Este es el día que hizo el Señor Nos gozaremos y alegraremos en él. (Salmo 118:24)


Una de las consecuencias, en este caso positiva, de mi reciente neumonía ha sido un cambio de perspectiva sobre la vida. He adquirido un mayor sentido de vulnerabilidad, del carácter efímero de la vida, de su transitoriedad. Aunque estadísticamente hablemos de esperanza de vida, lo cierto es que hoy estamos y mañana no tenemos ninguna seguridad. Esto se ha traducido en una mejor comprensión de la enseñanza bíblica de vivir cada día de forma plena, intensa, estando totalmente presente, sin dejarnos hipotecar por las cargas del pasado ni los miedos del futuro. Porque el día de hoy, con todo lo que traerá, ha sido hecho por el Señor y te ha sido concedido. Es un día único, singular e irrepetible. No podrás recuperarlo mañana; cada día ha de ser gastado y vivido de forma inmediata, no lo podemos parar o acumular. Hemos de consumirlo hoy y hacerlo bien.

Aquí es donde recupero la enseñanza del salmo, este es el día. Es interesante que en la Biblia el día nos es concedido como la unidad básica para el manejo de la vida. Parece como si el Señor, quien nos diseñó, nos indicará que es la mayor cantidad de tiempo que podemos manejar para vivir vidas saludables. Veamos dos de las muchas indicaciones de la Escritura en este sentido. Danos "hoy" nuestro pan cotidiano. Basta a cada "día" sus propios afanes. El Señor nos ha concedido el día, vivámoslo de forma intensa, con gratitud, con gozo, incluso si las circunstancias del mismo son difíciles. Vivámoslo estando plenamente presentes en cada experiencia, en cada relación, en cada intercambio con otros seres humanos, en cada cosa que el día nos traiga. Hagámoslo porque será irrepetible y, si lo sabemos aprovechar -insisto en que incluso aunque las circunstancias del día de hoy sean duras y difíciles- Dios lo aprovechará para formar el carácter de su Hijo Jesús en nosotros.

¿Cómo afrontas los días?


Este es el día que hizo el Señor Nos gozaremos y alegraremos en él. (Salmo 118:24)


Una de las consecuencias, en este caso positiva, de mi reciente neumonía ha sido un cambio de perspectiva sobre la vida. He adquirido un mayor sentido de vulnerabilidad, del carácter efímero de la vida, de su transitoriedad. Aunque estadísticamente hablemos de esperanza de vida, lo cierto es que hoy estamos y mañana no tenemos ninguna seguridad. Esto se ha traducido en una mejor comprensión de la enseñanza bíblica de vivir cada día de forma plena, intensa, estando totalmente presente, sin dejarnos hipotecar por las cargas del pasado ni los miedos del futuro. Porque el día de hoy, con todo lo que traerá, ha sido hecho por el Señor y te ha sido concedido. Es un día único, singular e irrepetible. No podrás recuperarlo mañana; cada día ha de ser gastado y vivido de forma inmediata, no lo podemos parar o acumular. Hemos de consumirlo hoy y hacerlo bien.

Aquí es donde recupero la enseñanza del salmo, este es el día. Es interesante que en la Biblia el día nos es concedido como la unidad básica para el manejo de la vida. Parece como si el Señor, quien nos diseñó, nos indicará que es la mayor cantidad de tiempo que podemos manejar para vivir vidas saludables. Veamos dos de las muchas indicaciones de la Escritura en este sentido. Danos "hoy" nuestro pan cotidiano. Basta a cada "día" sus propios afanes. El Señor nos ha concedido el día, vivámoslo de forma intensa, con gratitud, con gozo, incluso si las circunstancias del mismo son difíciles. Vivámoslo estando plenamente presentes en cada experiencia, en cada relación, en cada intercambio con otros seres humanos, en cada cosa que el día nos traiga. Hagámoslo porque será irrepetible y, si lo sabemos aprovechar -insisto en que incluso aunque las circunstancias del día de hoy sean duras y difíciles- Dios lo aprovechará para formar el carácter de su Hijo Jesús en nosotros.

¿Cómo afrontas los días?


Este es el día que hizo el Señor Nos gozaremos y alegraremos en él. (Salmo 118:24)


Una de las consecuencias, en este caso positiva, de mi reciente neumonía ha sido un cambio de perspectiva sobre la vida. He adquirido un mayor sentido de vulnerabilidad, del carácter efímero de la vida, de su transitoriedad. Aunque estadísticamente hablemos de esperanza de vida, lo cierto es que hoy estamos y mañana no tenemos ninguna seguridad. Esto se ha traducido en una mejor comprensión de la enseñanza bíblica de vivir cada día de forma plena, intensa, estando totalmente presente, sin dejarnos hipotecar por las cargas del pasado ni los miedos del futuro. Porque el día de hoy, con todo lo que traerá, ha sido hecho por el Señor y te ha sido concedido. Es un día único, singular e irrepetible. No podrás recuperarlo mañana; cada día ha de ser gastado y vivido de forma inmediata, no lo podemos parar o acumular. Hemos de consumirlo hoy y hacerlo bien.

Aquí es donde recupero la enseñanza del salmo, este es el día. Es interesante que en la Biblia el día nos es concedido como la unidad básica para el manejo de la vida. Parece como si el Señor, quien nos diseñó, nos indicará que es la mayor cantidad de tiempo que podemos manejar para vivir vidas saludables. Veamos dos de las muchas indicaciones de la Escritura en este sentido. Danos "hoy" nuestro pan cotidiano. Basta a cada "día" sus propios afanes. El Señor nos ha concedido el día, vivámoslo de forma intensa, con gratitud, con gozo, incluso si las circunstancias del mismo son difíciles. Vivámoslo estando plenamente presentes en cada experiencia, en cada relación, en cada intercambio con otros seres humanos, en cada cosa que el día nos traiga. Hagámoslo porque será irrepetible y, si lo sabemos aprovechar -insisto en que incluso aunque las circunstancias del día de hoy sean duras y difíciles- Dios lo aprovechará para formar el carácter de su Hijo Jesús en nosotros.

¿Cómo afrontas los días?


Este es el día que hizo el Señor Nos gozaremos y alegraremos en él. (Salmo 118:24)


Una de las consecuencias, en este caso positiva, de mi reciente neumonía ha sido un cambio de perspectiva sobre la vida. He adquirido un mayor sentido de vulnerabilidad, del carácter efímero de la vida, de su transitoriedad. Aunque estadísticamente hablemos de esperanza de vida, lo cierto es que hoy estamos y mañana no tenemos ninguna seguridad. Esto se ha traducido en una mejor comprensión de la enseñanza bíblica de vivir cada día de forma plena, intensa, estando totalmente presente, sin dejarnos hipotecar por las cargas del pasado ni los miedos del futuro. Porque el día de hoy, con todo lo que traerá, ha sido hecho por el Señor y te ha sido concedido. Es un día único, singular e irrepetible. No podrás recuperarlo mañana; cada día ha de ser gastado y vivido de forma inmediata, no lo podemos parar o acumular. Hemos de consumirlo hoy y hacerlo bien.

Aquí es donde recupero la enseñanza del salmo, este es el día. Es interesante que en la Biblia el día nos es concedido como la unidad básica para el manejo de la vida. Parece como si el Señor, quien nos diseñó, nos indicará que es la mayor cantidad de tiempo que podemos manejar para vivir vidas saludables. Veamos dos de las muchas indicaciones de la Escritura en este sentido. Danos "hoy" nuestro pan cotidiano. Basta a cada "día" sus propios afanes. El Señor nos ha concedido el día, vivámoslo de forma intensa, con gratitud, con gozo, incluso si las circunstancias del mismo son difíciles. Vivámoslo estando plenamente presentes en cada experiencia, en cada relación, en cada intercambio con otros seres humanos, en cada cosa que el día nos traiga. Hagámoslo porque será irrepetible y, si lo sabemos aprovechar -insisto en que incluso aunque las circunstancias del día de hoy sean duras y difíciles- Dios lo aprovechará para formar el carácter de su Hijo Jesús en nosotros.

¿Cómo afrontas los días?