Ofrenda de olor grato para el Señor. (Levítico 1:9)


En los dos primeros capítulos del libro de Levítico se repite en varias ocasiones esta frase en relación con las ofrendas que son presentadas a Dios. No todo vale, no todo es aceptable, no todo es recibido con agrado por parte del Señor. Nuestra tendencia como seres humanos es hacia el caos, todo es propenso a degenerarse, a quedarse en la forma y perder totalmente el fondo. El Señor se queja amargamente a través del profeta Malaquías sobre la calidad de las ofrendas que le son presentadas. Una y otra vez los profetas confrontan al pueblo con la realidad de que el exterior es lo que les preocupa, pero el interior, el corazón, no está siendo afectado.

La Biblia nos enseña que nuestra vida es nuestra ofrenda a Dios (Romanos 12:1-2) La calidad de nuestra vida determinará si nuestra ofrenda es olor grato para el Señor o no, si la acepta o no. Por eso el apóstol Pablo afirmaba escribiendo a los colosenses que en todo lo que hagamos pongamos el corazón, como si fuera hecho para Dios y no para los hombres. Entiendo que la calidad de todo lo que hacemos variaría enormemente si entendiésemos y practicásemos la realidad de que se trata de una ofrenda grata al Señor.

¿Cómo cree que recibe el Señor la ofrenda de tu vida? ¿Qué tipo de ofrenda es?


Ofrenda de olor grato para el Señor. (Levítico 1:9)


En los dos primeros capítulos del libro de Levítico se repite en varias ocasiones esta frase en relación con las ofrendas que son presentadas a Dios. No todo vale, no todo es aceptable, no todo es recibido con agrado por parte del Señor. Nuestra tendencia como seres humanos es hacia el caos, todo es propenso a degenerarse, a quedarse en la forma y perder totalmente el fondo. El Señor se queja amargamente a través del profeta Malaquías sobre la calidad de las ofrendas que le son presentadas. Una y otra vez los profetas confrontan al pueblo con la realidad de que el exterior es lo que les preocupa, pero el interior, el corazón, no está siendo afectado.

La Biblia nos enseña que nuestra vida es nuestra ofrenda a Dios (Romanos 12:1-2) La calidad de nuestra vida determinará si nuestra ofrenda es olor grato para el Señor o no, si la acepta o no. Por eso el apóstol Pablo afirmaba escribiendo a los colosenses que en todo lo que hagamos pongamos el corazón, como si fuera hecho para Dios y no para los hombres. Entiendo que la calidad de todo lo que hacemos variaría enormemente si entendiésemos y practicásemos la realidad de que se trata de una ofrenda grata al Señor.

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Ofrenda de olor grato para el Señor. (Levítico 1:9)


En los dos primeros capítulos del libro de Levítico se repite en varias ocasiones esta frase en relación con las ofrendas que son presentadas a Dios. No todo vale, no todo es aceptable, no todo es recibido con agrado por parte del Señor. Nuestra tendencia como seres humanos es hacia el caos, todo es propenso a degenerarse, a quedarse en la forma y perder totalmente el fondo. El Señor se queja amargamente a través del profeta Malaquías sobre la calidad de las ofrendas que le son presentadas. Una y otra vez los profetas confrontan al pueblo con la realidad de que el exterior es lo que les preocupa, pero el interior, el corazón, no está siendo afectado.

La Biblia nos enseña que nuestra vida es nuestra ofrenda a Dios (Romanos 12:1-2) La calidad de nuestra vida determinará si nuestra ofrenda es olor grato para el Señor o no, si la acepta o no. Por eso el apóstol Pablo afirmaba escribiendo a los colosenses que en todo lo que hagamos pongamos el corazón, como si fuera hecho para Dios y no para los hombres. Entiendo que la calidad de todo lo que hacemos variaría enormemente si entendiésemos y practicásemos la realidad de que se trata de una ofrenda grata al Señor.

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