Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. (Lucas 18:13)


La frase se propicio, que podría ser traducida por "sé favorable, ten compasión, ten piedad", deriva del  propiciatorio, la parte del altar en el templo donde se vertía la sangre de los animales que habían sido sacrificados para el perdón de los pecados. De tal manera que cuando Dios miraba el propiciatorio, ya no veía el pecado de la persona sino la sangre inocente que había sido vertida para que el pecador pudiera ser perdonado. Al ver esa sangre el Señor podía mirar de forma propicia, es decir, con compasión, misericordia y favor al pecador ya que su justicia divina había sido satisfecha. 

Es por eso que se dice de Jesús que Él es la propiciación por nuestros pecados. Esto es de suma importancia porque indica que cuando Dios nos mira ya no ve nuestro pecado, ve la sangre de Jesús derramada en nuestro lugar y para nuestro perdón y, por decirlo de alguna manera, nos ve con buenos ojos, nos ve favorablemente, no es propicio. Nunca debemos olvidar que así es como nos mira y, aún más importante, como nos ve Dios. Cuando tengamos la tentación de dudar del amor y de la aceptación incondicional del Señor nunca olvidemos que Él no es propicio.


¿Qué puede significar en tu día a día que Dios te es propicio?



Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. (Lucas 18:13)


La frase se propicio, que podría ser traducida por "sé favorable, ten compasión, ten piedad", deriva del  propiciatorio, la parte del altar en el templo donde se vertía la sangre de los animales que habían sido sacrificados para el perdón de los pecados. De tal manera que cuando Dios miraba el propiciatorio, ya no veía el pecado de la persona sino la sangre inocente que había sido vertida para que el pecador pudiera ser perdonado. Al ver esa sangre el Señor podía mirar de forma propicia, es decir, con compasión, misericordia y favor al pecador ya que su justicia divina había sido satisfecha. 

Es por eso que se dice de Jesús que Él es la propiciación por nuestros pecados. Esto es de suma importancia porque indica que cuando Dios nos mira ya no ve nuestro pecado, ve la sangre de Jesús derramada en nuestro lugar y para nuestro perdón y, por decirlo de alguna manera, nos ve con buenos ojos, nos ve favorablemente, no es propicio. Nunca debemos olvidar que así es como nos mira y, aún más importante, como nos ve Dios. Cuando tengamos la tentación de dudar del amor y de la aceptación incondicional del Señor nunca olvidemos que Él no es propicio.


¿Qué puede significar en tu día a día que Dios te es propicio?



Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. (Lucas 18:13)


La frase se propicio, que podría ser traducida por "sé favorable, ten compasión, ten piedad", deriva del  propiciatorio, la parte del altar en el templo donde se vertía la sangre de los animales que habían sido sacrificados para el perdón de los pecados. De tal manera que cuando Dios miraba el propiciatorio, ya no veía el pecado de la persona sino la sangre inocente que había sido vertida para que el pecador pudiera ser perdonado. Al ver esa sangre el Señor podía mirar de forma propicia, es decir, con compasión, misericordia y favor al pecador ya que su justicia divina había sido satisfecha. 

Es por eso que se dice de Jesús que Él es la propiciación por nuestros pecados. Esto es de suma importancia porque indica que cuando Dios nos mira ya no ve nuestro pecado, ve la sangre de Jesús derramada en nuestro lugar y para nuestro perdón y, por decirlo de alguna manera, nos ve con buenos ojos, nos ve favorablemente, no es propicio. Nunca debemos olvidar que así es como nos mira y, aún más importante, como nos ve Dios. Cuando tengamos la tentación de dudar del amor y de la aceptación incondicional del Señor nunca olvidemos que Él no es propicio.


¿Qué puede significar en tu día a día que Dios te es propicio?