Porque no despreció ni rechazó
el dolor del afligido; no le ocultó su rostro,
sino que lo escuchó cuando clamaba. (Salmo 22:21)

La teología y la experiencia son dos cosas diferentes. La primera hace afirmaciones acerca de cómo es Dios, qué piensa y siente de nosotros. La segunda tiene que ver con mi experimentación del Señor en la realidad cotidiana, en el día a día, en las situaciones que afronto y vivo. En ocasiones puede haber una increíble brecha entre ambas, entre lo que la Biblia afirma y lo que yo experimento. Dios ha prometido que nunca nos dejará ni nos abandonará, sin embargo, no siempre lo vivimos de esa manera y, en una manera u otra, todos hemos sentido en alguna ocasión de nuestras vidas la lejanía si no la ausencia de Dios.

El apóstol Pablo afirmaba que andamos por fe, confianza, y no por vista. Muchas veces la vida es así, pareciese que las verdades de la Biblia quedan lejanas, distantes, teóricas. En momentos como ese sólo nos queda el afirmar y proclamar una y otra vez las promesas del Señor, aferrarnos a lo que su Palabra afirma acerca de sus intenciones con respecto a nosotros porque la experiencia emocional en esos momentos nos dice todo lo contrario. Creo que esto queda muy bien reflejado en el salmo 21, en sus palabras de apertura y sus afirmaciones de confianza posteriores. Es el contraste entre la experiencia y la teología.

¿En que áreas de tu vida experimentas ese conflicto?

 



Porque no despreció ni rechazó
el dolor del afligido; no le ocultó su rostro,
sino que lo escuchó cuando clamaba. (Salmo 22:21)

La teología y la experiencia son dos cosas diferentes. La primera hace afirmaciones acerca de cómo es Dios, qué piensa y siente de nosotros. La segunda tiene que ver con mi experimentación del Señor en la realidad cotidiana, en el día a día, en las situaciones que afronto y vivo. En ocasiones puede haber una increíble brecha entre ambas, entre lo que la Biblia afirma y lo que yo experimento. Dios ha prometido que nunca nos dejará ni nos abandonará, sin embargo, no siempre lo vivimos de esa manera y, en una manera u otra, todos hemos sentido en alguna ocasión de nuestras vidas la lejanía si no la ausencia de Dios.

El apóstol Pablo afirmaba que andamos por fe, confianza, y no por vista. Muchas veces la vida es así, pareciese que las verdades de la Biblia quedan lejanas, distantes, teóricas. En momentos como ese sólo nos queda el afirmar y proclamar una y otra vez las promesas del Señor, aferrarnos a lo que su Palabra afirma acerca de sus intenciones con respecto a nosotros porque la experiencia emocional en esos momentos nos dice todo lo contrario. Creo que esto queda muy bien reflejado en el salmo 21, en sus palabras de apertura y sus afirmaciones de confianza posteriores. Es el contraste entre la experiencia y la teología.

¿En que áreas de tu vida experimentas ese conflicto?

 



Porque no despreció ni rechazó
el dolor del afligido; no le ocultó su rostro,
sino que lo escuchó cuando clamaba. (Salmo 22:21)

La teología y la experiencia son dos cosas diferentes. La primera hace afirmaciones acerca de cómo es Dios, qué piensa y siente de nosotros. La segunda tiene que ver con mi experimentación del Señor en la realidad cotidiana, en el día a día, en las situaciones que afronto y vivo. En ocasiones puede haber una increíble brecha entre ambas, entre lo que la Biblia afirma y lo que yo experimento. Dios ha prometido que nunca nos dejará ni nos abandonará, sin embargo, no siempre lo vivimos de esa manera y, en una manera u otra, todos hemos sentido en alguna ocasión de nuestras vidas la lejanía si no la ausencia de Dios.

El apóstol Pablo afirmaba que andamos por fe, confianza, y no por vista. Muchas veces la vida es así, pareciese que las verdades de la Biblia quedan lejanas, distantes, teóricas. En momentos como ese sólo nos queda el afirmar y proclamar una y otra vez las promesas del Señor, aferrarnos a lo que su Palabra afirma acerca de sus intenciones con respecto a nosotros porque la experiencia emocional en esos momentos nos dice todo lo contrario. Creo que esto queda muy bien reflejado en el salmo 21, en sus palabras de apertura y sus afirmaciones de confianza posteriores. Es el contraste entre la experiencia y la teología.

¿En que áreas de tu vida experimentas ese conflicto?