Yo, respondiendo al don que Dios me ha concedido, he puesto los cimientos como buen arquitecto; otros es el que levanta el edificio. Mire, sin embargo, cada uno cómo lo hace. 
(1 Corintios 3:10)

Seguimos con el trabajo al que hemos sido invitados por Dios a colaborar con Él. Pablo indica que lo hagamos en respuesta al don que nos ha sido concedido, que actuemos sobre el mismo. Varias implicaciones se desprenden de esto. La primera, debemos conocer cuál es el don que hemos recibido del Señor. Yo, personalmente, tengo una visión muy amplia de los mismos y considero que la división entre habilidades naturales y dones espirituales es, hasta cierto punto, artificial y teológica.

La segunda, debemos actuar potenciando al máximo ese don y ministrando usándolo de todas las maneras que nos sean posible, Siendo intencionales en buscar oportunidades para ejercerlo y también para desarrollarlo. 

La tercera, no trates de actuar en base a dones que careces porque esos sean populares, tengan más reconocimiento, produzcan más impacto, sean más aplaudíos, produzcan más influencia y satisfagan tu ego, Creo que en esa dirección va la advertencia final del apóstol en este sentido, mira cómo lo haces. 

 



Yo, respondiendo al don que Dios me ha concedido, he puesto los cimientos como buen arquitecto; otros es el que levanta el edificio. Mire, sin embargo, cada uno cómo lo hace. 
(1 Corintios 3:10)

Seguimos con el trabajo al que hemos sido invitados por Dios a colaborar con Él. Pablo indica que lo hagamos en respuesta al don que nos ha sido concedido, que actuemos sobre el mismo. Varias implicaciones se desprenden de esto. La primera, debemos conocer cuál es el don que hemos recibido del Señor. Yo, personalmente, tengo una visión muy amplia de los mismos y considero que la división entre habilidades naturales y dones espirituales es, hasta cierto punto, artificial y teológica.

La segunda, debemos actuar potenciando al máximo ese don y ministrando usándolo de todas las maneras que nos sean posible, Siendo intencionales en buscar oportunidades para ejercerlo y también para desarrollarlo. 

La tercera, no trates de actuar en base a dones que careces porque esos sean populares, tengan más reconocimiento, produzcan más impacto, sean más aplaudíos, produzcan más influencia y satisfagan tu ego, Creo que en esa dirección va la advertencia final del apóstol en este sentido, mira cómo lo haces. 

 



Yo, respondiendo al don que Dios me ha concedido, he puesto los cimientos como buen arquitecto; otros es el que levanta el edificio. Mire, sin embargo, cada uno cómo lo hace. 
(1 Corintios 3:10)

Seguimos con el trabajo al que hemos sido invitados por Dios a colaborar con Él. Pablo indica que lo hagamos en respuesta al don que nos ha sido concedido, que actuemos sobre el mismo. Varias implicaciones se desprenden de esto. La primera, debemos conocer cuál es el don que hemos recibido del Señor. Yo, personalmente, tengo una visión muy amplia de los mismos y considero que la división entre habilidades naturales y dones espirituales es, hasta cierto punto, artificial y teológica.

La segunda, debemos actuar potenciando al máximo ese don y ministrando usándolo de todas las maneras que nos sean posible, Siendo intencionales en buscar oportunidades para ejercerlo y también para desarrollarlo. 

La tercera, no trates de actuar en base a dones que careces porque esos sean populares, tengan más reconocimiento, produzcan más impacto, sean más aplaudíos, produzcan más influencia y satisfagan tu ego, Creo que en esa dirección va la advertencia final del apóstol en este sentido, mira cómo lo haces.