¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? (Lucas 24:5)
Toda la fe cristiana se basa en la persona de Jesús y sus afirmaciones de que era Dios. Esto no admite medias tintas o era y es Dios o no lo era y no lo es. Sus seguidores siempre hemos creído que la resurrección era la prueba de que las afirmaciones acerca de su deidad y, por consiguiente, el perdón de nuestros pecados eran ciertas.
Niega la resurrección y Jesús queda relegado, en el mejor de los casos a un personaje histórico singular, en el peor de los casos a un mito literario que puede inspirarnos a vivir mejor. Pero nada más. Pero hoy celebramos que resucito, que la muerte no pudo con Él y fu vencida y eso nos da fortaleza para afrontar el presente y esperanza para el futuro, la esperanza de que algún día no sólo estaremos con Él, sino que seremos semejantes a Él ¡Por fin, finalmente, seremos el tipo de seres humanos que estábamos destinados a ser y el pecado hizo inviable!
¡Verdaderamente Cristo ha resucitado!