Dios es rey de la tierra entera, ¡cantadle vosotros un himno! Dios se sienta en su santo trono. (Salmo 47:8)


Habitualmente en los tiempos de crisis se producen grandes altibajos en los mercados de valores, es decir, las bolsas de los diferentes países. Eso añade más incerteza e inseguridad a la ya existente. En esas situaciones el oro acostumbra a convertirse en un valor refugio y seguro en el cual invertir ya que, al menos aparentemente, no es tal volátil como pueden serlo las acciones de las empresas o los fondos soberanos de los diferentes países. No es nada extraño, pues, que sus precios se disparen. Frente a lo intangible del valor de una acción en papel, el inversor siempre puede contar con la seguridad tangible del oro.

¿Cuál es nuestro valor seguro en tiempos de crisis? Mientras todo va bien acostumbramos a confiar en muchas cosas, trabajos, relaciones, cuentas corrientes, perspectivas de futuro, etc., etc. Cuando todo esto se tambalea y ya no e tan seguro como acostumbraba a serlo ¿qué nos queda? Dios es una valor seguro en todo tiempo, en toda circunstancia; cuando todo va bien y cuando todo va mal. Especialmente, yo afirmo, cuando las cosas no van como queremos o esperamos, cuando perdemos el control, cuando nos vemos sometidos a fuerzas que somos incapaces de manejar y que parecen llevarnos como briznas de hierba a merced de un huracán. En esos momentos no podemos olvidar quién es Él, el rey de la tierra que permanece sentado en su trono.


¿Cómo puede ayudarte esta realidad en tus crisis?

 



Dios es rey de la tierra entera, ¡cantadle vosotros un himno! Dios se sienta en su santo trono. (Salmo 47:8)


Habitualmente en los tiempos de crisis se producen grandes altibajos en los mercados de valores, es decir, las bolsas de los diferentes países. Eso añade más incerteza e inseguridad a la ya existente. En esas situaciones el oro acostumbra a convertirse en un valor refugio y seguro en el cual invertir ya que, al menos aparentemente, no es tal volátil como pueden serlo las acciones de las empresas o los fondos soberanos de los diferentes países. No es nada extraño, pues, que sus precios se disparen. Frente a lo intangible del valor de una acción en papel, el inversor siempre puede contar con la seguridad tangible del oro.

¿Cuál es nuestro valor seguro en tiempos de crisis? Mientras todo va bien acostumbramos a confiar en muchas cosas, trabajos, relaciones, cuentas corrientes, perspectivas de futuro, etc., etc. Cuando todo esto se tambalea y ya no e tan seguro como acostumbraba a serlo ¿qué nos queda? Dios es una valor seguro en todo tiempo, en toda circunstancia; cuando todo va bien y cuando todo va mal. Especialmente, yo afirmo, cuando las cosas no van como queremos o esperamos, cuando perdemos el control, cuando nos vemos sometidos a fuerzas que somos incapaces de manejar y que parecen llevarnos como briznas de hierba a merced de un huracán. En esos momentos no podemos olvidar quién es Él, el rey de la tierra que permanece sentado en su trono.


¿Cómo puede ayudarte esta realidad en tus crisis?

 



Dios es rey de la tierra entera, ¡cantadle vosotros un himno! Dios se sienta en su santo trono. (Salmo 47:8)


Habitualmente en los tiempos de crisis se producen grandes altibajos en los mercados de valores, es decir, las bolsas de los diferentes países. Eso añade más incerteza e inseguridad a la ya existente. En esas situaciones el oro acostumbra a convertirse en un valor refugio y seguro en el cual invertir ya que, al menos aparentemente, no es tal volátil como pueden serlo las acciones de las empresas o los fondos soberanos de los diferentes países. No es nada extraño, pues, que sus precios se disparen. Frente a lo intangible del valor de una acción en papel, el inversor siempre puede contar con la seguridad tangible del oro.

¿Cuál es nuestro valor seguro en tiempos de crisis? Mientras todo va bien acostumbramos a confiar en muchas cosas, trabajos, relaciones, cuentas corrientes, perspectivas de futuro, etc., etc. Cuando todo esto se tambalea y ya no e tan seguro como acostumbraba a serlo ¿qué nos queda? Dios es una valor seguro en todo tiempo, en toda circunstancia; cuando todo va bien y cuando todo va mal. Especialmente, yo afirmo, cuando las cosas no van como queremos o esperamos, cuando perdemos el control, cuando nos vemos sometidos a fuerzas que somos incapaces de manejar y que parecen llevarnos como briznas de hierba a merced de un huracán. En esos momentos no podemos olvidar quién es Él, el rey de la tierra que permanece sentado en su trono.


¿Cómo puede ayudarte esta realidad en tus crisis?