Así que, si alguno presume de mantenerse firme, esté alerta, no sea que caiga. (1 Corintios 10:12)

Somos vulnerables. Vulnerabilidad es la posibilidad de ser dañado física, mental, emocional o espiritualmente. La vulnerabilidad es una realidad de la que podemos ser conscientes o no. En ocasiones, cándidamente, pensamos que somos fuertes, que estamos en posiciones seguras, que nada ni nadie nos puede dañar. Es acerca de esta candidez de la cual nos alerta el apóstol al decirnos que esa inconsciencia aumenta nuestra posibilidad de caer, de ser dañados. 

David es un buen ejemplo de vulnerabilidad. Primero cometió adulterio y después lo encubrió con un crimen premeditado. Tal vez pensó que debido a su relación con Dios estaba por encima de esas debilidades. El apóstol Pedro es otro buen ejemplo de poca conciencia de su vulnerabilidad y fragilidad. Aunque otros te nieguen, yo no lo haré; moriré contigo si es necesario. Ya conocemos el resto de su historia.

Una conciencia de ser vulnerable es algo saludable. Nos lleva a tener conciencia de cuán frágiles somos, a evitar situaciones que nos pueden ser dañinas y a una dependencia mayor del Señor.

¿Cuán consciente eres de tu vulnerabilidad?

 



Así que, si alguno presume de mantenerse firme, esté alerta, no sea que caiga. (1 Corintios 10:12)

Somos vulnerables. Vulnerabilidad es la posibilidad de ser dañado física, mental, emocional o espiritualmente. La vulnerabilidad es una realidad de la que podemos ser conscientes o no. En ocasiones, cándidamente, pensamos que somos fuertes, que estamos en posiciones seguras, que nada ni nadie nos puede dañar. Es acerca de esta candidez de la cual nos alerta el apóstol al decirnos que esa inconsciencia aumenta nuestra posibilidad de caer, de ser dañados. 

David es un buen ejemplo de vulnerabilidad. Primero cometió adulterio y después lo encubrió con un crimen premeditado. Tal vez pensó que debido a su relación con Dios estaba por encima de esas debilidades. El apóstol Pedro es otro buen ejemplo de poca conciencia de su vulnerabilidad y fragilidad. Aunque otros te nieguen, yo no lo haré; moriré contigo si es necesario. Ya conocemos el resto de su historia.

Una conciencia de ser vulnerable es algo saludable. Nos lleva a tener conciencia de cuán frágiles somos, a evitar situaciones que nos pueden ser dañinas y a una dependencia mayor del Señor.

¿Cuán consciente eres de tu vulnerabilidad?

 



Así que, si alguno presume de mantenerse firme, esté alerta, no sea que caiga. (1 Corintios 10:12)

Somos vulnerables. Vulnerabilidad es la posibilidad de ser dañado física, mental, emocional o espiritualmente. La vulnerabilidad es una realidad de la que podemos ser conscientes o no. En ocasiones, cándidamente, pensamos que somos fuertes, que estamos en posiciones seguras, que nada ni nadie nos puede dañar. Es acerca de esta candidez de la cual nos alerta el apóstol al decirnos que esa inconsciencia aumenta nuestra posibilidad de caer, de ser dañados. 

David es un buen ejemplo de vulnerabilidad. Primero cometió adulterio y después lo encubrió con un crimen premeditado. Tal vez pensó que debido a su relación con Dios estaba por encima de esas debilidades. El apóstol Pedro es otro buen ejemplo de poca conciencia de su vulnerabilidad y fragilidad. Aunque otros te nieguen, yo no lo haré; moriré contigo si es necesario. Ya conocemos el resto de su historia.

Una conciencia de ser vulnerable es algo saludable. Nos lleva a tener conciencia de cuán frágiles somos, a evitar situaciones que nos pueden ser dañinas y a una dependencia mayor del Señor.

¿Cuán consciente eres de tu vulnerabilidad?