Así que Dios, el Señor, los expulsó del jardín del Edén (Génesis 3:23)

El primer capítulo de la gran historia de Dios es la creación. El segundo es la rebelión, y en él hemos visto todas las consecuencias que tuvo para la experiencia humana: ruptura con Dios, interna, con otros seres humanos y con la creación. Antes de pasar al tercer capítulo, la redención, vale la pena resumir lo visto hasta este momento.

Nosotros, la humanidad, y el mundo, lo creado por Dios, somos un proyecto fallido, no somos lo que el Señor tenía en mente, sino el resultado del pecado, de nuestra rebelión y deseo de vivir al margen de Él.  Porque el Señor afirmó que todo lo creado era bueno y cuando miramos alrededor nuestro y en nuestro propio interior, nos damos cuenta que es difícil y, en ocasiones, imposible el rastrear esa bondad declarada por Dios. 

Precisamente por eso, porque no somos la humanidad ni el universo que el Señor diseñó se hacía precisa su intervención en la historia por medio de Jesús. Una intervención que tendría como objetivo restaurar esas cuatro grandes rupturas que el pecado ha causado en la experiencia humana y en todo lo creado por Dios.

¿Qué te hace pensar que somos un proyecto fallido? 

 

Así que Dios, el Señor, los expulsó del jardín del Edén (Génesis 3:23)

El primer capítulo de la gran historia de Dios es la creación. El segundo es la rebelión, y en él hemos visto todas las consecuencias que tuvo para la experiencia humana: ruptura con Dios, interna, con otros seres humanos y con la creación. Antes de pasar al tercer capítulo, la redención, vale la pena resumir lo visto hasta este momento.

Nosotros, la humanidad, y el mundo, lo creado por Dios, somos un proyecto fallido, no somos lo que el Señor tenía en mente, sino el resultado del pecado, de nuestra rebelión y deseo de vivir al margen de Él.  Porque el Señor afirmó que todo lo creado era bueno y cuando miramos alrededor nuestro y en nuestro propio interior, nos damos cuenta que es difícil y, en ocasiones, imposible el rastrear esa bondad declarada por Dios. 

Precisamente por eso, porque no somos la humanidad ni el universo que el Señor diseñó se hacía precisa su intervención en la historia por medio de Jesús. Una intervención que tendría como objetivo restaurar esas cuatro grandes rupturas que el pecado ha causado en la experiencia humana y en todo lo creado por Dios.

¿Qué te hace pensar que somos un proyecto fallido? 

 

Así que Dios, el Señor, los expulsó del jardín del Edén (Génesis 3:23)

El primer capítulo de la gran historia de Dios es la creación. El segundo es la rebelión, y en él hemos visto todas las consecuencias que tuvo para la experiencia humana: ruptura con Dios, interna, con otros seres humanos y con la creación. Antes de pasar al tercer capítulo, la redención, vale la pena resumir lo visto hasta este momento.

Nosotros, la humanidad, y el mundo, lo creado por Dios, somos un proyecto fallido, no somos lo que el Señor tenía en mente, sino el resultado del pecado, de nuestra rebelión y deseo de vivir al margen de Él.  Porque el Señor afirmó que todo lo creado era bueno y cuando miramos alrededor nuestro y en nuestro propio interior, nos damos cuenta que es difícil y, en ocasiones, imposible el rastrear esa bondad declarada por Dios. 

Precisamente por eso, porque no somos la humanidad ni el universo que el Señor diseñó se hacía precisa su intervención en la historia por medio de Jesús. Una intervención que tendría como objetivo restaurar esas cuatro grandes rupturas que el pecado ha causado en la experiencia humana y en todo lo creado por Dios.

¿Qué te hace pensar que somos un proyecto fallido?