Además, el rey de Egipto habló con Fuá y Sifrá, comadronas de las hebreas, y les dijo: -Cuando asistáis a las hebreas en sus partos, prestad atención al sexo del recién nacido; si es niño, matadlo; si es niña, dejadla vivir. Pero las comadronas desatendieron, por respeto a Dios, la orden dada por el rey de Egipto y dejaron vivir también a los niños. (Éxodo 1:16-17)

Las dos comadronas de los hebreos tuvieron que afrontar el dilema de lo legal frente a lo moral. La orden del rey de Egipto respondía a la legalidad; se trataba de la máxima autoridad del país. Pero desde su punto de vista era totalmente inmoral; no podían seguirla y obedecerla, como indica el texto, por respeto a Dios. Son varias las ocasiones en que las personas de la Biblia se encuentran en la disyuntiva de tener que decidir si obedecer a Dios o a los hombres; la autoridad o la conciencia iluminada por la Escritura y el Señor.

Fuá y Sifrá son un espejo en el cual cualquier seguidor de Jesús viviendo en la sociedad postmoderna puede mirarse y verse reflejado. Los valores de la cultura judeocristiana ya no son la base sobre la que se construyen las legislaciones de nuestros países. La brecha entre lo que es legal –aquello aprobado por los gobiernos- y lo que es moral –aquello que dicta la conciencia iluminada por el Espíritu Santo- es evidente; además, lamentablemente, no dejará de crecer y crecer en los años venideros. Estas dos mujeres nos enseñan la necesidad del discernimiento. No siempre se puede ni se debe obedecer de forma ciega a las autoridades apelando a Romanos 13.

Un seguidor de Jesús tiene que levantar su voz contra todo aquello que aún siendo legal puede ser inmoral; y no me refiero únicamente a temas de carácter sexual, también los económicos, sociales, culturales o educacionales. Incluso, como en el caso ilustrado por estas dos comadronas, puede darse el caso que sea preciso llegar a la desobediencia civil contra leyes que atentan contra aquello que el Señor nos enseña. Al escribir estas palabras viene a mi mente Martin Luther King junior y su campaña de desobediencia contra la segregación racial en los Estados Unidos en los años sesenta del siglo pasado.

Seguimos a un Dios santo y justo. Su santidad nos lleva a clamar contra la inmoralidad; su justicia nos lleva a levantar una voz contra toda injusticia por muy legal que esta pueda ser o parecer.


¿Qué situaciones hay a tu alrededor que requieren una respuesta similar a la de Fuá y Sifrá?



Además, el rey de Egipto habló con Fuá y Sifrá, comadronas de las hebreas, y les dijo: -Cuando asistáis a las hebreas en sus partos, prestad atención al sexo del recién nacido; si es niño, matadlo; si es niña, dejadla vivir. Pero las comadronas desatendieron, por respeto a Dios, la orden dada por el rey de Egipto y dejaron vivir también a los niños. (Éxodo 1:16-17)

Las dos comadronas de los hebreos tuvieron que afrontar el dilema de lo legal frente a lo moral. La orden del rey de Egipto respondía a la legalidad; se trataba de la máxima autoridad del país. Pero desde su punto de vista era totalmente inmoral; no podían seguirla y obedecerla, como indica el texto, por respeto a Dios. Son varias las ocasiones en que las personas de la Biblia se encuentran en la disyuntiva de tener que decidir si obedecer a Dios o a los hombres; la autoridad o la conciencia iluminada por la Escritura y el Señor.

Fuá y Sifrá son un espejo en el cual cualquier seguidor de Jesús viviendo en la sociedad postmoderna puede mirarse y verse reflejado. Los valores de la cultura judeocristiana ya no son la base sobre la que se construyen las legislaciones de nuestros países. La brecha entre lo que es legal –aquello aprobado por los gobiernos- y lo que es moral –aquello que dicta la conciencia iluminada por el Espíritu Santo- es evidente; además, lamentablemente, no dejará de crecer y crecer en los años venideros. Estas dos mujeres nos enseñan la necesidad del discernimiento. No siempre se puede ni se debe obedecer de forma ciega a las autoridades apelando a Romanos 13.

Un seguidor de Jesús tiene que levantar su voz contra todo aquello que aún siendo legal puede ser inmoral; y no me refiero únicamente a temas de carácter sexual, también los económicos, sociales, culturales o educacionales. Incluso, como en el caso ilustrado por estas dos comadronas, puede darse el caso que sea preciso llegar a la desobediencia civil contra leyes que atentan contra aquello que el Señor nos enseña. Al escribir estas palabras viene a mi mente Martin Luther King junior y su campaña de desobediencia contra la segregación racial en los Estados Unidos en los años sesenta del siglo pasado.

Seguimos a un Dios santo y justo. Su santidad nos lleva a clamar contra la inmoralidad; su justicia nos lleva a levantar una voz contra toda injusticia por muy legal que esta pueda ser o parecer.


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Además, el rey de Egipto habló con Fuá y Sifrá, comadronas de las hebreas, y les dijo: -Cuando asistáis a las hebreas en sus partos, prestad atención al sexo del recién nacido; si es niño, matadlo; si es niña, dejadla vivir. Pero las comadronas desatendieron, por respeto a Dios, la orden dada por el rey de Egipto y dejaron vivir también a los niños. (Éxodo 1:16-17)

Las dos comadronas de los hebreos tuvieron que afrontar el dilema de lo legal frente a lo moral. La orden del rey de Egipto respondía a la legalidad; se trataba de la máxima autoridad del país. Pero desde su punto de vista era totalmente inmoral; no podían seguirla y obedecerla, como indica el texto, por respeto a Dios. Son varias las ocasiones en que las personas de la Biblia se encuentran en la disyuntiva de tener que decidir si obedecer a Dios o a los hombres; la autoridad o la conciencia iluminada por la Escritura y el Señor.

Fuá y Sifrá son un espejo en el cual cualquier seguidor de Jesús viviendo en la sociedad postmoderna puede mirarse y verse reflejado. Los valores de la cultura judeocristiana ya no son la base sobre la que se construyen las legislaciones de nuestros países. La brecha entre lo que es legal –aquello aprobado por los gobiernos- y lo que es moral –aquello que dicta la conciencia iluminada por el Espíritu Santo- es evidente; además, lamentablemente, no dejará de crecer y crecer en los años venideros. Estas dos mujeres nos enseñan la necesidad del discernimiento. No siempre se puede ni se debe obedecer de forma ciega a las autoridades apelando a Romanos 13.

Un seguidor de Jesús tiene que levantar su voz contra todo aquello que aún siendo legal puede ser inmoral; y no me refiero únicamente a temas de carácter sexual, también los económicos, sociales, culturales o educacionales. Incluso, como en el caso ilustrado por estas dos comadronas, puede darse el caso que sea preciso llegar a la desobediencia civil contra leyes que atentan contra aquello que el Señor nos enseña. Al escribir estas palabras viene a mi mente Martin Luther King junior y su campaña de desobediencia contra la segregación racial en los Estados Unidos en los años sesenta del siglo pasado.

Seguimos a un Dios santo y justo. Su santidad nos lleva a clamar contra la inmoralidad; su justicia nos lleva a levantar una voz contra toda injusticia por muy legal que esta pueda ser o parecer.


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