Algunos confían en carros, y otros en caballos; mas nosotros en el nombre del Señor nuestro Dios confiaremos. (Salmo 20:7)
Al leer este pasaje es necesario hacer un salto mental y aterrizar en nuestra realidad. Las naciones confían en sus recursos estratégicos, sus alianzas y su poder militar. Los individuos buscamos aquello que nos de seguridad para el presente y, a ser posible, para el futuro. Depositamos nuestra confianza en aquello que creemos o intuimos nos puede proporcionar esa seguridad.
¡Qué sabiduría la de la Iglesia cuando estableció la Cuaresma! ¡Qué necesario es hacer inventario de cómo vivimos! La invitación hoy es a mirar a nuestro interior y discernir en qué o en quién estamos confiando y actuar en respuesta a lo que observemos.
