos hemos convertido en colaboradores del Señor en el ministerio de la restauración y reconciliación. Finalmente, el quinto y último episodio, la nueva creación, donde veremos cómo esa gran historia del Señor se culmina con una nueva creación, en este caso de cielos y tierra nueva.

Esta metanarrativa nos ayuda darle sentido a la Historia con mayúsculas y a nuestra pequeña historia con minúsculas. Nos da referencia, sentido y significado como personas y como proyecto de vida. Todos necesitamos una historia que nos provea de todo lo antes indicado. Es por eso que el Señor una y otra vez le recordaba a los israelitas la importancia de no olvidar que su Dios era uno que intervenía en la historia y que había hecho muchas y grandes cosas por ellos.

¿Cómo puede bendecirte saber que formas parte de una gran historia?