Compartimos aquí esta oración para el año nuevo, de Billy Graham, en el año 2008:

 

 

Padre nuestro y Dios nuestro, al encontrarnos a las puertas de este nuevo año confesamos nuestra necesidad de tu presencia y de tu dirección al enfrentarnos al futuro.
Cada uno tenemos nuestras esperanzas y expectativas para el año que está por delante nuestro, pero sólo tú sabes lo que nos deparará, y sólo tú puedes darnos la fuerza y la sabiduría que necesitamos para cumplir con sus desafíos. Así que ayúdanos a poner humildemente nuestras manos en tu mano, y confiar en ti y buscar tu voluntad para nuestras vidas durante este año venidero.
En medio de las incertidumbres de la vida en los días que tenemos por delante, asegúranos de la certeza de tu amor inmutable.
En medio de las inevitables decepciones y angustias de la vida, ayúdanos a dirigirnos a ti para encontrar la estabilidad y el confort que necesitaremos.
En medio de las tentaciones de la vida y la fuerza de nuestra propia voluntad obstinada, ayúdanos a no perder nuestro camino, sino a tener el valor de hacer lo que es justo y correcto delante de ti, sin importar lo que cueste.
Y en medio de nuestras preocupaciones y actividades diarias, abre nuestros ojos a las tristezas e injusticias de nuestro mundo herido, y ayúdanos a responder con compasión y sacrificio a los que están sin amigos y con necesidad. Que nuestra oración constante sea la del antiguo salmista: “Enséñame, Señor, a seguir tus decretos; y los cumpliré hasta el fin” (Salmo 119:33).
Pedimos por nuestra nación y sus dirigentes durante estos tiempos difíciles, y por todos aquellos que están tratando de llevar la paz y la justicia a nuestro peligroso y convulsionado mundo.
Une a nuestra nación dividida, y danos una visión más amplia de lo que quieres que seamos. Tu Palabra nos recuerda que “¡Dichosa es la nación cuyo Dios es el Señor!” (Salmo 33:12).
Al mirar hacia atrás sobre el año pasado te damos gracias por tu bondad para con nosotros—que va mucho más allá de lo que hemos merecido. Que nunca abusemos de tu bondad pasada ni olvidemos todas tus misericordias para con nosotros, sino que éstas nos lleven al arrepentimiento y a un nuevo compromiso contigo para que seas el fundamento y el centro de nuestras vidas en este nuevo año.
Y así, Padre nuestro, te damos gracias por la promesa y la esperanza de este nuevo año, y miramos hacia él con expectación y fe. Esto te pido en el nombre de nuestro Señor y Salvador, que con su muerte y resurrección nos ha dado la esperanza, tanto para este mundo como para el mundo venidero.
Amén