Padre mío, si es posible, aparta de mí esta copa de amargura; pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tu. (Mateo 26:39)


Para mí no es difícil ver un paralelismo entre este pasaje y el que aparece reflejado en el capítulo tres del libro de Génesis. 

En ambos la acción sucede o tiene lugar en un jardín. En el relato del primer libro de la Biblia es el jardín del Edén, aquí, en Mateo, nos encontramos en el jardín del monte de los olivos. En los dos escenarios hay un gran protagonista, el género humano, representado por Adán y Eva en Génesis y por Jesús en Getsemaní. En las dos situaciones hay una gran decisión que tomar, a saber, obedecer o desobedecer la voluntad del Señor, someterse o no a ella. Finalmente, hay unos resultados que afectarán al resto de la humanidad, la muerte en el caso de la desobediencia, la vida en el caso de la obediencia por parte de Jesús.


Obediencia o desobediencia ¿Cuál es tu actitud al respecto?