Aceptad la corrección, no la rechacéis y seréis sabios. (Proverbios 8:33)

El libro de Proverbios es muy práctico, está lleno de principios para vivir una vida de sabiduría, es decir, aquella que se articula alrededor del Señor. Este versículo nos comparte uno de esos principios, recibir corrección como camino hacia la obtención de sabiduría; no el único, pero si uno de ellos. Porque la corrección es retroalimentación y, por tanto, nos permite tener conciencia de cosas que de otro modo pasarían desapercibidas y que incluso nos dañarían claramente. Es por ello, que la retroalimentación no siempre es agradable pero siempre es necesaria. Debemos, por tanto, recibirla cuando se no es ofrecida y buscarla cuando no viene de forma natural. No hacerlo es perder la oportunidad de crecer en sabiduría.

¿Buscas la retroalimentación? ¿La recibes cuando viene?


Aceptad la corrección, no la rechacéis y seréis sabios. (Proverbios 8:33)

El libro de Proverbios es muy práctico, está lleno de principios para vivir una vida de sabiduría, es decir, aquella que se articula alrededor del Señor. Este versículo nos comparte uno de esos principios, recibir corrección como camino hacia la obtención de sabiduría; no el único, pero si uno de ellos. Porque la corrección es retroalimentación y, por tanto, nos permite tener conciencia de cosas que de otro modo pasarían desapercibidas y que incluso nos dañarían claramente. Es por ello, que la retroalimentación no siempre es agradable pero siempre es necesaria. Debemos, por tanto, recibirla cuando se no es ofrecida y buscarla cuando no viene de forma natural. No hacerlo es perder la oportunidad de crecer en sabiduría.

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Aceptad la corrección, no la rechacéis y seréis sabios. (Proverbios 8:33)

El libro de Proverbios es muy práctico, está lleno de principios para vivir una vida de sabiduría, es decir, aquella que se articula alrededor del Señor. Este versículo nos comparte uno de esos principios, recibir corrección como camino hacia la obtención de sabiduría; no el único, pero si uno de ellos. Porque la corrección es retroalimentación y, por tanto, nos permite tener conciencia de cosas que de otro modo pasarían desapercibidas y que incluso nos dañarían claramente. Es por ello, que la retroalimentación no siempre es agradable pero siempre es necesaria. Debemos, por tanto, recibirla cuando se no es ofrecida y buscarla cuando no viene de forma natural. No hacerlo es perder la oportunidad de crecer en sabiduría.

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