José les respondió: — Dios es quien interpreta los sueños; contádmelos.

José tenía el don o la habilidad de interpretar los sueños. Sin embargo, tenía, al mismo tiempo, una clara conciencia de que eso provenía del Señor y cada vez que hubo una oportunidad dio crédito a Dios por ello. La aplicación es clara, sencilla y muy poderosa ¿hasta qué punto doy crédito al Señor por lo que soy y tengo? Desde una perspectiva cristiana todo, absolutamente todo, lo tenemos como un don del Padre que debe ser usado, además de para satisfacer nuestras necesidades, dar gloria al donante y bendecir a terceros. Si trabajamos obtenemos un salario a cambio -o deberíamos- pero incluso la capacidad física o mental para llevarlo a cabo nos ha sido dada por el Señor. No podemos ni debemos, como advirtió Dios al pueblo de Israel justo antes de entrar en la tierra prometida, pensar que es nuestra mano la que nos lo ha proporcionado. Empezando por tu propia vida todo es un acto de gracia, todo en última instancia proviene de Dios.
Pienso que viviríamos de un modo diferente si tuviéramos esa conciencia, si reconociéramos la gracia abundante del Señor en todos y cada uno de los detalles de nuestra vida. Si fuéramos capaces de darle tributo, honra y reconocimiento a Él.
¿Qué cosas de las que estás especialmente orgulloso deberías dar tributo al Señor por ellas?


José les respondió: — Dios es quien interpreta los sueños; contádmelos.

José tenía el don o la habilidad de interpretar los sueños. Sin embargo, tenía, al mismo tiempo, una clara conciencia de que eso provenía del Señor y cada vez que hubo una oportunidad dio crédito a Dios por ello. La aplicación es clara, sencilla y muy poderosa ¿hasta qué punto doy crédito al Señor por lo que soy y tengo? Desde una perspectiva cristiana todo, absolutamente todo, lo tenemos como un don del Padre que debe ser usado, además de para satisfacer nuestras necesidades, dar gloria al donante y bendecir a terceros. Si trabajamos obtenemos un salario a cambio -o deberíamos- pero incluso la capacidad física o mental para llevarlo a cabo nos ha sido dada por el Señor. No podemos ni debemos, como advirtió Dios al pueblo de Israel justo antes de entrar en la tierra prometida, pensar que es nuestra mano la que nos lo ha proporcionado. Empezando por tu propia vida todo es un acto de gracia, todo en última instancia proviene de Dios.
Pienso que viviríamos de un modo diferente si tuviéramos esa conciencia, si reconociéramos la gracia abundante del Señor en todos y cada uno de los detalles de nuestra vida. Si fuéramos capaces de darle tributo, honra y reconocimiento a Él.
¿Qué cosas de las que estás especialmente orgulloso deberías dar tributo al Señor por ellas?


José les respondió: — Dios es quien interpreta los sueños; contádmelos.

José tenía el don o la habilidad de interpretar los sueños. Sin embargo, tenía, al mismo tiempo, una clara conciencia de que eso provenía del Señor y cada vez que hubo una oportunidad dio crédito a Dios por ello. La aplicación es clara, sencilla y muy poderosa ¿hasta qué punto doy crédito al Señor por lo que soy y tengo? Desde una perspectiva cristiana todo, absolutamente todo, lo tenemos como un don del Padre que debe ser usado, además de para satisfacer nuestras necesidades, dar gloria al donante y bendecir a terceros. Si trabajamos obtenemos un salario a cambio -o deberíamos- pero incluso la capacidad física o mental para llevarlo a cabo nos ha sido dada por el Señor. No podemos ni debemos, como advirtió Dios al pueblo de Israel justo antes de entrar en la tierra prometida, pensar que es nuestra mano la que nos lo ha proporcionado. Empezando por tu propia vida todo es un acto de gracia, todo en última instancia proviene de Dios.
Pienso que viviríamos de un modo diferente si tuviéramos esa conciencia, si reconociéramos la gracia abundante del Señor en todos y cada uno de los detalles de nuestra vida. Si fuéramos capaces de darle tributo, honra y reconocimiento a Él.
¿Qué cosas de las que estás especialmente orgulloso deberías dar tributo al Señor por ellas?