Y a pesar de ello apostataron, puedan de nuevo convertirse y renovarse.  (Hebreos 6:6)

Un paradoja es un hecho o expresión que parece oponerse a los principios de la lógica. Suele dar la impresión de oponerse a la verdad o de contradecir el sentido común, no obstante, la paradoja, no encierra una contradicción lógica, tan solo aparente.

Este pasaje de Hebreos habla acerca de la posibilidad de perder la salvación; que una vez se da marcha atrás por medio de la apostasía ya no es posible volverse a convertir y renovarse. Esta polémica, junto con la predestinación y el libre albedrío, son de las más populares entre los cristianos. Ríos y ríos de tinta se han derramado y se derramarán defendiendo una postura y otra, en ocasiones, encarnizadamente y, olvidando en la apología de la creencia propia, la gracia y la misericordia hacia aquel que piensa diferente de nosotros. 

Hay suficiente evidencia bíblica para posicionarse en favor de una u otra perspectiva. Si así no fuera, no tendríamos estas polémicas. Lo que, en ocasiones, perdemos de vista es que cuando nos acercamos a las Escrituras lo hacemos con un sistema operativo mental que determina lo que en ellas encontraremos. Somos hijos del pensamiento griego y éste se caracterizaba por los opuestos. Si algo es negro no puede ser blanco; ha de ser una cosa o la otra. Dicho de otro modo, si el hombre es libre no puede estar predestinado y viceversa. La salvación se pierde o no se pierde. 

Sin embargo, el pensamiento bíblico es diferente, es integrador. No se trata de esto o lo otro, sino de ambas cosas. El hombre está 100% predestinado y, al mismo tiempo, es 100% libre. La salvación se puede perder y, al vez, no se puede perder. ¿Paradójico? Totalmente, así es el pensamiento de Dios. Mis pensamientos, dice el Señor por medio del profeta, no son los vuestros. Lo que para nuestra limitada mente, entrenada en el paradigma griego, es imposible, no lo es en absoluto para Dios. Por eso, como dice un griego amigo mío: "deja que los versículos que hablan sobre perder la salvación te mantengan alerta y aquellos que hablan de la imposibilidad de perderla te mantengan descansado en Dios".


¿Cómo vives las paradojas?













Y a pesar de ello apostataron, puedan de nuevo convertirse y renovarse.  (Hebreos 6:6)

Un paradoja es un hecho o expresión que parece oponerse a los principios de la lógica. Suele dar la impresión de oponerse a la verdad o de contradecir el sentido común, no obstante, la paradoja, no encierra una contradicción lógica, tan solo aparente.

Este pasaje de Hebreos habla acerca de la posibilidad de perder la salvación; que una vez se da marcha atrás por medio de la apostasía ya no es posible volverse a convertir y renovarse. Esta polémica, junto con la predestinación y el libre albedrío, son de las más populares entre los cristianos. Ríos y ríos de tinta se han derramado y se derramarán defendiendo una postura y otra, en ocasiones, encarnizadamente y, olvidando en la apología de la creencia propia, la gracia y la misericordia hacia aquel que piensa diferente de nosotros. 

Hay suficiente evidencia bíblica para posicionarse en favor de una u otra perspectiva. Si así no fuera, no tendríamos estas polémicas. Lo que, en ocasiones, perdemos de vista es que cuando nos acercamos a las Escrituras lo hacemos con un sistema operativo mental que determina lo que en ellas encontraremos. Somos hijos del pensamiento griego y éste se caracterizaba por los opuestos. Si algo es negro no puede ser blanco; ha de ser una cosa o la otra. Dicho de otro modo, si el hombre es libre no puede estar predestinado y viceversa. La salvación se pierde o no se pierde. 

Sin embargo, el pensamiento bíblico es diferente, es integrador. No se trata de esto o lo otro, sino de ambas cosas. El hombre está 100% predestinado y, al mismo tiempo, es 100% libre. La salvación se puede perder y, al vez, no se puede perder. ¿Paradójico? Totalmente, así es el pensamiento de Dios. Mis pensamientos, dice el Señor por medio del profeta, no son los vuestros. Lo que para nuestra limitada mente, entrenada en el paradigma griego, es imposible, no lo es en absoluto para Dios. Por eso, como dice un griego amigo mío: "deja que los versículos que hablan sobre perder la salvación te mantengan alerta y aquellos que hablan de la imposibilidad de perderla te mantengan descansado en Dios".


¿Cómo vives las paradojas?













Y a pesar de ello apostataron, puedan de nuevo convertirse y renovarse.  (Hebreos 6:6)

Un paradoja es un hecho o expresión que parece oponerse a los principios de la lógica. Suele dar la impresión de oponerse a la verdad o de contradecir el sentido común, no obstante, la paradoja, no encierra una contradicción lógica, tan solo aparente.

Este pasaje de Hebreos habla acerca de la posibilidad de perder la salvación; que una vez se da marcha atrás por medio de la apostasía ya no es posible volverse a convertir y renovarse. Esta polémica, junto con la predestinación y el libre albedrío, son de las más populares entre los cristianos. Ríos y ríos de tinta se han derramado y se derramarán defendiendo una postura y otra, en ocasiones, encarnizadamente y, olvidando en la apología de la creencia propia, la gracia y la misericordia hacia aquel que piensa diferente de nosotros. 

Hay suficiente evidencia bíblica para posicionarse en favor de una u otra perspectiva. Si así no fuera, no tendríamos estas polémicas. Lo que, en ocasiones, perdemos de vista es que cuando nos acercamos a las Escrituras lo hacemos con un sistema operativo mental que determina lo que en ellas encontraremos. Somos hijos del pensamiento griego y éste se caracterizaba por los opuestos. Si algo es negro no puede ser blanco; ha de ser una cosa o la otra. Dicho de otro modo, si el hombre es libre no puede estar predestinado y viceversa. La salvación se pierde o no se pierde. 

Sin embargo, el pensamiento bíblico es diferente, es integrador. No se trata de esto o lo otro, sino de ambas cosas. El hombre está 100% predestinado y, al mismo tiempo, es 100% libre. La salvación se puede perder y, al vez, no se puede perder. ¿Paradójico? Totalmente, así es el pensamiento de Dios. Mis pensamientos, dice el Señor por medio del profeta, no son los vuestros. Lo que para nuestra limitada mente, entrenada en el paradigma griego, es imposible, no lo es en absoluto para Dios. Por eso, como dice un griego amigo mío: "deja que los versículos que hablan sobre perder la salvación te mantengan alerta y aquellos que hablan de la imposibilidad de perderla te mantengan descansado en Dios".


¿Cómo vives las paradojas?