llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. (1 Corintios 10:5)

La Cuaresma nos invita a permitirle al Señor que indague en nuestros pensamientos, en nuestra vasta, rica, compleja y, en ocasiones, negativa vida mental. Ese examen puede traer como consecuencia que nos veamos a nosotros mismos permitiéndonos pensamientos que para nada honran a Dios ni benefician nuestras vida. La mirada del Señor los pone de manifiesto con claridad y nos permite reconocerlos.

Pero no es suficiente, hay que hacer algo con ellos. La estrategia bíblica nunca consiste en reprimir o negar lo existente, en mover la mano sobre nuestro rostro para ahuyentar esas cosas que vienen a la mente. La forma de proceder del seguidor de Jesús es reconocer esos pensamientos sin justificarlos ni racionalizarlos, llamarlos por su nombre y entregárselos a Jesús. Y eso proceso se repite una y otra vez, tantas como sea necesario. De este modo vivimos con una correcta mayordomía de mi mente. Porque no puedo evitar que los pensamientos vengan a mi cerebro, pero si puedo gestionarlos.

¿Cuáles son los pensamientos que debes llevar cautivos a la obediencia de Jesús?

 

llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. (1 Corintios 10:5)

La Cuaresma nos invita a permitirle al Señor que indague en nuestros pensamientos, en nuestra vasta, rica, compleja y, en ocasiones, negativa vida mental. Ese examen puede traer como consecuencia que nos veamos a nosotros mismos permitiéndonos pensamientos que para nada honran a Dios ni benefician nuestras vida. La mirada del Señor los pone de manifiesto con claridad y nos permite reconocerlos.

Pero no es suficiente, hay que hacer algo con ellos. La estrategia bíblica nunca consiste en reprimir o negar lo existente, en mover la mano sobre nuestro rostro para ahuyentar esas cosas que vienen a la mente. La forma de proceder del seguidor de Jesús es reconocer esos pensamientos sin justificarlos ni racionalizarlos, llamarlos por su nombre y entregárselos a Jesús. Y eso proceso se repite una y otra vez, tantas como sea necesario. De este modo vivimos con una correcta mayordomía de mi mente. Porque no puedo evitar que los pensamientos vengan a mi cerebro, pero si puedo gestionarlos.

¿Cuáles son los pensamientos que debes llevar cautivos a la obediencia de Jesús?

 

llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. (1 Corintios 10:5)

La Cuaresma nos invita a permitirle al Señor que indague en nuestros pensamientos, en nuestra vasta, rica, compleja y, en ocasiones, negativa vida mental. Ese examen puede traer como consecuencia que nos veamos a nosotros mismos permitiéndonos pensamientos que para nada honran a Dios ni benefician nuestras vida. La mirada del Señor los pone de manifiesto con claridad y nos permite reconocerlos.

Pero no es suficiente, hay que hacer algo con ellos. La estrategia bíblica nunca consiste en reprimir o negar lo existente, en mover la mano sobre nuestro rostro para ahuyentar esas cosas que vienen a la mente. La forma de proceder del seguidor de Jesús es reconocer esos pensamientos sin justificarlos ni racionalizarlos, llamarlos por su nombre y entregárselos a Jesús. Y eso proceso se repite una y otra vez, tantas como sea necesario. De este modo vivimos con una correcta mayordomía de mi mente. Porque no puedo evitar que los pensamientos vengan a mi cerebro, pero si puedo gestionarlos.

¿Cuáles son los pensamientos que debes llevar cautivos a la obediencia de Jesús?