Y Jesús añadió: -Dios hizo el sábado por causa del ser humano, y no al ser humano por causa del sábado. ¡El Hijo del Hombre es también Señor del sábado! (Marcos 2:23-28)


Lo de Jesús y los fariseos no fueron encuentros sino más bien encontronazos. El problema acostumbraba a ser siempre el mismo, el Maestro se saltaba las tradiciones y las regulaciones de la ley oral que los fariseos había llevado hasta extremos que rozaban lo ridículo. Esto los sacaba de sus casillas y generaba un odio y una inquina que fue en constante crecimiento durante el ministerio de Jesús. Todo ello ya sabemos como acabó.

El problema de los fariseos es que se quedaban con la letra de la Ley pero no entendían el espíritu de la misma. Enfatizaban la forma pero perdían el fondo. Hacían énfasis en las maneras pero perdían de vista las funciones que estas tenían como propósito llevar a cabo. Ellos colocaban en el centro de todo el ritual; Jesús colocaba en el centro de todo el ser humano y sus necesidades. Ningún ritual religioso por importante y significativo que sea puede estar por encima de suplir las necesidades de nuestro prójimo. 

Esto último es, precisamente, lo que rescato de este encontronazo. El ser humano y sus necesidades es el centro de todo el plan de Dios. Como ya afirmé, ningún ritual religioso es más importante. ¿No me crees? ¿Consideras que soy un extremista? Tienes todo el derecho, sin embargo, fue el propio Señor quien afirmó -tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento- que quería misericordia y no sacrificios y ¿Qué era más importante en la vida religiosa de Israel que los sacrificios?. También afirmó que el sábado estaba al servicio del ser humano y no viceversa.

¿Qué es para ti más importante el ritual o el prójimo?

 



Y Jesús añadió: -Dios hizo el sábado por causa del ser humano, y no al ser humano por causa del sábado. ¡El Hijo del Hombre es también Señor del sábado! (Marcos 2:23-28)


Lo de Jesús y los fariseos no fueron encuentros sino más bien encontronazos. El problema acostumbraba a ser siempre el mismo, el Maestro se saltaba las tradiciones y las regulaciones de la ley oral que los fariseos había llevado hasta extremos que rozaban lo ridículo. Esto los sacaba de sus casillas y generaba un odio y una inquina que fue en constante crecimiento durante el ministerio de Jesús. Todo ello ya sabemos como acabó.

El problema de los fariseos es que se quedaban con la letra de la Ley pero no entendían el espíritu de la misma. Enfatizaban la forma pero perdían el fondo. Hacían énfasis en las maneras pero perdían de vista las funciones que estas tenían como propósito llevar a cabo. Ellos colocaban en el centro de todo el ritual; Jesús colocaba en el centro de todo el ser humano y sus necesidades. Ningún ritual religioso por importante y significativo que sea puede estar por encima de suplir las necesidades de nuestro prójimo. 

Esto último es, precisamente, lo que rescato de este encontronazo. El ser humano y sus necesidades es el centro de todo el plan de Dios. Como ya afirmé, ningún ritual religioso es más importante. ¿No me crees? ¿Consideras que soy un extremista? Tienes todo el derecho, sin embargo, fue el propio Señor quien afirmó -tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento- que quería misericordia y no sacrificios y ¿Qué era más importante en la vida religiosa de Israel que los sacrificios?. También afirmó que el sábado estaba al servicio del ser humano y no viceversa.

¿Qué es para ti más importante el ritual o el prójimo?

 



Y Jesús añadió: -Dios hizo el sábado por causa del ser humano, y no al ser humano por causa del sábado. ¡El Hijo del Hombre es también Señor del sábado! (Marcos 2:23-28)


Lo de Jesús y los fariseos no fueron encuentros sino más bien encontronazos. El problema acostumbraba a ser siempre el mismo, el Maestro se saltaba las tradiciones y las regulaciones de la ley oral que los fariseos había llevado hasta extremos que rozaban lo ridículo. Esto los sacaba de sus casillas y generaba un odio y una inquina que fue en constante crecimiento durante el ministerio de Jesús. Todo ello ya sabemos como acabó.

El problema de los fariseos es que se quedaban con la letra de la Ley pero no entendían el espíritu de la misma. Enfatizaban la forma pero perdían el fondo. Hacían énfasis en las maneras pero perdían de vista las funciones que estas tenían como propósito llevar a cabo. Ellos colocaban en el centro de todo el ritual; Jesús colocaba en el centro de todo el ser humano y sus necesidades. Ningún ritual religioso por importante y significativo que sea puede estar por encima de suplir las necesidades de nuestro prójimo. 

Esto último es, precisamente, lo que rescato de este encontronazo. El ser humano y sus necesidades es el centro de todo el plan de Dios. Como ya afirmé, ningún ritual religioso es más importante. ¿No me crees? ¿Consideras que soy un extremista? Tienes todo el derecho, sin embargo, fue el propio Señor quien afirmó -tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento- que quería misericordia y no sacrificios y ¿Qué era más importante en la vida religiosa de Israel que los sacrificios?. También afirmó que el sábado estaba al servicio del ser humano y no viceversa.

¿Qué es para ti más importante el ritual o el prójimo?