También se dijo: El que se separe de su mujer debe darle un acta de divorcio. Pero yo os digo: Todo aquel que se separa de su mujer (salvo en el caso de matrimonio ilícito) la pone en peligro de adulterio. Y si alguno se casa con una mujer separada, también comete adulterio. (Mateo 5:31-32)


William Barclay indica que no es posible interpretar este pasaje sino es a la luz de la realidad que la institución matrimonial vivía en los tiempos de Jesús en Palestina y de la iglesia primitiva en el contexto del Imperio Romano. El estudioso bíblico indica que dicha institución se había degradado hasta tal punto que puso su existencia al borde la extinción. En el mundo judío, sin ir más lejos, el texto de Deuteronomio 24:1 que dice "cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano y la despedirá de su casa", había llegado a interpretarse de formas escandalosas, de tal modo que cualquier causa podía ser tildada del "indecente", desde cocinar con demasiada sal hasta hablar mal de los suegros en presencia del esposo. El rabino Akiba consideraba que si encontrabas otra mujer más atractiva que la tuya era causa de divorcio y podía considerarse indecencia. Todo esto unido a que el procedimiento legal era muy sencillo; simplemente darle una carta de divorcio en presencia de dos testigos; explica el alto número de divorcios en la época en que el Maestro lleva a cabo su ministerio. La situación no era, ni de lejos, mejor en el mundo grecorromano. En ese contexto entre lo novedoso de las palabras de Jesús.

Es mi humilde opinión que, una vez más, hemos de ver el fondo y no quedarnos en la forma. Aquel es claro y contundente; la centralidad de la fidelidad, el amor y el compromiso en la relación matrimonial en contraste con unas sociedades que despreciaban la relación entre esposo y esposa y la consideraban una mera utilidad que podía ser disuelta cuando convenía. Jesús introduce una revolución moral que, en primer lugar, defiende a la mujer de las conductas arbitrarias de los maridos que podían repudiarlas sin ningún derecho a defensa; cosa que ellas, por el contrario no podían llevar a cabo. Entiendo que el Maestro delante de la volatibilidad del matrimonio en su época introduce un sentido de permanencia, estabilidad y compromiso; su enseñanza ataja el divorcio a la carta y caprichoso y vuelve a recobrar el sentido trascedente de la relación matrimonial; tan trascendente que es usado como metáfora de la relación de Cristo con su iglesia.


El problema no es el matrimonio sino las personas que lo componen ¿Qué te enseña este pasaje acerca de la naturaleza humana?



También se dijo: El que se separe de su mujer debe darle un acta de divorcio. Pero yo os digo: Todo aquel que se separa de su mujer (salvo en el caso de matrimonio ilícito) la pone en peligro de adulterio. Y si alguno se casa con una mujer separada, también comete adulterio. (Mateo 5:31-32)


William Barclay indica que no es posible interpretar este pasaje sino es a la luz de la realidad que la institución matrimonial vivía en los tiempos de Jesús en Palestina y de la iglesia primitiva en el contexto del Imperio Romano. El estudioso bíblico indica que dicha institución se había degradado hasta tal punto que puso su existencia al borde la extinción. En el mundo judío, sin ir más lejos, el texto de Deuteronomio 24:1 que dice "cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano y la despedirá de su casa", había llegado a interpretarse de formas escandalosas, de tal modo que cualquier causa podía ser tildada del "indecente", desde cocinar con demasiada sal hasta hablar mal de los suegros en presencia del esposo. El rabino Akiba consideraba que si encontrabas otra mujer más atractiva que la tuya era causa de divorcio y podía considerarse indecencia. Todo esto unido a que el procedimiento legal era muy sencillo; simplemente darle una carta de divorcio en presencia de dos testigos; explica el alto número de divorcios en la época en que el Maestro lleva a cabo su ministerio. La situación no era, ni de lejos, mejor en el mundo grecorromano. En ese contexto entre lo novedoso de las palabras de Jesús.

Es mi humilde opinión que, una vez más, hemos de ver el fondo y no quedarnos en la forma. Aquel es claro y contundente; la centralidad de la fidelidad, el amor y el compromiso en la relación matrimonial en contraste con unas sociedades que despreciaban la relación entre esposo y esposa y la consideraban una mera utilidad que podía ser disuelta cuando convenía. Jesús introduce una revolución moral que, en primer lugar, defiende a la mujer de las conductas arbitrarias de los maridos que podían repudiarlas sin ningún derecho a defensa; cosa que ellas, por el contrario no podían llevar a cabo. Entiendo que el Maestro delante de la volatibilidad del matrimonio en su época introduce un sentido de permanencia, estabilidad y compromiso; su enseñanza ataja el divorcio a la carta y caprichoso y vuelve a recobrar el sentido trascedente de la relación matrimonial; tan trascendente que es usado como metáfora de la relación de Cristo con su iglesia.


El problema no es el matrimonio sino las personas que lo componen ¿Qué te enseña este pasaje acerca de la naturaleza humana?



También se dijo: El que se separe de su mujer debe darle un acta de divorcio. Pero yo os digo: Todo aquel que se separa de su mujer (salvo en el caso de matrimonio ilícito) la pone en peligro de adulterio. Y si alguno se casa con una mujer separada, también comete adulterio. (Mateo 5:31-32)


William Barclay indica que no es posible interpretar este pasaje sino es a la luz de la realidad que la institución matrimonial vivía en los tiempos de Jesús en Palestina y de la iglesia primitiva en el contexto del Imperio Romano. El estudioso bíblico indica que dicha institución se había degradado hasta tal punto que puso su existencia al borde la extinción. En el mundo judío, sin ir más lejos, el texto de Deuteronomio 24:1 que dice "cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano y la despedirá de su casa", había llegado a interpretarse de formas escandalosas, de tal modo que cualquier causa podía ser tildada del "indecente", desde cocinar con demasiada sal hasta hablar mal de los suegros en presencia del esposo. El rabino Akiba consideraba que si encontrabas otra mujer más atractiva que la tuya era causa de divorcio y podía considerarse indecencia. Todo esto unido a que el procedimiento legal era muy sencillo; simplemente darle una carta de divorcio en presencia de dos testigos; explica el alto número de divorcios en la época en que el Maestro lleva a cabo su ministerio. La situación no era, ni de lejos, mejor en el mundo grecorromano. En ese contexto entre lo novedoso de las palabras de Jesús.

Es mi humilde opinión que, una vez más, hemos de ver el fondo y no quedarnos en la forma. Aquel es claro y contundente; la centralidad de la fidelidad, el amor y el compromiso en la relación matrimonial en contraste con unas sociedades que despreciaban la relación entre esposo y esposa y la consideraban una mera utilidad que podía ser disuelta cuando convenía. Jesús introduce una revolución moral que, en primer lugar, defiende a la mujer de las conductas arbitrarias de los maridos que podían repudiarlas sin ningún derecho a defensa; cosa que ellas, por el contrario no podían llevar a cabo. Entiendo que el Maestro delante de la volatibilidad del matrimonio en su época introduce un sentido de permanencia, estabilidad y compromiso; su enseñanza ataja el divorcio a la carta y caprichoso y vuelve a recobrar el sentido trascedente de la relación matrimonial; tan trascendente que es usado como metáfora de la relación de Cristo con su iglesia.


El problema no es el matrimonio sino las personas que lo componen ¿Qué te enseña este pasaje acerca de la naturaleza humana?