Acto seguido mandó apresar a José y lo metió en la cárcel, donde estaban recluidos los presos del rey. De este modo José fue a parar a la cárcel. Pero el Señor seguía estando con él y no dejó de mostrarle su favor.  (Génesis 39:20-21)


Hacer el bien porque ello llevará implícito una recompensa carece de mérito. Evitar el mal porque ella llevaría consigo un castigo o consecuencias adversas es lo mismo, carece de valor moral. Cuando se pone de manifiesto la fibra moral de un individuo es cuando hace el bien aún sabiendo que las consecuencias de hacerlo pueden ser adversas. O, por el contrario, evita lo malo aunque ello pudiera reportarle beneficios.

Esto es lo que vemos en José. Su conducta le atrajo la animadversión de la esposa de su amo que le acosaba sexualmente (probablemente el primer caso de acoso sexual en el contexto laboral del que tenemos referencia). Su deseo de honrar a ambos, a Dios y a su amo, hizo que diera con sus huesos en la cárcel. Creo que esta historia desmiente la leyenda urbana de que a los que creen en Dios todas las cosas les salen bien, siempre van de bendición en bendición y nada malo les puede pasar. Porque si eso se da, algo malo les acontece, es resultado de su pecado o falta de fe ¡Vaya manera tan pueril de acercarse a la Escritura! Son muchos los justos que sufrieron, precisamente, por hacer el bien, desee José, aquí representado, pasando por David y los profetas y acabando con Jesús. Hay un sufrimiento que es el resultado directo de querer vivir honrando al Señor.

Pero hay un segundo punto que vale la pena destacar en este pasaje. A pesar de todo, Dios continuó con José. Es importante señalar este aspecto. No existe ninguna promesa en la Biblia que nos indique que el Señor nos va a librar del dolor y el sufrimiento, tanto del justo -consecuencia de nuestro pecado-, como del injusto -consecuencia de nuestra práctica del bien- Pero si hay multitud e promesas que nos indican que va a estar con nosotros en medio de ambas, dándonos su presencia, apoyo y fuerzas.


¿Cómo se aplican en tu vida estos principios?



Acto seguido mandó apresar a José y lo metió en la cárcel, donde estaban recluidos los presos del rey. De este modo José fue a parar a la cárcel. Pero el Señor seguía estando con él y no dejó de mostrarle su favor.  (Génesis 39:20-21)


Hacer el bien porque ello llevará implícito una recompensa carece de mérito. Evitar el mal porque ella llevaría consigo un castigo o consecuencias adversas es lo mismo, carece de valor moral. Cuando se pone de manifiesto la fibra moral de un individuo es cuando hace el bien aún sabiendo que las consecuencias de hacerlo pueden ser adversas. O, por el contrario, evita lo malo aunque ello pudiera reportarle beneficios.

Esto es lo que vemos en José. Su conducta le atrajo la animadversión de la esposa de su amo que le acosaba sexualmente (probablemente el primer caso de acoso sexual en el contexto laboral del que tenemos referencia). Su deseo de honrar a ambos, a Dios y a su amo, hizo que diera con sus huesos en la cárcel. Creo que esta historia desmiente la leyenda urbana de que a los que creen en Dios todas las cosas les salen bien, siempre van de bendición en bendición y nada malo les puede pasar. Porque si eso se da, algo malo les acontece, es resultado de su pecado o falta de fe ¡Vaya manera tan pueril de acercarse a la Escritura! Son muchos los justos que sufrieron, precisamente, por hacer el bien, desee José, aquí representado, pasando por David y los profetas y acabando con Jesús. Hay un sufrimiento que es el resultado directo de querer vivir honrando al Señor.

Pero hay un segundo punto que vale la pena destacar en este pasaje. A pesar de todo, Dios continuó con José. Es importante señalar este aspecto. No existe ninguna promesa en la Biblia que nos indique que el Señor nos va a librar del dolor y el sufrimiento, tanto del justo -consecuencia de nuestro pecado-, como del injusto -consecuencia de nuestra práctica del bien- Pero si hay multitud e promesas que nos indican que va a estar con nosotros en medio de ambas, dándonos su presencia, apoyo y fuerzas.


¿Cómo se aplican en tu vida estos principios?



Acto seguido mandó apresar a José y lo metió en la cárcel, donde estaban recluidos los presos del rey. De este modo José fue a parar a la cárcel. Pero el Señor seguía estando con él y no dejó de mostrarle su favor.  (Génesis 39:20-21)


Hacer el bien porque ello llevará implícito una recompensa carece de mérito. Evitar el mal porque ella llevaría consigo un castigo o consecuencias adversas es lo mismo, carece de valor moral. Cuando se pone de manifiesto la fibra moral de un individuo es cuando hace el bien aún sabiendo que las consecuencias de hacerlo pueden ser adversas. O, por el contrario, evita lo malo aunque ello pudiera reportarle beneficios.

Esto es lo que vemos en José. Su conducta le atrajo la animadversión de la esposa de su amo que le acosaba sexualmente (probablemente el primer caso de acoso sexual en el contexto laboral del que tenemos referencia). Su deseo de honrar a ambos, a Dios y a su amo, hizo que diera con sus huesos en la cárcel. Creo que esta historia desmiente la leyenda urbana de que a los que creen en Dios todas las cosas les salen bien, siempre van de bendición en bendición y nada malo les puede pasar. Porque si eso se da, algo malo les acontece, es resultado de su pecado o falta de fe ¡Vaya manera tan pueril de acercarse a la Escritura! Son muchos los justos que sufrieron, precisamente, por hacer el bien, desee José, aquí representado, pasando por David y los profetas y acabando con Jesús. Hay un sufrimiento que es el resultado directo de querer vivir honrando al Señor.

Pero hay un segundo punto que vale la pena destacar en este pasaje. A pesar de todo, Dios continuó con José. Es importante señalar este aspecto. No existe ninguna promesa en la Biblia que nos indique que el Señor nos va a librar del dolor y el sufrimiento, tanto del justo -consecuencia de nuestro pecado-, como del injusto -consecuencia de nuestra práctica del bien- Pero si hay multitud e promesas que nos indican que va a estar con nosotros en medio de ambas, dándonos su presencia, apoyo y fuerzas.


¿Cómo se aplican en tu vida estos principios?