Finalmente, hermanos, un favor os pido por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu: apoyadme con vuestras oraciones ante Dios. (Romanos 15:30)


Las manos de Albert Durero se han convertido en un símbolo universal de la oración, al menos en el mundo protestante. Hoy las utilizó para ilustrar esta entrada, así como uso las palabras del apóstol Pablo para expresar mi necesidad. Si hoy lees esta entrada, este comentario, apóyame con tus oraciones porque el momento personal y familiar que vivo lo precisa y el Padre nos ha concedido el precioso e increíble privilegio de sostenernos mutuamente por medio de la oración.

Yo, abiertamente te lo pido. Al mismo tiempo, si sientes esa misma necesidad, pídelo en tu entorno y, finalmente, pregunta al Padre quién en tu ambiente necesita ser apoyado en oración.


 



Finalmente, hermanos, un favor os pido por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu: apoyadme con vuestras oraciones ante Dios. (Romanos 15:30)


Las manos de Albert Durero se han convertido en un símbolo universal de la oración, al menos en el mundo protestante. Hoy las utilizó para ilustrar esta entrada, así como uso las palabras del apóstol Pablo para expresar mi necesidad. Si hoy lees esta entrada, este comentario, apóyame con tus oraciones porque el momento personal y familiar que vivo lo precisa y el Padre nos ha concedido el precioso e increíble privilegio de sostenernos mutuamente por medio de la oración.

Yo, abiertamente te lo pido. Al mismo tiempo, si sientes esa misma necesidad, pídelo en tu entorno y, finalmente, pregunta al Padre quién en tu ambiente necesita ser apoyado en oración.


 



Finalmente, hermanos, un favor os pido por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu: apoyadme con vuestras oraciones ante Dios. (Romanos 15:30)


Las manos de Albert Durero se han convertido en un símbolo universal de la oración, al menos en el mundo protestante. Hoy las utilizó para ilustrar esta entrada, así como uso las palabras del apóstol Pablo para expresar mi necesidad. Si hoy lees esta entrada, este comentario, apóyame con tus oraciones porque el momento personal y familiar que vivo lo precisa y el Padre nos ha concedido el precioso e increíble privilegio de sostenernos mutuamente por medio de la oración.

Yo, abiertamente te lo pido. Al mismo tiempo, si sientes esa misma necesidad, pídelo en tu entorno y, finalmente, pregunta al Padre quién en tu ambiente necesita ser apoyado en oración.