Jesucristo, descendiente de David y de Abrahán. (Mateo 1:1)


¿Qué significa ser un auténtico hombre o mujer? ¿Cuál es el modelo de humanidad que debemos seguir? ¿Son válidos los modelos sociales acerca de lo que es masculino y femenino? ¿Dónde podemos encontrar referentes que podamos seguir? Creo que estas preguntas son relevantes e importantes para todos los seguidores de Jesús sin excepción, pero, especialmente, para las nuevas generaciones.

Un mensaje que ha quedado velado y es poco predicado en nuestras comunidades es, el hombre/mujer nuevo/a. Jesús, nos indica la Escritura, es el primero, el prototipo, el modelo de una nueva humanidad (véase especialmente Romanos 5). El Señor vino a hacer posible aquello que el pecado había hecho imposible e inviable. La primera humanidad, a causa del pecado, es decir, la rebelión y desobediencia de Adán y Eva, fue inviable. El ser humano ya no fue lo que hubiera podido ser; se convirtió en un proyecto fracasado y eso hizo inevitable y necesaria la intervención de Dios en la historia. La presente humanidad no es ni siquiera una sombra de lo que el Señor tuvo en mente en el momento de la creación. Somos una simple caricatura de lo que pudimos haber sido.

Por eso, Jesús es el prototipo, de esa nueva humanidad. Cuando miramos al Jesús descrito en los evangelios estamos contemplando lo que una auténtica mujer u hombre deberían ser. El Maestro nos muestra un modelo a imitar, un ejemplo a seguir de lo que significa verdadera y realmente ser un ser humano. Frente a los modelos sociales y culturales, contemporáneos o pasados de humanidad, Jesús nos presenta la posibilidad de ser aquello que era nuestro destino original, el proyecto primero de humanidad que Dios tuvo en mente al crearnos. De hecho, el seguimiento de Jesús, el proceso de santificación, es simplemente el irnos pareciendo más y más a Él y, al hacerlo, convertirnos más y más en auténticos y genuinos seres humanos, mujeres y hombres. Porque, como afirma la Biblia, algún día seremos iguales a Él.


¿A qué modelo responde tu visión de lo que significa ser un hombre o una mujer?



Jesucristo, descendiente de David y de Abrahán. (Mateo 1:1)


¿Qué significa ser un auténtico hombre o mujer? ¿Cuál es el modelo de humanidad que debemos seguir? ¿Son válidos los modelos sociales acerca de lo que es masculino y femenino? ¿Dónde podemos encontrar referentes que podamos seguir? Creo que estas preguntas son relevantes e importantes para todos los seguidores de Jesús sin excepción, pero, especialmente, para las nuevas generaciones.

Un mensaje que ha quedado velado y es poco predicado en nuestras comunidades es, el hombre/mujer nuevo/a. Jesús, nos indica la Escritura, es el primero, el prototipo, el modelo de una nueva humanidad (véase especialmente Romanos 5). El Señor vino a hacer posible aquello que el pecado había hecho imposible e inviable. La primera humanidad, a causa del pecado, es decir, la rebelión y desobediencia de Adán y Eva, fue inviable. El ser humano ya no fue lo que hubiera podido ser; se convirtió en un proyecto fracasado y eso hizo inevitable y necesaria la intervención de Dios en la historia. La presente humanidad no es ni siquiera una sombra de lo que el Señor tuvo en mente en el momento de la creación. Somos una simple caricatura de lo que pudimos haber sido.

Por eso, Jesús es el prototipo, de esa nueva humanidad. Cuando miramos al Jesús descrito en los evangelios estamos contemplando lo que una auténtica mujer u hombre deberían ser. El Maestro nos muestra un modelo a imitar, un ejemplo a seguir de lo que significa verdadera y realmente ser un ser humano. Frente a los modelos sociales y culturales, contemporáneos o pasados de humanidad, Jesús nos presenta la posibilidad de ser aquello que era nuestro destino original, el proyecto primero de humanidad que Dios tuvo en mente al crearnos. De hecho, el seguimiento de Jesús, el proceso de santificación, es simplemente el irnos pareciendo más y más a Él y, al hacerlo, convertirnos más y más en auténticos y genuinos seres humanos, mujeres y hombres. Porque, como afirma la Biblia, algún día seremos iguales a Él.


¿A qué modelo responde tu visión de lo que significa ser un hombre o una mujer?



Jesucristo, descendiente de David y de Abrahán. (Mateo 1:1)


¿Qué significa ser un auténtico hombre o mujer? ¿Cuál es el modelo de humanidad que debemos seguir? ¿Son válidos los modelos sociales acerca de lo que es masculino y femenino? ¿Dónde podemos encontrar referentes que podamos seguir? Creo que estas preguntas son relevantes e importantes para todos los seguidores de Jesús sin excepción, pero, especialmente, para las nuevas generaciones.

Un mensaje que ha quedado velado y es poco predicado en nuestras comunidades es, el hombre/mujer nuevo/a. Jesús, nos indica la Escritura, es el primero, el prototipo, el modelo de una nueva humanidad (véase especialmente Romanos 5). El Señor vino a hacer posible aquello que el pecado había hecho imposible e inviable. La primera humanidad, a causa del pecado, es decir, la rebelión y desobediencia de Adán y Eva, fue inviable. El ser humano ya no fue lo que hubiera podido ser; se convirtió en un proyecto fracasado y eso hizo inevitable y necesaria la intervención de Dios en la historia. La presente humanidad no es ni siquiera una sombra de lo que el Señor tuvo en mente en el momento de la creación. Somos una simple caricatura de lo que pudimos haber sido.

Por eso, Jesús es el prototipo, de esa nueva humanidad. Cuando miramos al Jesús descrito en los evangelios estamos contemplando lo que una auténtica mujer u hombre deberían ser. El Maestro nos muestra un modelo a imitar, un ejemplo a seguir de lo que significa verdadera y realmente ser un ser humano. Frente a los modelos sociales y culturales, contemporáneos o pasados de humanidad, Jesús nos presenta la posibilidad de ser aquello que era nuestro destino original, el proyecto primero de humanidad que Dios tuvo en mente al crearnos. De hecho, el seguimiento de Jesús, el proceso de santificación, es simplemente el irnos pareciendo más y más a Él y, al hacerlo, convertirnos más y más en auténticos y genuinos seres humanos, mujeres y hombres. Porque, como afirma la Biblia, algún día seremos iguales a Él.


¿A qué modelo responde tu visión de lo que significa ser un hombre o una mujer?