Oh Dios, confía tus juicios al rey, tu justicia al hijo del monarca. El juzgará a tu pueblo con justicia, a los humildes con rectitud. De los montes llegará al pueblo la paz, de las colinas la justicia. Hará justicia a los humildes, salvará a los oprimidos, aplastará al explotador. (Salmo 72:1-4)

A mí, para ser sincero, siempre me ha costado encajar el mandamiento de Pablo de que oremos por las autoridades. Cuando uno piensa en las que tenemos es fácil que se nos quiten las ganas, o más bien, siguiendo la petición del apóstol Juan, pedir que baje fuego del cielo y las consuma.

Sin embargo, me ha ayudado la lectura de este salmo denominado: Salmo Real. En él, el pueblo pide al Señor todas las cualidades y condiciones que debe tener un buen gobierno. El texto es mucho más amplio, solo he reproducido los primeros cuatro versículos. Sin embargo, en ellos, claramente se pide por justicia una y otra vez, por protección para los vulnerables y actuación contra los explotadores, es decir, aquellos que usando la fuerza o los leyes sacan ventaja propia en detrimento del más débil; porque no olvidemos que no todo aquello que es legal es moral. 

Creo que este salmo es una buena guía de oración por los gobiernos y también una buena pauta para medirlos. Un gobierno no es bueno porque me guste como legisla o esté alineado con mis ideas, sino cuando cumple el ideal bíblico de justicia y paz.

¿Te animas a orar por el gobierno?

 


Oh Dios, confía tus juicios al rey, tu justicia al hijo del monarca. El juzgará a tu pueblo con justicia, a los humildes con rectitud. De los montes llegará al pueblo la paz, de las colinas la justicia. Hará justicia a los humildes, salvará a los oprimidos, aplastará al explotador. (Salmo 72:1-4)

A mí, para ser sincero, siempre me ha costado encajar el mandamiento de Pablo de que oremos por las autoridades. Cuando uno piensa en las que tenemos es fácil que se nos quiten las ganas, o más bien, siguiendo la petición del apóstol Juan, pedir que baje fuego del cielo y las consuma.

Sin embargo, me ha ayudado la lectura de este salmo denominado: Salmo Real. En él, el pueblo pide al Señor todas las cualidades y condiciones que debe tener un buen gobierno. El texto es mucho más amplio, solo he reproducido los primeros cuatro versículos. Sin embargo, en ellos, claramente se pide por justicia una y otra vez, por protección para los vulnerables y actuación contra los explotadores, es decir, aquellos que usando la fuerza o los leyes sacan ventaja propia en detrimento del más débil; porque no olvidemos que no todo aquello que es legal es moral. 

Creo que este salmo es una buena guía de oración por los gobiernos y también una buena pauta para medirlos. Un gobierno no es bueno porque me guste como legisla o esté alineado con mis ideas, sino cuando cumple el ideal bíblico de justicia y paz.

¿Te animas a orar por el gobierno?

 


Oh Dios, confía tus juicios al rey, tu justicia al hijo del monarca. El juzgará a tu pueblo con justicia, a los humildes con rectitud. De los montes llegará al pueblo la paz, de las colinas la justicia. Hará justicia a los humildes, salvará a los oprimidos, aplastará al explotador. (Salmo 72:1-4)

A mí, para ser sincero, siempre me ha costado encajar el mandamiento de Pablo de que oremos por las autoridades. Cuando uno piensa en las que tenemos es fácil que se nos quiten las ganas, o más bien, siguiendo la petición del apóstol Juan, pedir que baje fuego del cielo y las consuma.

Sin embargo, me ha ayudado la lectura de este salmo denominado: Salmo Real. En él, el pueblo pide al Señor todas las cualidades y condiciones que debe tener un buen gobierno. El texto es mucho más amplio, solo he reproducido los primeros cuatro versículos. Sin embargo, en ellos, claramente se pide por justicia una y otra vez, por protección para los vulnerables y actuación contra los explotadores, es decir, aquellos que usando la fuerza o los leyes sacan ventaja propia en detrimento del más débil; porque no olvidemos que no todo aquello que es legal es moral. 

Creo que este salmo es una buena guía de oración por los gobiernos y también una buena pauta para medirlos. Un gobierno no es bueno porque me guste como legisla o esté alineado con mis ideas, sino cuando cumple el ideal bíblico de justicia y paz.

¿Te animas a orar por el gobierno?