Deseo conocer tus mandamientos; ¡me muero por entenderlos! (Salmo 119:131)


¿Suena exagerada esta afirmación? Probablemente. Creo que muchos de los seguidores de Jesús han perdido la pasión por la Palabra. ¿Cómo se puede perder ese deseo de conocerla? Pues, simplemente cuando no vemos que pueda aportar nada a nuestras vidas, cuando consciente o inconscientemente la consideramos simplemente una reliquia de historias bonitas -las relacionadas con Jesús- y frases de auto ayuda -las que emanan de los salmos, proverbios y algunas epístolas-. Los bajos índices de conocimiento y lectura de la Biblia así lo demuestran, no me lo acabo de inventar.

David entendía muy bien el valor de la Palabra como dadora de vida. Sabía que tenía la capacidad de sostenernos en momentos de dificultad, darnos esperanza en las situaciones de oscuridad, mostrarnos que hay una vida eterna, una realidad alternativa a la que estamos viviendo. David sabía que las Escrituras nos permiten interpretar la realidad, no como el mundo la ve, sino con Dios la percibe. Nos sa conocimiento sobre nosotros mismos, nos ayuda a entender nuestras contradicciones e inconsistencias, pero también a vivir por encima de las mismas en el día a día.

¡Qué bueno sería compartir los mismos deseos que el salmista expresa con sus palabras! Porque, de no ser así ¿Dónde y cómo generas energía para vivir el presente y esperanza para afrontar el futuro?


 



Deseo conocer tus mandamientos; ¡me muero por entenderlos! (Salmo 119:131)


¿Suena exagerada esta afirmación? Probablemente. Creo que muchos de los seguidores de Jesús han perdido la pasión por la Palabra. ¿Cómo se puede perder ese deseo de conocerla? Pues, simplemente cuando no vemos que pueda aportar nada a nuestras vidas, cuando consciente o inconscientemente la consideramos simplemente una reliquia de historias bonitas -las relacionadas con Jesús- y frases de auto ayuda -las que emanan de los salmos, proverbios y algunas epístolas-. Los bajos índices de conocimiento y lectura de la Biblia así lo demuestran, no me lo acabo de inventar.

David entendía muy bien el valor de la Palabra como dadora de vida. Sabía que tenía la capacidad de sostenernos en momentos de dificultad, darnos esperanza en las situaciones de oscuridad, mostrarnos que hay una vida eterna, una realidad alternativa a la que estamos viviendo. David sabía que las Escrituras nos permiten interpretar la realidad, no como el mundo la ve, sino con Dios la percibe. Nos sa conocimiento sobre nosotros mismos, nos ayuda a entender nuestras contradicciones e inconsistencias, pero también a vivir por encima de las mismas en el día a día.

¡Qué bueno sería compartir los mismos deseos que el salmista expresa con sus palabras! Porque, de no ser así ¿Dónde y cómo generas energía para vivir el presente y esperanza para afrontar el futuro?


 



Deseo conocer tus mandamientos; ¡me muero por entenderlos! (Salmo 119:131)


¿Suena exagerada esta afirmación? Probablemente. Creo que muchos de los seguidores de Jesús han perdido la pasión por la Palabra. ¿Cómo se puede perder ese deseo de conocerla? Pues, simplemente cuando no vemos que pueda aportar nada a nuestras vidas, cuando consciente o inconscientemente la consideramos simplemente una reliquia de historias bonitas -las relacionadas con Jesús- y frases de auto ayuda -las que emanan de los salmos, proverbios y algunas epístolas-. Los bajos índices de conocimiento y lectura de la Biblia así lo demuestran, no me lo acabo de inventar.

David entendía muy bien el valor de la Palabra como dadora de vida. Sabía que tenía la capacidad de sostenernos en momentos de dificultad, darnos esperanza en las situaciones de oscuridad, mostrarnos que hay una vida eterna, una realidad alternativa a la que estamos viviendo. David sabía que las Escrituras nos permiten interpretar la realidad, no como el mundo la ve, sino con Dios la percibe. Nos sa conocimiento sobre nosotros mismos, nos ayuda a entender nuestras contradicciones e inconsistencias, pero también a vivir por encima de las mismas en el día a día.

¡Qué bueno sería compartir los mismos deseos que el salmista expresa con sus palabras! Porque, de no ser así ¿Dónde y cómo generas energía para vivir el presente y esperanza para afrontar el futuro?