Moisés y Aarón hicieron exactamente lo que les ordenó el Señor. Cuando hablaron con el faraón, Moisés tenía ochenta años y Aarón ochenta y tres (Éxodo 7:6-7)


Honestamente hablando, mi pregunta es una pregunta trampa. La respuesta dependerá del paradigma del lector, de lo que este entienda acerca de qué es el ministerio. En función de esa comprensión responderá de una manera u otra. En función de ese paradigma oculto, subconsciente, buscará unos versículos u otros para apuntalarlo y tratar de rebatir a aquellos que tengan un paradigma contrario. Esto último es un deporte ampliamente practicado en nuestros ámbitos evangélicos.

Personalmente, como hijo de la Reforma Protestante, creo en el sacerdocio universal de todos los creyentes. Creo que todos, sin distinción somos llamados a tiempo completo al ministerio. Creo que ese llamado lo llevamos a cabo en ámbitos diferentes. Unos, como es mi caso, en el ámbito de la iglesia. Otros en el de la cultura, las finanzas, la educación, el comercio, el deporte, la sanidad, la justicia, la agricultura... Puedes hacer la lista tan amplia como te parezca. Ámbitos diferentes pero no superiores. Mi llamado "al ministerio" no es superior al llamado "al ministerio" de aquel que está en un hospital. ¿Cuál es pues la paradoja? Que nosotros, los que servimos en el ámbito de la iglesia nos hemos convertido en una casta especial y no hemos sabido ¿o querido? resaltar, empoderar, desafiar, reconocer el llamado de los que equivocadamente denominamos laicos. ¿Consecuencia? Millones y millones de seguidores de Jesús desmovilizados, sin un sentido de llamado, yendo a sus trabajos únicamente a ganarse el sustento pero no a hacer misión, a ser agentes de restauración y reconciliación en un mundo roto. Tal vez nunca nadie les ha dicho que son ministros a tiempo completo.

Me doy cuenta que he llegado hasta aquí sin contestar la pregunta. Prometo hacerlo mañana.


¿Cómo vives tu ministerio? ¿Tienes conciencia del mismo?


Moisés y Aarón hicieron exactamente lo que les ordenó el Señor. Cuando hablaron con el faraón, Moisés tenía ochenta años y Aarón ochenta y tres (Éxodo 7:6-7)


Honestamente hablando, mi pregunta es una pregunta trampa. La respuesta dependerá del paradigma del lector, de lo que este entienda acerca de qué es el ministerio. En función de esa comprensión responderá de una manera u otra. En función de ese paradigma oculto, subconsciente, buscará unos versículos u otros para apuntalarlo y tratar de rebatir a aquellos que tengan un paradigma contrario. Esto último es un deporte ampliamente practicado en nuestros ámbitos evangélicos.

Personalmente, como hijo de la Reforma Protestante, creo en el sacerdocio universal de todos los creyentes. Creo que todos, sin distinción somos llamados a tiempo completo al ministerio. Creo que ese llamado lo llevamos a cabo en ámbitos diferentes. Unos, como es mi caso, en el ámbito de la iglesia. Otros en el de la cultura, las finanzas, la educación, el comercio, el deporte, la sanidad, la justicia, la agricultura... Puedes hacer la lista tan amplia como te parezca. Ámbitos diferentes pero no superiores. Mi llamado "al ministerio" no es superior al llamado "al ministerio" de aquel que está en un hospital. ¿Cuál es pues la paradoja? Que nosotros, los que servimos en el ámbito de la iglesia nos hemos convertido en una casta especial y no hemos sabido ¿o querido? resaltar, empoderar, desafiar, reconocer el llamado de los que equivocadamente denominamos laicos. ¿Consecuencia? Millones y millones de seguidores de Jesús desmovilizados, sin un sentido de llamado, yendo a sus trabajos únicamente a ganarse el sustento pero no a hacer misión, a ser agentes de restauración y reconciliación en un mundo roto. Tal vez nunca nadie les ha dicho que son ministros a tiempo completo.

Me doy cuenta que he llegado hasta aquí sin contestar la pregunta. Prometo hacerlo mañana.


¿Cómo vives tu ministerio? ¿Tienes conciencia del mismo?


Moisés y Aarón hicieron exactamente lo que les ordenó el Señor. Cuando hablaron con el faraón, Moisés tenía ochenta años y Aarón ochenta y tres (Éxodo 7:6-7)


Honestamente hablando, mi pregunta es una pregunta trampa. La respuesta dependerá del paradigma del lector, de lo que este entienda acerca de qué es el ministerio. En función de esa comprensión responderá de una manera u otra. En función de ese paradigma oculto, subconsciente, buscará unos versículos u otros para apuntalarlo y tratar de rebatir a aquellos que tengan un paradigma contrario. Esto último es un deporte ampliamente practicado en nuestros ámbitos evangélicos.

Personalmente, como hijo de la Reforma Protestante, creo en el sacerdocio universal de todos los creyentes. Creo que todos, sin distinción somos llamados a tiempo completo al ministerio. Creo que ese llamado lo llevamos a cabo en ámbitos diferentes. Unos, como es mi caso, en el ámbito de la iglesia. Otros en el de la cultura, las finanzas, la educación, el comercio, el deporte, la sanidad, la justicia, la agricultura... Puedes hacer la lista tan amplia como te parezca. Ámbitos diferentes pero no superiores. Mi llamado "al ministerio" no es superior al llamado "al ministerio" de aquel que está en un hospital. ¿Cuál es pues la paradoja? Que nosotros, los que servimos en el ámbito de la iglesia nos hemos convertido en una casta especial y no hemos sabido ¿o querido? resaltar, empoderar, desafiar, reconocer el llamado de los que equivocadamente denominamos laicos. ¿Consecuencia? Millones y millones de seguidores de Jesús desmovilizados, sin un sentido de llamado, yendo a sus trabajos únicamente a ganarse el sustento pero no a hacer misión, a ser agentes de restauración y reconciliación en un mundo roto. Tal vez nunca nadie les ha dicho que son ministros a tiempo completo.

Me doy cuenta que he llegado hasta aquí sin contestar la pregunta. Prometo hacerlo mañana.


¿Cómo vives tu ministerio? ¿Tienes conciencia del mismo?