Simeón los bendijo, y anunció a María, la madre del niño: - Mira, este niño va a ser en Israel causa de que muchos caigan y otro muchos se levanten. Será también signo de contradicción puesto para descubrir los pensamientos íntimos de mucha gente. (Lucas 2:34-35)


Contradecir es decir lo contrario de lo que otro afirma, o bien negar aquello que se da por cierto. Simeón anunció que Jesús causaría una división profunda entre las personas y así fue. Sus afirmaciones fueron y son tan tajantes, exclusivas y absolutas que no queda más remedio que alinearse con Él o contra Él. En una época de relativismo y tolerancia hacia todo tipo de ideas y opiniones, Jesús aparece carente de cualquier tipo de corrección política, no admite medias tintas, ni el sí pero no, ni el todo vale, ni el todo el mundo tiene una parte de razón. Quien no está conmigo está contra mí. Jesús, con sus enseñanzas y estilo de vida ponía de manifiesto la realidad de las personas, sacaba a la superficie sus contradicciones y, naturalmente, eso, o bien llevaba a las personas a seguirle, o bien las llevaba a enfrentarse a Él. No he venido a traer paz, afirmó en una ocasión. Ciertamente, Él fue perseguido hasta la muerte, sus seguidores fueron perseguidos por el Imperio Romano por su negativa a aceptar a César como Dios; en muchos lugares, incluso hoy en día, los que se denominan sus discípulos han de pagar un alto precio si desean ser consecuentes con aquel que fue un signo de contradicción en su tiempo y continúa siéndolo. 

De alguna manera nosotros, en imitación de aquel a quien seguimos, deberíamos ser también un signo de contradicción en medio de nuestra sociedad. Deberíamos pensar y vivir de tal manera que generáramos conflicto a nuestro alrededor. No estoy hablando del que se genera debido a nuestra carnalidad o defensa encarnizada de nuestras opiniones o deseos; estoy hablando de aquel que viene como consecuencia de vivir unos valores que son contraculturales y totalmente carentes de corrección política. Porque, como afirmó el apóstol Pablo: "Por lo demás, todos los que aspiren a llevar una vida cristiana auténticamente piadosa, sufrirán persecución". (2 Timoteo 3:12)


¿Hasta qué punto tu vida es un signo de contradicción?



Simeón los bendijo, y anunció a María, la madre del niño: - Mira, este niño va a ser en Israel causa de que muchos caigan y otro muchos se levanten. Será también signo de contradicción puesto para descubrir los pensamientos íntimos de mucha gente. (Lucas 2:34-35)


Contradecir es decir lo contrario de lo que otro afirma, o bien negar aquello que se da por cierto. Simeón anunció que Jesús causaría una división profunda entre las personas y así fue. Sus afirmaciones fueron y son tan tajantes, exclusivas y absolutas que no queda más remedio que alinearse con Él o contra Él. En una época de relativismo y tolerancia hacia todo tipo de ideas y opiniones, Jesús aparece carente de cualquier tipo de corrección política, no admite medias tintas, ni el sí pero no, ni el todo vale, ni el todo el mundo tiene una parte de razón. Quien no está conmigo está contra mí. Jesús, con sus enseñanzas y estilo de vida ponía de manifiesto la realidad de las personas, sacaba a la superficie sus contradicciones y, naturalmente, eso, o bien llevaba a las personas a seguirle, o bien las llevaba a enfrentarse a Él. No he venido a traer paz, afirmó en una ocasión. Ciertamente, Él fue perseguido hasta la muerte, sus seguidores fueron perseguidos por el Imperio Romano por su negativa a aceptar a César como Dios; en muchos lugares, incluso hoy en día, los que se denominan sus discípulos han de pagar un alto precio si desean ser consecuentes con aquel que fue un signo de contradicción en su tiempo y continúa siéndolo. 

De alguna manera nosotros, en imitación de aquel a quien seguimos, deberíamos ser también un signo de contradicción en medio de nuestra sociedad. Deberíamos pensar y vivir de tal manera que generáramos conflicto a nuestro alrededor. No estoy hablando del que se genera debido a nuestra carnalidad o defensa encarnizada de nuestras opiniones o deseos; estoy hablando de aquel que viene como consecuencia de vivir unos valores que son contraculturales y totalmente carentes de corrección política. Porque, como afirmó el apóstol Pablo: "Por lo demás, todos los que aspiren a llevar una vida cristiana auténticamente piadosa, sufrirán persecución". (2 Timoteo 3:12)


¿Hasta qué punto tu vida es un signo de contradicción?



Simeón los bendijo, y anunció a María, la madre del niño: - Mira, este niño va a ser en Israel causa de que muchos caigan y otro muchos se levanten. Será también signo de contradicción puesto para descubrir los pensamientos íntimos de mucha gente. (Lucas 2:34-35)


Contradecir es decir lo contrario de lo que otro afirma, o bien negar aquello que se da por cierto. Simeón anunció que Jesús causaría una división profunda entre las personas y así fue. Sus afirmaciones fueron y son tan tajantes, exclusivas y absolutas que no queda más remedio que alinearse con Él o contra Él. En una época de relativismo y tolerancia hacia todo tipo de ideas y opiniones, Jesús aparece carente de cualquier tipo de corrección política, no admite medias tintas, ni el sí pero no, ni el todo vale, ni el todo el mundo tiene una parte de razón. Quien no está conmigo está contra mí. Jesús, con sus enseñanzas y estilo de vida ponía de manifiesto la realidad de las personas, sacaba a la superficie sus contradicciones y, naturalmente, eso, o bien llevaba a las personas a seguirle, o bien las llevaba a enfrentarse a Él. No he venido a traer paz, afirmó en una ocasión. Ciertamente, Él fue perseguido hasta la muerte, sus seguidores fueron perseguidos por el Imperio Romano por su negativa a aceptar a César como Dios; en muchos lugares, incluso hoy en día, los que se denominan sus discípulos han de pagar un alto precio si desean ser consecuentes con aquel que fue un signo de contradicción en su tiempo y continúa siéndolo. 

De alguna manera nosotros, en imitación de aquel a quien seguimos, deberíamos ser también un signo de contradicción en medio de nuestra sociedad. Deberíamos pensar y vivir de tal manera que generáramos conflicto a nuestro alrededor. No estoy hablando del que se genera debido a nuestra carnalidad o defensa encarnizada de nuestras opiniones o deseos; estoy hablando de aquel que viene como consecuencia de vivir unos valores que son contraculturales y totalmente carentes de corrección política. Porque, como afirmó el apóstol Pablo: "Por lo demás, todos los que aspiren a llevar una vida cristiana auténticamente piadosa, sufrirán persecución". (2 Timoteo 3:12)


¿Hasta qué punto tu vida es un signo de contradicción?