Todo lo realiza el mismo y único Espíritu, repartiendo a cada uno sus dones como él quiere. (1 Corintios 12:11)


Quiero comenzar esta entrada citando a Santiago, el hermano del Señor Jesús: "Todo beneficio y todo don perfecto bajan de lo alto, del creador de la luz, en quien no hay cambios ni periodos de sombra"

Mi acercamiento al tema de los dones no es convencional y trataré de explicarlos. En primer lugar, las diferentes listas de dones que aparecen en varios pasajes son, en mi opinión, descriptiva pero no exhaustivas. Es decir, que hay muchos más dones que aquellos que las clásicas listas mencionan. Dios siempre capacita con todo lo necesario a su pueblo para llevar a cabo su voluntad.

Segundo, creo que los no cristianos también reciben dones de parte del Señor. La gracia común nos enseña que Dios, quien sigue amando a su creación, dota a los seres humanos con la capacidad de aliviar las consecuencias del pecado por medio de dones que permiten crear arte, ciencia y técnica. Otra cosa diferente es como el ser humano use ese regalo del Señor. Pero insisto, siguiendo las palabras De Santiago, todo lo bueno, todo don procede del Señor.

Limitar los dones a esas breves listas que aparecen en las Escrituras sería similar a limitar los pecados a los que aparecen en listas similares. En el primer caso cortaríamos la creatividad del Espíritu; en el segundo la de la maldad humana. 

Otro problema adicional que veo es que intentamos encajar nuestra experiencia espiritual en las listas provistas. A menudo, ciertos dones los podemos identificar con los expresados en las mismas. Sin embargo, en muchas otras, dejamos de considerar como don algo otorgado por el Espíritu simplemente porque no encaja en el modelo. Cosas tales como escribir, hacer música, generar ciencia, comunicar de forma creativa, usar para la gloria del Señor las redes sociales, hacer dinero, etc. Empobrece nuestra vida y nos limita enormemente.

¿Cómo puede ayudarte esta nueva perspectiva de los dones?

 



Todo lo realiza el mismo y único Espíritu, repartiendo a cada uno sus dones como él quiere. (1 Corintios 12:11)


Quiero comenzar esta entrada citando a Santiago, el hermano del Señor Jesús: "Todo beneficio y todo don perfecto bajan de lo alto, del creador de la luz, en quien no hay cambios ni periodos de sombra"

Mi acercamiento al tema de los dones no es convencional y trataré de explicarlos. En primer lugar, las diferentes listas de dones que aparecen en varios pasajes son, en mi opinión, descriptiva pero no exhaustivas. Es decir, que hay muchos más dones que aquellos que las clásicas listas mencionan. Dios siempre capacita con todo lo necesario a su pueblo para llevar a cabo su voluntad.

Segundo, creo que los no cristianos también reciben dones de parte del Señor. La gracia común nos enseña que Dios, quien sigue amando a su creación, dota a los seres humanos con la capacidad de aliviar las consecuencias del pecado por medio de dones que permiten crear arte, ciencia y técnica. Otra cosa diferente es como el ser humano use ese regalo del Señor. Pero insisto, siguiendo las palabras De Santiago, todo lo bueno, todo don procede del Señor.

Limitar los dones a esas breves listas que aparecen en las Escrituras sería similar a limitar los pecados a los que aparecen en listas similares. En el primer caso cortaríamos la creatividad del Espíritu; en el segundo la de la maldad humana. 

Otro problema adicional que veo es que intentamos encajar nuestra experiencia espiritual en las listas provistas. A menudo, ciertos dones los podemos identificar con los expresados en las mismas. Sin embargo, en muchas otras, dejamos de considerar como don algo otorgado por el Espíritu simplemente porque no encaja en el modelo. Cosas tales como escribir, hacer música, generar ciencia, comunicar de forma creativa, usar para la gloria del Señor las redes sociales, hacer dinero, etc. Empobrece nuestra vida y nos limita enormemente.

¿Cómo puede ayudarte esta nueva perspectiva de los dones?

 



Todo lo realiza el mismo y único Espíritu, repartiendo a cada uno sus dones como él quiere. (1 Corintios 12:11)


Quiero comenzar esta entrada citando a Santiago, el hermano del Señor Jesús: "Todo beneficio y todo don perfecto bajan de lo alto, del creador de la luz, en quien no hay cambios ni periodos de sombra"

Mi acercamiento al tema de los dones no es convencional y trataré de explicarlos. En primer lugar, las diferentes listas de dones que aparecen en varios pasajes son, en mi opinión, descriptiva pero no exhaustivas. Es decir, que hay muchos más dones que aquellos que las clásicas listas mencionan. Dios siempre capacita con todo lo necesario a su pueblo para llevar a cabo su voluntad.

Segundo, creo que los no cristianos también reciben dones de parte del Señor. La gracia común nos enseña que Dios, quien sigue amando a su creación, dota a los seres humanos con la capacidad de aliviar las consecuencias del pecado por medio de dones que permiten crear arte, ciencia y técnica. Otra cosa diferente es como el ser humano use ese regalo del Señor. Pero insisto, siguiendo las palabras De Santiago, todo lo bueno, todo don procede del Señor.

Limitar los dones a esas breves listas que aparecen en las Escrituras sería similar a limitar los pecados a los que aparecen en listas similares. En el primer caso cortaríamos la creatividad del Espíritu; en el segundo la de la maldad humana. 

Otro problema adicional que veo es que intentamos encajar nuestra experiencia espiritual en las listas provistas. A menudo, ciertos dones los podemos identificar con los expresados en las mismas. Sin embargo, en muchas otras, dejamos de considerar como don algo otorgado por el Espíritu simplemente porque no encaja en el modelo. Cosas tales como escribir, hacer música, generar ciencia, comunicar de forma creativa, usar para la gloria del Señor las redes sociales, hacer dinero, etc. Empobrece nuestra vida y nos limita enormemente.

¿Cómo puede ayudarte esta nueva perspectiva de los dones?