No perdáis de vista a quien ha sido enviado. (Hebreos 3:1)


El autor de Hebreos nos describió a Jesús como "pontifex", constructor de puentes; ahora lo describe como "apóstolos", embajador o enviado. En el contexto judío el apóstolos era un enviado de parte del Sanedrín, investido con su autoridad, para poder llevar a cabo las órdenes por este dictadas. En el contexto griego se trataba de un embajador, el representante de un país ante otro. En este sentido Jesús es el embajador de Dios ante nosotros. Tiene, pues, todo el sentido del mundo cuando el Maestro, en el evangelio de Juan, hace afirmaciones del tipo: "El que me ha visto a mí ha visto al Padre", "El Padre y yo uno somos", "Yo sólo hablo aquello que he oído decir a mi Padre", "Toda autoridad me ha sido dada en los cielos y en la tierra".

Nosotros también somos apóstoles, enviados, de parte de Dios para anunciar las buenas noticias a la humanidad. Como el Padre me envió, afirmó Jesús, así yo os envío a vosotros. En este sentido nosotros nos hemos convertido en la imagen y la representación de Dios en la tierra para un mundo roto.


¿Qué significa en tu realidad cotidiana ser apóstol?




No perdáis de vista a quien ha sido enviado. (Hebreos 3:1)


El autor de Hebreos nos describió a Jesús como "pontifex", constructor de puentes; ahora lo describe como "apóstolos", embajador o enviado. En el contexto judío el apóstolos era un enviado de parte del Sanedrín, investido con su autoridad, para poder llevar a cabo las órdenes por este dictadas. En el contexto griego se trataba de un embajador, el representante de un país ante otro. En este sentido Jesús es el embajador de Dios ante nosotros. Tiene, pues, todo el sentido del mundo cuando el Maestro, en el evangelio de Juan, hace afirmaciones del tipo: "El que me ha visto a mí ha visto al Padre", "El Padre y yo uno somos", "Yo sólo hablo aquello que he oído decir a mi Padre", "Toda autoridad me ha sido dada en los cielos y en la tierra".

Nosotros también somos apóstoles, enviados, de parte de Dios para anunciar las buenas noticias a la humanidad. Como el Padre me envió, afirmó Jesús, así yo os envío a vosotros. En este sentido nosotros nos hemos convertido en la imagen y la representación de Dios en la tierra para un mundo roto.


¿Qué significa en tu realidad cotidiana ser apóstol?




No perdáis de vista a quien ha sido enviado. (Hebreos 3:1)


El autor de Hebreos nos describió a Jesús como "pontifex", constructor de puentes; ahora lo describe como "apóstolos", embajador o enviado. En el contexto judío el apóstolos era un enviado de parte del Sanedrín, investido con su autoridad, para poder llevar a cabo las órdenes por este dictadas. En el contexto griego se trataba de un embajador, el representante de un país ante otro. En este sentido Jesús es el embajador de Dios ante nosotros. Tiene, pues, todo el sentido del mundo cuando el Maestro, en el evangelio de Juan, hace afirmaciones del tipo: "El que me ha visto a mí ha visto al Padre", "El Padre y yo uno somos", "Yo sólo hablo aquello que he oído decir a mi Padre", "Toda autoridad me ha sido dada en los cielos y en la tierra".

Nosotros también somos apóstoles, enviados, de parte de Dios para anunciar las buenas noticias a la humanidad. Como el Padre me envió, afirmó Jesús, así yo os envío a vosotros. En este sentido nosotros nos hemos convertido en la imagen y la representación de Dios en la tierra para un mundo roto.


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