Los destinó también desde el principio a reproducir la imagen de su hijo, que había de ser el hermano mayor entre muchos hermanos. (Romanos 8:29)

Este, que Jesús sea formado en nuestras vidas, es el bien del que habla Pablo en el versículo 28. Vuelvo a insistir, el apóstol no está afirmando que todo nos saldrá bien, que todo será bueno, que iremos de bendición material en bendición material. Indica que lo mejor que Dios puede hacer por nosotros es formar a Jesús en nuestras vidas, es decir, hacer de nosotros la mejor versión posible de nosotros mismos.

Jesús es el modelo de lo que un ser humano debería ser. Es el tipo de persona que  Dios tenía en mente cuando nos creó y el pecado hizo inviable. Conforme nos vamos pareciendo más y más a Jesús vamos siendo la mejor versión posible de nosotros mismos. Al mismo tiempo nos vamos volviendo más y más humanos, vamos recobrando aquella humanidad que el pecado nos arrebató. Vamos alcanzando la felicidad que todo ser humano, como ya hemos visto, aspira a tener.

Debemos mirarnos a nosotros mismos y preguntarnos cuán felices somos. Observar con qué modelo de felicidad nos estamos identificando y estamos persiguiendo; la ausencia de dolor y carrera por el placer o, por el contrario, ser la mejor versión y hacer una contribución.

Donde esté tu tesoro estará tu corazón ¿Dónde está el tuyo?

 



Los destinó también desde el principio a reproducir la imagen de su hijo, que había de ser el hermano mayor entre muchos hermanos. (Romanos 8:29)

Este, que Jesús sea formado en nuestras vidas, es el bien del que habla Pablo en el versículo 28. Vuelvo a insistir, el apóstol no está afirmando que todo nos saldrá bien, que todo será bueno, que iremos de bendición material en bendición material. Indica que lo mejor que Dios puede hacer por nosotros es formar a Jesús en nuestras vidas, es decir, hacer de nosotros la mejor versión posible de nosotros mismos.

Jesús es el modelo de lo que un ser humano debería ser. Es el tipo de persona que  Dios tenía en mente cuando nos creó y el pecado hizo inviable. Conforme nos vamos pareciendo más y más a Jesús vamos siendo la mejor versión posible de nosotros mismos. Al mismo tiempo nos vamos volviendo más y más humanos, vamos recobrando aquella humanidad que el pecado nos arrebató. Vamos alcanzando la felicidad que todo ser humano, como ya hemos visto, aspira a tener.

Debemos mirarnos a nosotros mismos y preguntarnos cuán felices somos. Observar con qué modelo de felicidad nos estamos identificando y estamos persiguiendo; la ausencia de dolor y carrera por el placer o, por el contrario, ser la mejor versión y hacer una contribución.

Donde esté tu tesoro estará tu corazón ¿Dónde está el tuyo?

 



Los destinó también desde el principio a reproducir la imagen de su hijo, que había de ser el hermano mayor entre muchos hermanos. (Romanos 8:29)

Este, que Jesús sea formado en nuestras vidas, es el bien del que habla Pablo en el versículo 28. Vuelvo a insistir, el apóstol no está afirmando que todo nos saldrá bien, que todo será bueno, que iremos de bendición material en bendición material. Indica que lo mejor que Dios puede hacer por nosotros es formar a Jesús en nuestras vidas, es decir, hacer de nosotros la mejor versión posible de nosotros mismos.

Jesús es el modelo de lo que un ser humano debería ser. Es el tipo de persona que  Dios tenía en mente cuando nos creó y el pecado hizo inviable. Conforme nos vamos pareciendo más y más a Jesús vamos siendo la mejor versión posible de nosotros mismos. Al mismo tiempo nos vamos volviendo más y más humanos, vamos recobrando aquella humanidad que el pecado nos arrebató. Vamos alcanzando la felicidad que todo ser humano, como ya hemos visto, aspira a tener.

Debemos mirarnos a nosotros mismos y preguntarnos cuán felices somos. Observar con qué modelo de felicidad nos estamos identificando y estamos persiguiendo; la ausencia de dolor y carrera por el placer o, por el contrario, ser la mejor versión y hacer una contribución.

Donde esté tu tesoro estará tu corazón ¿Dónde está el tuyo?